viernes, 13 de febrero de 2009

250 MIL DOLARES ROBA DC A LA ARMADA DE CHILE

250 mil dólares robó gobierno DC, en 1969, a la Armada de Chile

Dinero era ocupado por la DC para hacer caja para las elecciones del 70.
Desde el gobierno, para dictar el decreto supremo, exigian una "contribución'' equivalente al 5 % de la inversión.


En los últimos días y semanas, desde el oficialismo y la izquierda se han encargado de poner a prueba la confianza de las personas en la honradez de las FF.AA. El General Ramón Vega Hidalgo ha conocido de esa campaña e incluso el ex comandante en jefe de la FACh, dos de sus generales y un coronel de esa Institución, debieron estar presos por más de dos semanas.

En Chile sabemos de la honradez de la Concertación. Recuerda usted el caso del "desmalezado de la RPC'', cuando la Refinería de Petróleos de Con Con les sirvió para hacer "caja'' para la campaña. Se acuerda de los "sobres'' con dinero que entregaba el "hombre del maletín'' a ministros, subsecretarios e intendentes en tiempos de Lagos. O será necesario remontarnos a los cinco diputados de la Concertación que fueron desaforados y procesados por los negociados con las plantas de revisión técnica, que investigó el ministro Aránguiz, o las "indemnizaciones'' millonarias que no devolvieron.


Bueno, son muchos los casos. Ahora le contamos de una "coima'' por 250 mil dólares que se echaron al bolsillo, también para las campañas, en tiempos de Frei Montalva y su bi ministro, Andrés Zaldívar.

La denuncia está incluso por escrito, y nunca la han desmentido.

El denunciante es un almirante. el Vicealmirante Ismael Huerta Díaz, quien a fines de la Administración Allende, la Armada le pidió asumir como ministro de Obras Públicas, cargo al cual después renunció al comprobar que era imposible trabajar con los marxistas.
El ex rector de la Universidad Santa María, Ministro de Relaciones Exteriores y embajador de Chile ante Naciones Unidas, durante el Gobierno Militar, dejó grabada su experiencia en las páginas de su libro "Volvería a ser Marino''.


A continuación, parte de un capítulo del libro "Volvería a ser Marino" del VA Ismael Huerta Díaz.
Capítulo XV. Páginas 381-382-383.
Este libro se imprimió el año 1988.
Copio:

" EN LA DIRECCIÓN DE ARMAMENTOS.

ÚLTIMOS DÍAS EN LA DIRECCIÓN DE ARMAMENTOS

El nuevo año 1969 trajo novedades. Ramón Barros entregó a Fernando Porta la Comandancia en Jefe de la Armada. En enero el Senado me dio el pase para ascenso a contraalmirante y el 16 de febrero asumí la Dirección de Astilleros y Maestranzas de la Armada, ASMAR.
Pero antes de entregar la Dirección de Armamentos, adonde había llegado en 1958 como jefe del Departamento de Electrónica, ocurrió algo insólito que no puedo callar.
Ocupaba ahora la amplia oficina del Director, en la esquina noroeste del segundo piso del viejo edificio, detartalado y deforme, pero acicalado para ocultar la huella del tiempo. El ventanal daba sobre el Monumento a los Héroes. Junto al muro sur del despacho se situaba la mesa de reuniones en cuya cabecera hice colocar la silla que, según tradición, empleó don Jorge Montt para presidir los Consejos.
Alrededor de esa mesa sesionó durante años el comité pro modernización de la red de telecomunicaciones navales, presidido por sucesivos directores y cuyas funciones estaban prácticamente cumplidas.
La adjudicación se había resuelto y sólo faltaba coordinar detalles y afinar los montos. Los inevitables reajustes de precios repercutieron en el acopio de piezas de repuesto – que queríamos amplio y variado – y, recordando mi dilatada actividad en labores de mantenimiento, insistí ante los proveedores favorecidos en no reducirlas en previsión de apremios posteriores.
Tal era la situación cuando me solicitó audiencia el grupo de representantes de las firmas proponentes. Todas eran ya caras conocidas de los técnicos que tuvieron a su cargo el estudio de equipos y sistemas, había contribuído a dilatar el proceso, y los representantes. comerciantes, mal que mal – visitaban asiduamente la Dirección para imponerse de los avances y de los obstáculos.
Esta vez traían en el rostro una expresión particularmente grave. El más caracterizado entre ellos tomó la palabra para señalarme que la propuesta había experimentado un alza, de la cual se derivaba un mayor costo de US$ 250.000.

