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martes, 20 de abril de 2010

RESUMEN TSUNAMI



Hay diversas opiniones de prensa, pero nada se sabe de la investigacion que debió efectuarse en la ONEMI , Oficina del Ministerio del Interior de la Concertacion , cuyas autoridades - despues de tres meses transcurridos desde de la entrega de sus cargos- no pueden ser enjuiciados por responsabilidad alguna.

El actual Ministro de Defensa manifestó en un canal de televisión que se estaría investigando, pero que hasta el momento se desconocia quién era el funcionario de la ONEMI que estaba de guardia y que informacion recibió al amanecer del 27 de febrero ¡ ¡¿¿????


CONSIDERACIONES FINALES

Del análisis efectuado se debe rescatar con precisión que la labor del SHOA, a

través del SNAM, es eminentemente técnica. Su tarea principal es la evaluación

de las informaciones sísmicas y del nivel del mar para determinar la posibilidad de

generación de un tsunami y su posterior información a las autoridades navales,

marítimas y civiles, entre las cuales se cuenta la ONEMI, que en definitiva es la

autoridad responsable de adoptar en forma ejecutiva la difusión pública para

asegurar la supervivencia de la población.



El SHOA promulgó la Alerta de Tsunami a la ONEMI a las 03:51 horas, utilizando

el equipo de VHF y posteriormente a través del fax a las 04:07 horas. Su

cancelación se produjo, también por VHF, a las 04:56 hrs., es decir, 1 hora y 5

minutos después de haber sido promulgada.

El tiempo que demoró el SHOA en promulgar la Alerta (17 minutos después de

haber ocurrido el sismo), se considera adecuado para los estándares de una

emergencia de esta naturaleza, en atención a que necesariamente se debe contar

con información del epicentro y magnitud, previo a efectuar el análisis.

La información proporcionada a la ONEMI , en lo que respecta a la Alerta de

Tsunami, fue correcta, exacta y, a la luz de los acontecimientos posteriores, muy

precisa en cuanto a la hora de arribo de la primera ola a los distintos puertos. Para

ello se utilizaron los procedimientos y protocolos vigentes a la fecha y la

información obtenida del PTWC. Por otra parte, se debe hacer notar que en

sismos de gran magnitud como el ocurrido el día 27 de febrero, se debe activar en

forma automática la Alerta Roja en fase Evacuación. (Manual ONEMI

“Metodología básica para la elaboración de un plan comunal de prevención y de

respuesta ante Tsunami”).

Por otra parte, la decisión de cancelar la Alerta por parte del SHOA, si bien se

basó en ciertos criterios técnicos, fue apresurada, inoportuna e incompleta en el

análisis de todos los antecedentes técnicos que se encontraban disponibles. La

responsabilidad por la cancelación de la Alerta en forma prematura, recae

directamente sobre el Director del SHOA, Capitán de Navío Sr. Mariano Rojas

Bustos, quien adoptó la resolución y en el Jefe del Departamento de Oceanografía

(S), quien se desempeñaba a su vez como Oficial de Guardia, Teniente 1° Sr.

Mario Andina Medina, al haber prestado una asesoría técnica incompleta. Sin

embargo, se debe hacer presente que su efecto, sólo se pudo haber manifestado,

a partir del momento en que fue difundida por algunas radioemisoras, (ya que la ONEMI no la difundió), aproximadamente a las 05:30 horas, siendo muy difícil precisar el real impacto que dicha decisión tuvo en la catástrofe.



Del análisis de las horas de llegada de las primeras olas, se puede concluir que

existió una vasta zona, entre San Antonio y Talcahuano, que quedaron

comprendidas en lo que se conoce como “Zona de Sacrificio”. Como ya se ha

dicho, en estas áreas no se cuenta con el tiempo necesario para difundir la Alerta ,

por lo que la sola ocurrencia del sismo, debiera constituirse en la primera y

principal alerta para la población. Aún cuando el SHOA tiene publicado en su

página Web numerosa información al respecto, se estima imprescindible reforzar,

a través de los organismos correspondientes, la instrucción a la ciudadanía y en

especial a los habitantes de zonas costeras, de manera de lograr una evacuación

automática en casos de sismos de gran intensidad, como el ocurrido.

