miércoles, 11 de marzo de 2009

CARTA ABIERTA A JOVINO


Gonzalo Rojas
Miércoles 11 de Marzo de 2009
Carta abierta a Jovino

Tranquilo, estimado Jovino, tranquilo. Mientras hay algunas personas que se han alarmado por los ataques de que estás siendo objeto, tú bien sabes que donde no entró la bala aquella -sí, la de la conspiración Plan B para hundirte- ya no entrará proyectil alguno. Quedaste vacunado, inmune; soportaste el más miserable ataque que jamás haya sufrido personaje público en la historia de Chile, pero triunfó la verdad -no tu verdad (como les gusta decir a ellos), sino simplemente la única, la verdad.

Tranquilo, también, porque otros sabemos de qué se trata todo esto. Lo hemos estudiado, sabes, y sigue a la pata el esquema que hace ya un siglo se utiliza para denigrar a los que dedican su vida a construir los caminos de la libertad y del bien.


Décadas atrás fueron Rolland y Gide, Heming-way y Dos Passos quienes se sumaron a esa campaña de aniquilación. Compañeros de ruta, se hacían llamar (Orwell y Furet se dieron cuenta a tiempo y lo denunciaron). Hoy, en el Chile del nuevo milenio, lo practican con gran entusiasmo personajes y personajillos que no tienen nada que envidiarles a los célebres en la constancia, aunque estén muy lejos de ellos en la calidad.

El personajillo dijo de ti, cuando supo que todo era un engaño vil, que, bueno, efectivamente eras inocente, pero que igual te creía capaz de hacer lo que te imputaban (mientras tanto él, tan humilde, publicaba su autobiografía antes de los 30). Lo dijo en televisión, a vista y paciencia de todo Chile. Está libre.

El personaje, por su parte, trabaja más delicadamente, con mayor aparente sutileza. Pero, bien analizado, es burdo, porque desarrolla una por una las pautas del asesinato de imagen: desfigura la historia machacando como un dogma que todo el que ayudó a liberar a Chile del marxismo es, por definición, un criminal que debe probar su inocencia; adjudica por osmosis ciertas responsabilidades a determinadas personas, por el solo hecho de haber ocupado cargos (es como si un rector de una universidad que llevara el nombre de un ministro decididamente enérgico, tuviera que responder por las decisiones de aquel secretario de Estado); valida, por contraste, a sus mentores, porque donde ve un comunista lo considera digno de respaldo y adhesión: bloquea así su conciencia, cierra sus ojos a los datos, sueña con un progresismo que nos remontaría al Chile de 1972.

Pero, estimado Jovino, reconozcamos también nuestras culpas. Aceptemos que muchas veces nos ha parecido mejor conceder que defendernos, callar que argumentar, esperar que pase esa tormenta concreta, en vez de salir a capear el temporal. Sacudirnos del pasado, han dicho algunos (por cierto, aventados ya ellos mismos por el pasado más reciente). Nosotros somos culpables, porque no hemos parado a estos sujetos en seco; porque hemos aceptado ir a mesas redondas uno contra cuatro; porque no hemos publicado los libros que debían decir la verdad; porque no nos hemos querellado ante la injuria; porque nos ha parecido que la televisión en manos de la izquierda era un signo de los tiempos; porque creíamos que nuestro patrimonio era el futuro, como si el pasado personal y social no estuviesen dentro, muy dentro de cada uno.

Tontos hemos sido, estimado Jovino, un poco tontos; y eso es algo que a Jaime no le habría gustado nada.

Entonces, una palabra final de ánimo y de compromiso. Mira: a estos tipos los tenemos calados, sabemos lo que valen, conocemos sus coordenadas. No los vamos a combatir ni con el odio, ni con la venganza, ni con la mentira. Pero ustedes, estimado Jovino, los que a veces nos miran con algo de distancia, apóyennos para decirles a estos sujetos que no más, que ya basta.

Es, en parte, por gratitud a lo que tú representas, estimado Jovino.

Posteado por:
sergio feliu justiniano
11/03/2009 09:29
[ N° 6 ] Hasta cuando se tolera por los medios las campañas sincronizadas de desprestigio de la gente decente, ayer se les culpo de un delito mayor y resulta que el pedófilo era Lavanderos senador DC., pero había que desviar la atención pública, hoy como ayer se busca a un chacal para eliminar a Novoa por la izquierda y para eso hay que crear condiciones de opinión pública y se usan todos los peones extraídos del mismo barril de pólvora, desde un Peña seudo intelectual hasta un revolucionario jubilado como Escalona, para cumplir con el fin mayor eliminar a Novoa de vida política.-



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