¡Qué! ¿Cómo? ¿Qué significa esto?
Sí, esa era la cifra: doscientos cincuenta mil dólares. Pero me traían una sugerencia para salvar cualquier obstáculo presupuestario:
simplemente suprimir los repuestos. De ese modo la Armada podría materializar su plan y adjudicar la propuesta con los fondos que le estaban reservados al efecto. En cuanto a partes, componentes y elementos de reemplazo, ya se vería más adelante.
Monté en cólera, pero mis interlocutores me contemplaron impasibles. Hasta ese momento no había otro compromiso sino una carta de intención; existía recíproca confianza en la palabra empeñada.

En la mitad del proceso, cuando éste parecía dilatarse, vino una comisión a preguntarme si existía verdaderamente la voluntad de seguir adelante; la elaboración del proyecto requería ocupar muchos expertos por largos períodos.

Sí, efectivamente, la Armada quería llevar a cabo el plan. Con mi sola palabra los proponente continuaros los estudios.
¡Y ahora esto!
Nada obtuve con iras y recriminaciones. Las personas sentadas frente a mi escritorio permanecieron impávidas. Los despedí con rudeza; daría cuenta inmediata a la superioridad de la institución.
Cuando abandonaron la sala de la dirección, uno de ellos volvió sobre sus pasos. Era el representante de la firma que hacía de cabeza, y el que había expuesto la situación. Colocó una mano en un costado de su boca como para apagar el sonido de la voz y dijo:
--For the Party's fund. (Para la caja del Partido) – y se marchó apresuradamente.
No podía convencerme a pesar de la brutal e inequívoca revelación. 1970 sería año de elecciones presidenciales y los partidos políticos allegaban aguas a sus molinos y recursos a su caja de caudales. Por cualquier medio. Una manera simple y productiva para el partido de gobierno era exigir una contribución confidencial antes de la firma de un decreto supremo adjudicatorio.

Los comerciantes encontraban la forma de no verse perjudicados; el gasto, en este caso quedó en otras manos – buenas manos- y pasé a empaparme en el tema de maestranzas y astilleros

Cinco años después. Conversando con un grupo de civiles de destacada actuación pública, comenté el caso y no mostraron extrañeza, salvo, quizás, por mi ingenuidad, ¡Pero si era un procedimiento corriente!
-¿Hasta con fondos de la Defensa Nacional?
- No conocían precedentes en esa cartera, pero no les sorprendería.
A pesar de los 40 años transcurridos, consultada la hija del Almirante Ismael Huerta, Bernardita Huerta Dunsmore, dice que recuerda perfectamente lo sucedido porque, nunca como entonces había visto esa noche a su padre, tan molesto, y comentó a su esposa e hijos lo ocurrido.

- ¿Qué recuerda de esa situación?

- Esto sucedió en época del Presidente Frei Montalva, siendo el ministro clave en esa irregularidad Andrés Zaldívar. Lo recuerdo porque nunca antes ni después, vi a mi padre tan furioso, con rabia e impotencia por la frescura del gobierno DC que le robó a la Armada la "módica" suma de US$ 250.000. Él solía ser muy sereno, pero ese día llegó a casa con la cara desencajada.

- ¿Algo más recuerda de ese incidente?

- Si, ese mismo año me casé con Enrique Skinner Zavala (Q.E.P.D.), los Almirantes estaban "obligados" a invitar a los matrimonios de sus hijos, al Presidente de la República. Pero yo me opuse. Pese a lo complicado en su situación, mi padre me avaló. A Frei Montalva no se le invitó a mi matrimonio. El no iba a arruinar mi día, sólo se le mandó una participación.
Gracias viejo, mi querido viejo.