Por otra parte, la magnitud del terremoto, que afectó con inusual intensidad una

extensa zona de nuestro territorio, produjo a nivel nacional, la pérdida

generalizada de comunicaciones, situación de la que la Armada no estuvo exenta.

Ello no sólo dificultó la obtención de las informaciones relativas a las variaciones

de marea en los distintos puertos de nuestro litoral, sino que además impidió

difundir la Alerta a Juan Fernández.

Sin embargo, es preciso señalar que el personal apostado de guardia en la

Capitanía de Puerto de Juan Fernández, gracias a la inspección visual de la bahía,

sumado a la conciencia y cultura de la amenaza que puede representar un sismo y

la consecuente posibilidad de un tsunami, alertó a viva voz a los habitantes del

sector costero, al percibirse la aproximación de la primera ola. Esto sumado a la

conocida reacción de la joven Martina Maturana, quien activó el gong ubicado en

la plaza, minimizó en cierta medida los efectos de este fenómeno en la población.

Finalmente, es sabido que un tsunami es un evento de muy difícil predictibilidad.

El comportamiento de la masa de agua, no sigue un patrón definido y muchas

veces, en similares condiciones, su comportamiento es completamente diferente.

Prueba de ello, es lo acontecido con Cobquecura, la que encontrándose a 20

kilómetros del epicentro, no fue afectada por el tsunami. Análogamente, merece

una especial atención lo ocurrido en el área Talcahuano-Dichato, zona que fue

impactada por el tsunami en forma anómala, dos horas después de haber ocurrido

el terremoto.

Complementariamente, a contar del 4 de marzo, el USGS ha publicado en su

página Web, una nueva información, relacionada con el movimiento vertical de la

tierra, la que a través del análisis de la gráfica presentada - que muestra en una

escala de colores el movimiento vertical observado - hace estimar que se hubiera

podido producir otro tsunami en un lapso inferior a treinta segundos, en un punto

ubicado alrededor de 150 kilómetros al norte del epicentro. Se estima que dada la

complejidad del tema y a la luz de los antecedentes expuestos, se debiera

convocar al Comité Científico Técnico e invitar a expertos del USGS y del PTWC,

para poder comprender con claridad lo ocurrido.



Valparaíso, 22 de Marzo de 2010.



ENRIQUE LARRAÑAGA MARTIN

VICEALMIRANTE

DIRECTOR GENERAL

DEL TERRITORIO MARÍTIMO Y DE MARINA MERCANTE

FISCAL DE LA INVESTIGACIÓN TÉCNICA






1 comentario:

  1. Me permito agregar un comentario.1) Durante la crisis de Aysen, sin intervención de la Armada, quedaron en evidencia las falencias y deficiencias de los sistemas gubernamentales de manejo de crisis. En repetidas intervenciones en distintos foros públicos insistí acerca de un tema que incluso fue el tema de una exposición pública en el auditorio municipal de Arica, esto es "LAS DIFICULTADES DE LA SISMOLOGIA PARA PRECISAR LAS COORDENADAS Y MAGNITUD DE UN SISMO EN TIEMPO REAL" a saber, los sensores sísmicos se saturan en las cercanías de un sismo mayor (además de caerse o ser tragados por tierra o agua como en Aysen) por tanto la precisión es mucho mayor desde lejos (telesismometría) de manera que pretender precisar las coordendas de un sismo mientras éste ocurre, desde cerca, es cercano a lo imposible, lo que quedó comprobado el 27 feb 2007. Por otra parte, un mal entendido nacionalismo ha jugado siempre en contra de aceptar las informaciones, precisas que provienen del exterior, de lejos, del USGS ó de EMSC, ó del NOAA. En el caso en cuestión costó bastante caro en vidas humanas el no haber tomado las coordenadas, informaciones y alertas que provenían de dicha fuente y no intentar sacar sus propios cálculos, que como he mencionado, es cercano a lo imposible, por razones técnicas, tecnológicas y humanas. (En el USGS, EMSC y NOAA hay permanentemente un sismólogo residente que corrobora los datos calculados por los compuadores) en el SHOA ni en la ONEMI existe tal residente.

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