COMENTARIO SOBRE INDULTO DEL SENADOR JORGE ARANCIBIA REYES
La Iglesia Católica, con esa actitud característica de perseguir el bien común y sacar lo mejor del ser humano desde lo más profundo de su alma, le ha presentado a la sociedad la posibilidad de un indulto, como una forma de plantar la esperanza de un futuro mejor, sobre la base de una expresión de amor, reflejada en la capacidad de perdonar a quienes la ofendieron.
Frente a este planteamiento, la gran mayoría observa con interés lo que pueda resolverse y, entre quienes tienen la responsabilidad de pronunciarse y respaldar una opción positiva o contraria a la propuesta, se puede distinguir dos grupos claramente definidos.
El primero de ellos, representado por aquellos que guardan una respetuosa distancia por temor a no hacer lo “políticamente correcto”, prefiriendo el silencio que, de alguna manera, es aceptación de un complejo moral al que han sido sometidos y, el segundo, aquel grupo integrado por “los otros”, los que sin la menor vergüenza por un accionar de absoluto doble estándar, salen a vociferar contra la iniciativa, en la medida que ésta pueda llegar a aplicarse a los militares que se encuentran cumpliendo condenas, pues a esos, no los van a perdonar nunca.
Los argumentos de estos segundos son conocidos y, por repetidos, se han transformado en factores que incluso han llevado a la justicia a desconocer leyes vigentes como la de amnistía, o principios de nuestro ordenamiento jurídico como el de la irretroactividad de la ley penal o el de la prescripción y aquel de que el peso de la prueba recae en quien persigue el delito y no en el imputado, como se está viendo, de hecho, con la farsa jurídica del secuestro delito permanente.
Pero lo que es peor y ofende al más somero análisis de las condiciones de inequidad e injusticia que han imperado en nuestro país, es el doble estándar con que han actuado nuestros políticos de izquierda, para perdonar con premura a los terroristas criollos que ejecutaron acciones genocidas contra miembros de nuestras fuerzas de seguridad, asesinando a indefensos carabineros que se dirigían a sus puestos de trabajo o matando a inocentes civiles con sus atentados explosivos, a esos asesinos sí que se les pudo aplicar la amnistía, a esos criminales sí que se les ha podido indultar, si total, eran la expresión armada de los mismos que hoy detentan el poder.
Los mismos, que dieron humanitaria acogida en nuestro país a uno de los más grandes genocidas del siglo pasado, Erich Honecker o que corren para encontrarse con el más cruel dictador de nuestro continente, como es el hermano mayor Fidel Castro y es por ello, que entre la debilidad y la amoralidad de nuestra dirigencia política, es poco lo que podemos esperar de la interesante propuesta de nuestra Iglesia Católica.
Jorge Arancibia Reyes
Senador
viernes, 24 de julio de 2009
INDULTO
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INDULTO OPINION SENADOR ARANCIBIA
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1 comentario:
La Iglesia siempre ha tenido doble estándar. Ningún terrorista es un caso emblemático como Contreras. La Iglesia apoya la demonización de Contreras.
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