No sólo su hija lo recuerda. También un destacado oficial de la Armada, de quien prefirimos omitir su nombre, quien lo tuvo de superior y trabajó directamente con él, dado que ambos estaban unidos por sus conocimientos de electrónica.

Dice él:

" Tengo muy gratos recuerdos del Alte Huerta, inteligente, gran caballero y gran profesional. Lo conocí cuando fue profesor mío en Salinas en ingeniería electrónica. Tuve mucho contacto con él los años siguientes, 61, 62 y 63 en que yo estaba embarcado en el destructor Williams como oficial de cargo de electrónica y él era Jefe del Depto de electrónica de la Armada. Era el gran jefe de nuestra especialidad. El me seleccionó para ir a estudiar a EEUU de lo que siempre le estaré agradecido. Su actuar fue siempre muy profesional y de una honestidad a carta cabal.

-¿ Recuerda algo especial de él, que lo haya impactado?

- Tuvo una actuación muy importante y valiente el año 72 en ocasión de una reunión que Allende tuvo con Oficiales de la Armada en Viña del Mar. Allende dijo algo de que "había desconfianza con el gobierno". Cuando terminó de hablar Allende, Huerta pidió la palabra y le dijo " Presidente Ud ha dicho que hay desconfianza, lo que es cierto y se debe a que tenemos un presidente marxista".
Fue muy aplaudido y como que dió esperanzas a todos de que las cosas podrían cambiar, como finalmente sucedió.

- ¿Recuerda otra anécdota?

- El año 73, en una reunión de almirantes con el Alte Montero en que la hora era importante porque creo que Montero tenía que ir a reunirse con Allende y creo que el apuro era una herramienta de Montero para evitarse las presiones, Huerta anuló esa herramienta de Montero atrasando la hora del reloj de la sala de reuniones. Lo que fue una idea genial.

También trabajé con el Alte Patricio Carvajal. Otra gran persona. También gran caballero y gran profesional, de quien también tengo muy buenos recuerdos. Creo que en gran medida debemos la liberación de nuestro país al Alte Patricio Carvajal que fué uno de los artífices del 11 de septiembre. También lo fue Ismael Huerta.

-¿ Tuvo Ud. conocimiento de una denuncia del Almirante Huerta sobre dinero que le robaron a la Armada, polìticos el año 1969?

- Hace años tuve información que en el gobierno de Frei Montalva el 5 % de todos los contratos públicos iba a dar a la caja electoral de la DC.
El año 1969 el gobierno DC le robó a la Armada USA $ 250.000 correspondiente al 5% del contrato con Marconi por el proyecto Albatros. Ver Memorias del Almirante Huerta " Volvería a ser marino. "
No me cabe duda que en el caso de los Mirage Rojas está metido, como asimismo en el caso de los Submarinos Scorpene está metida la Concertación. El caso de la fuga desde la Cárcel de Alta Seguridad está metida la Concertación.

- Y después de la denuncia de la Armada por los 250 mil dólares de coima, se dijo algo más?.

- Estoy seguro que las platas que en algún momento se dijo que habían fluído hacia una isla originadas en Francia por los Submarinos Scorpene fueron a dar a la concertación. La Armada es muy limpia en estas cosas. Yo estuve años en la Dirección General de los Servicios, y estuve a cargo de la negociación de varios contratos con firmas extranjeras. Fueron muchos contratos y en ellos no hubo ni un centavo de coimas.
Luchamos por bajar los costos y obtener lo mejor para la Armada.
Algo notable en el caso de los Scorpene es que después que salió la noticia de que hubo pago de coimas, nunca más se habló del tema. ¿ Por qué ? Porque esas platas tienen que haber sido de la Concertación. Si hubieran sido de la Armada le habrían echado bencina a la hoguera y hubiera habido juicios etc. Pero no hubo nada.




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