martes, 8 de junio de 2010

LA VERDADERA DICTADURA SE IMPUSO


DEL BLOG DE HERMÓGENES

Miguel Otero cedió. Se desdijo. Pidió disculpas. Había dicho la verdad y se había convertido en un héroe para mí. Claro, eso es sinónimo de convertirse en un villano para casi todos los demás. Pero hay un distingo qué hacer entre yo y los demás: que yo tengo la razón y puedo probarlo. De hecho, lo he probado en libros que están ahí. He probado que el pueblo apoyó al Gobierno Militar, he probado que el país mejoró bajo ese régimen hasta quedar irreconocible. Y, sobre todo, he probado algo que dijo Miguel Otero y que se me olvidó citar en el blog precedente: que si en el curso de la guerra contra el terrorismo de izquierda hubo atropellos a los derechos de las personas, ellos no fueron institucionalizados, sino obra de quienes actuaron por su cuenta y al margen de las autoridades. Esto último lo he probado publicando los variados documentos de la Junta que ordenaban respetar los derechos de la gente, como consta en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados".
Pero Miguel Otero no ha sacado nada con tener toda la razón y haber dicho estrictamente verdades. La jauría se le ha ido encima, confundidos en ella los totalitarios, cuya intentona armada fue derrotada por nuestros uniformados, y la cohorte de "cerebros lavados" que ha ido engrosando sus filas en la medida en que la prédica izquierdista se ha ido imponiendo.
Aterricemos con "datos duros": las sucesivas comisiones sesgadas que formó la Concertación comprobaron que, en todo el Gobierno Militar, hubo 3.197 muertos. De ellos, 2.244 cayeron entre fines de 1973 y todo 1974. A 316 los mató la guerrilla, pero siempre se los cargan a Pinochet. Es decir, después de 1974 el país estuvo completamente pacificado y había muy pocos enfrentamientos. Bueno, en el primer período, en que caía el mayor número de muertos, los señores Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin DEFENDÍAN A LA JUNTA MILITAR Y EL SEGUNDO LLEGÓ A PEDIRLE QUE NO HICIERA UN GOBIERNO DEMASIADO CORTO. (Hermógenes Pérez de Arce, op. cit.)
Pero en todo este increíble episodio Otero hay una cosa muy grave. En medio de la jauría que se le ha abalanzado, el presidente de la DC, diputado Juan Carlos Latorre, ha dictaminado (lo oí personalmente de sus labios por Radio Agricultura hace unas horas) que sobre el Gobierno Militar hay en Chile UNA SOLA VERSIÓN, que es la opuesta a la que ha dado a conocer el embajador Otero.
¡Una sola versión! ¡No se permite ninguna otra! ¿Cómo se llama eso? "Dictadura", por supuesto. La verdadera dictadura es la que vivimos hoy y es la que se ha consagrado a través del continuado, sistemático e incesante lavado de cerebros de todos los chilenos, que el embajador Otero tuvo el coraje de desafiar, lo cual lo habría transformado en un verdadero héroe, si en el último momento no se hubiera desinflado.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce en 14:03

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde hace tiempo que los izquierdistas dicen que los PINOCHETISTAS no existen, y ahora señalan por la tv y radio por el caso del Sr. Otero que SI EXISTEN - tengo una confusion - y la solucion seria que los PINOCHETISTAS se presenten en las proximas elecciones de diputados y senadores ante el pueblo y ver su votacion, a lo mejor los izquierdistas se llevan una gran sorpresa y se podria de esta manera ayudar a los presos politicos militares injustamente encarcelados. Viva Chile.