Terrorista y asesino pasea por Chile autorizado por el gobierno de Michelle

DE CHILE INFORMA:

Ubica usted a JORGE ALEJANDRO ESCOBAR DIAZ. Se lo
recordamos. Es un delincuente subversivo marxista. Eso le
permitió cumplir muy poco de su pena. El ex Presidente Aylwin le
indultó, al igual que a tantos otros terroristas, y para favorecerlo
aún más, le conmutó la pena, estableciendo que podía vivir
libremente, pero en otro país. Esto se conoce, jurídicamente,
como extrañamiento.


En 1988 Jorge Escobar ingresó al Mapu-Lautaro y,
según otro ex miembro de la agrupación, se
especializó en asaltar camiones de alimentos.
Sin embargo, el ex (o actual) lautarista, no cumplió la pena
impuesta. El miércoles pasado se presentó en Chile. Llegó al
aeropuerto de Pudahuel, en un vuelo procedente de Sao Paulo.
Cuando la policía lo retuvo y no lo dejó entrar, aduciendo con
razón que el tiempo de extrañamiento no se ha cumplido, el
individuo adujo que su madre está enferma y que desea verla.
Pero una cosa es la enfermedad de su madre, comprensible, y
otra distinta que él quiera seguir infringiendo el orden vigente.
Al final lo mandaron de vuelta. La policía hizo lo correcto. Pero
desde arriba, desde el gobierno, entregaron una contra- orden,
dispusieron que entrara a Chile no más, y le dieron un permiso
temporal por 30 días. El Poder Judicial, bueno, usted ya lo sabe,
cuando es el gobierno el que infringe el Estado de Derecho, se
hace el leso.
En Chile. Hay muchos que acostumbran hacerse los lesos. Hay
muchos que ya no se acuerdan cuando en 1973 les tenían la
industria, la parcela o el fundo tomado. Hay algunos incluso que
se han dado vuelta la chaqueta y hoy se declaran enemigos de los
que salvaron a Chile del marxismo.
Jorge Escobar Díaz es el responsable que una mujer joven no
esté en este mundo. El le quitó la vida hace 20 años, cuando sólo
tenía cinco.
Escobar participó entonces en lo que ellos denominan “un
copamiento armado’’ es decir, apoderarse repentinamente y por
la fuerza de las armas de un sector geográfico, temporalmente. El
“copamiento’’ lo hicieron entonces en un barrio popular, en Av.
Santa Rosa.
Los vecinos avisaron a la policía, llegaron al lugar Carabineros.
Dos funcionarios de carabineros fueron heridos por los
terroristas, y un tercero resultó muerto. Pero, además, las balas
de los subversivos dieron muerte a la menor Macarena Torres
Bello. En otra acción, asesinó a un carabinero.
Pero ahora, la prensa olvida el pasado, y lo presenta poco menos
que como un joven tierno que viene a visitar a su madre que
padece de cáncer. En el aeropuerto, Escobar, presiona, le visita
su familia y también el abogado comunista Hugo Gutiérrez.
La prensa muestra fotos del terrorista abrazando a su madre, pero
no se destaca que el sujeto, hoy de 44, fue condenado a 25 años
de presidio por haber asesinado a un carabinero en 1989.
Pero no es todo. Una agencia de noticias llamada Notimex,
destaca que la mamá “está desahuciada’’ y en su relato entrega
otro antecedente, no registrado en otras publicaciones. Precisa
que “Jorge Escobar Díaz participó en 1986 en el frustrado
atentado contra el Presidente Augusto Pinochet.
Notimex además lo describe como mirista. Dice en parte:
“El ex miembro del rebelde Frente Manuel Rodríguez cumple una
pena de extrañamiento de 25 años en Noruega, dictada por el
gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), tras haberlo indultado en
1994 en el proceso por el atentado contra Pinochet’’.
Otro informe, sobre lo mismo, fechado en Madrid, relata que entre
los lautaristas implicados en esos delitos en Chile aparecen
Marco Antonio Paulsen Figueroa, Jorge Alejandro Escobar Díaz y
Marco Antonio Mardones Villarroel, cuyas penas fueron
conmutadas por extrañamiento a Bélgica, el primero, y a Noruega,
los dos últimos.
Paulsen fue condenado a 17 años de presidio por su participación
en un copamiento armado en calle San Diego, el 6 de julio de
1989, ocasión en que murió el carabinero Carlos Lamoza, que
enfrentó al grupo subversivo. No obstante, en mayo de 1993 su
pena le fue conmutada por la de extrañamiento.
Escobar y Mardones fueron sentenciados a 15 y 22 años de
cárcel, respectivamente, también por un copamiento armado,
registrado en Av. Santa Rosa, registrado el 23 de mayo de 1989,
operativo en que murió una niña de cinco años, Macarena Torres
Bello, al enfrentarse junto a otros subversivos con dos
funcionarios policiales que patrullaban el sector y que resultaron
heridos de gravedad.