jueves, 27 de noviembre de 2008

UN GUSTITO A COSTA DE LOS POBRES




La izquierda chilena hace alarde de sensibilidad social, pero lo acompaña con fraudes al fisco y fracasos en políticas públicas. Los pobres continuarán esperando si no cambian los énfasis en los gastos fiscales. Opina el economista Javier Fuenzalida A.

Siempre me ha llamado la atención el alarde de sensibilidad social de la izquierda chilena que va acompañado con un despilfarro de dineros públicos. Cuando no se trata de fraudes al fisco, cada vez más usuales, se trata de dispendios prescindibles. Se sabe que, sin gran dificultad y sin mayores repercusiones, es posible bajar en 10 % el gasto fiscal, pero no lo hacen.


EFE, Ministerio de Obras Públicas, cajas electorales con fondos estatales; hospitales en que se pierden guaguas y muere gente sin ser atendida. Guaguas que nacen en los baños, material quirúrgico médicamente inmundo, enfermos de Sida sin informar, bancos de sangre infectados, gran sensibilidad por masificar píldoras que matan nasciturus (eufemismo para evitar decir seres humanos) etc.

Mideplan trata de minimizar estas desgracias informando que solo existen dos millones de pobres, basado en datos de hace 10 años pero que, con datos actualizados, son 4,5 millones para los que los programas asistenciales son insuficientes y precarios comparado con los gastos fiscales prescindibles o inflados por fraudes.

Como la economía chilena no puede sustentar un gasto fiscal que permita aliviar y sacar de la pobreza a dos ó cuatro millones de pobres y, al mismo tiempo botar dinero a destajo, se opta por limitar los recursos para la pobreza porque la presión política por “más Estado” es irresistible. La presidenta compró un avión en decenas de millones de dólares, a lo que se suma los gastos de cada viaje, con una frondosa “barra”.

Autos de lujo, elegantes banquetes en La Moneda, viajes inútiles como las reuniones de Unasur , legalmente inexistente en Chile, visitas al extranjero como si el mundo se fuera a acabar, Dedicación a los Hugoevos, los Kirchners, Correa pero a los pobres mucho discurso y poco o nada de sustancia.

El sistema público de salud está fracasado y no va a mejorar en tanto no sea gestionado profesionalmente. Los médicos, muy eficientes en curar, han resultado ser un desastre como administradores. Como dijo Lagos una vez, socialistas en la mañana y liberales en las tardes ¿Porqué los centros privados tienen un gerente profesional y los públicos no?

¿Privatizar las prestaciones? Por qué no, si se ha privatizado exitosamente la construcción de viviendas sociales, la educación y las cárceles. No hay duda que la privatización de la ejecución de los servicios sociales y asistenciales es una solución más eficiente que la prestación pública. Es eficiente porque es competitiva, hay incentivos y no hay pituteo. Obviamente no se trata de una privatización “con intereses” al estilo de Chiledeportes u Obras Públicas. Los prestadores privados deben ser transparentes, con información pública de gestión y resultados financieros auditados.

Claro está, un esquema como ese acaba con el gustito que se da la izquierda… y los pobres seguirán esperando. ■■■■■

Javier FuenzalidaA.,
profesor Universidad Finis Terra
www.temas.cl - Columnistas - 26-11-2008

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