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sábado, 25 de abril de 2009

SER Carabinero.


¿ AMIGOS Y CAMARADAS ...Y QUE DICE EL MANDO..? HASTA CUANDO ATROPELLAN Y ABUSA EL GOBIERNO DE NUESTROS CARABINEROS...?..¿ES QUE NO IMPORTAN LOS GUARDIANES DEL ORDEN ?...BASTA YA DE NO RESPETAR EL DERECHO HUMANO DE LOS CARABINEROS...BASTA YA, DE NO APLICAR LA LEY Y PISOTEAR NUESTROS DERECHOS Y LA TRANQUILIDAD DE SENTIR Y TENER SEGURIDAD EN EL DIARIO VIVIR .....

AGR.

Qué fácil es ser carabinero! Efectivamente, esta profesión —además de exenta de riesgos, generosamente pagada, y beneficiaria de horarios cortos y cómodos— goza de aliento público y de facilidades innumerables a la hora de reprimir o prevenir el delito. Veamos dos casos:


PRIMERO. «Día del joven combatiente», 29 de marzo. Las conmemoraciones usuales: «cadenazos» contra el tendido eléctrico, dejando poblaciones a oscuras; cortes de tránsito mediante fogatas; balas y piedras contra carabineros; saqueo de un comercio, etc. Dos delincuentes hacen fuego sobre un vehículo policial, cerrada ya la noche. Algunos carabineros persiguen a los hechores, que huyen por un pasaje, en Pudahuel sur. Los uniformados disparan balines de goma. Una niñita, impactada, pierde la visión de un ojo.

Todo se centra en esta desgracia y la comprensible ira de los padres. Juicio penal, sumario interno, el supuesto autor del disparo amenazado de perder su carrera.

(Ya sucedió en una ciudad del norte, pocos años atrás. Conteniendo, también de noche, a universitarios que protestaban quizás por qué —ni ellos mismos lo sabrían, es probable—, se equivocó un carabinero raso y proporcionó a su superior, que disparaba, proyectiles verdaderos y no de goma. Murió un manifestante. El oficial fue a la cárcel y debió dejar las filas)

Nadie pregunta por qué la autoridad permite, ya hace veinte años, que Villa Francia y también ahora otros sectores, como Pudahuel sur, un día preciso y determinado, no tengan ley, sean un Lejano Oeste donde imperen la violencia, la destrucción y el robo. Nadie explica de qué manera Carabineros podría afrontar este motín urbano, sin que existiera el riesgo posible y aun probable de desgracias como la ocurrida. Nadie investiga ni persigue el uso impune de armas de fuego contra Carabineros... a nadie le alarma, siquiera. Nadie explica qué hacía una niñita todavía levantada a esa hora, sola, en plena calle, precisamente durante tan conocida noche de furia. Pero hay algo cierto e inamovible: que si alguien será castigado por el último «Día del joven combatiente», será un carabinero.

SEGUNDO. Una mujer es asaltada y robada de noche. Un carabinero de franco, en su propio automóvil y con su arma particular, recoge a la víctima y persigue el vehículo de los criminales. Intercepta un auto que sería el de éstos según la víctima. Bajándose arma en mano, conmina a la conductora y a su copiloto, también mujer, a que se identifiquen. Rehúsan. Luego la asaltada señala que no son ellas las culpables. El carabinero se excusa... ¿y aquí no ha pasado nada, salvo los méritos de un carabinero que hace caso omiso de su franco para arriesgar la vida persiguiendo un delito y protegiendo a la víctima? ¡Qué ocurrencia! La silenciosa copiloto era la fiscal de la Zona Sur. Denunció al carabinero por «amenazas con arma de fuego». Lo hizo la madrugada de los acontecimientos, 6 de abril, y no terminó el MISMO DIA y ya el carabinero estaba imputado por el Ministerio Público, y detenido sin derecho a libertad por haber sido «flagrante» (!) su «delito» (El Mercurio, 7 de abril).

¡Qué celeridad! ¡Cuánto la envidiarán las víctimas particulares que esperan semanas y meses —así el comerciante de San Bernardo asaltado en veintiún ocasiones, de quien ha informado recientemente la prensa— que los fiscales les den signos de existir! ¡Cómo se reirán los delincuentes VERDADEROS reiterados, cogidos con las manos en la masa, aun confesos, que salen de las audiencias de imputación libres cual pájaros!

El parte policial agrega que la víctima del asalto estaba ebria. ¡Cómo! ¿Y no quedó detenida? Fue lo único que faltó en esta tragicomedia. El policía encausado, por su parte, declaró que a él le habían dicho, y así lo pensaba, que era «carabinero las 24 horas». ¿Ve? No debería creer todo lo que le dicen.


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