lunes, 23 de abril de 2012

ARGENTINA: DE SEÑORA DE MILITAR A PERIODISTA






De la Señora de un militar
a Ceferino Reato


Con sor­presa vi. en tele­vi­sión un video “casero” de Jorge R. Videla rea­li­zada en la Uni­dad 34 del Penal del Ser­vi­cio Peni­ten­cia­rio Fede­ral de Campo de Mayo.Me pre­gunto, por­qué vul­ne­rar las normas.
Yo no sé si el perio­dista Cefe­rino Reato en los meses de octu­bre de 2011 a marzo de 2012 no enten­dió nada de lo que pasa allí.
Desde que mi esposo se encuen­tra dete­nido en esa uni­dad Peni­ten­cia ese es mi segundo hogar, por­que donde él está es mi hogar. Ese lugar donde se aloja es mi casa. Por con­si­guiente el perio­dista vul­neró las reglas de mi casa.
Reglas que yo res­peto, que mis hijos res­pe­tan, por­que sabe­mos que está en cali­dad de dete­nido preso polí­tico y nos com­por­ta­mos de acuerdo a esa condición.
Desde el momento que un mili­tar ingresa a una Uni­dad Peni­ten­cia­ria la cár­cel se asea, se ordena, se pinta, se pre­gunta cuá­les son las nor­mas y los lími­tes y se res­peta al per­so­nal del ser­vi­cio penitenciario.
Las fami­lias res­pe­ta­mos las nor­mas, no inten­ta­mos ingre­sar armas ni dro­gas, somos res­pe­tuo­sas y edu­ca­das, por­que así es nues­tra for­ma­ción. Somos revi­sa­das minu­cio­sa­mente, como en cual­quier cár­cel aun­que no per­te­ne­ce­mos al sub­mundo delic­tivo ni usa­mos voca­bu­la­rio “túm­bero”. La mayo­ría de noso­tras somos pro­fe­sio­na­les o no, pero ins­trui­das y edu­ca­das y nos some­te­mos noso­tras tam­bién al rigor de la cárcel.
Campo de Mayo, Mar­cos Paz, Ezeiza, Bou­wer Tri­bu­na­les Ora­les Fede­ra­les se han con­ver­tido en nues­tro hábi­tat. No habla­mos de shop­pings, habla­mos de cau­sas y condenas.
Ese es mi mundo desde hace cinco años y el perio­dista Reato lo vul­neró, lo violó: ¿Detrás de un fin comer­cial? ¿Era sólo un feni­cio más? Pro­ba­ble­mente el perio­dista Reato pueda ahora com­prarse un auto y no usu­fruc­tuar la camio­neta que noso­tras y nues­tros ami­gos que nos acom­pa­ñan, según sus dichos: todos con­for­ma­mos un grupo de alie­na­dos, (sic), man­te­ne­mos para visi­tar a nues­tros espo­sos a pesar de la llu­via, el frío, el calor o el viento. Donde cada semana lle­va­mos ropa lim­pia y plan­chada y las cosas que les gus­tan y están auto­ri­za­dos a comer. Tam­bién via­jan en esa camio­neta nues­tras ilu­sio­nes, nues­tras tris­te­zas y nues­tras espe­ran­zas, espe­rando que lle­gue la tan ansiada Con­cor­dia. Para que estos hom­bres, la mayo­ría muy jóve­nes en los 70, (no supe­ra­ban los 25/30 años de edad) y sin las res­pon­sa­bi­li­da­des del mando de su Coman­dante, regre­sen a sus vidas y a las nuestras.
Autor: Gabriela Parodi





1 comentario:

Horacio dijo...

ESTO FUE LAMENTABLE!!!!!SIN PALABRAS.EL TTE GRAL, NO DENERIA HABER ABIERTO LA BOCA A UN PERIODISTA EN LA CÁRCEL