
GONZALO ROJAS
Por la espalda
Escalona lo atacó a garabatos y por la
espalda; Saa lo calificó de chantajista y por la
espalda. En ambas ocasiones, el apuñalado fue el
senador Gómez, quien quizás tiene otros defectos,
pero resulta ser de los más frontales y
hombrecitos en su coalición. Por eso mismo le
llega por la espalda.
Cuesta dar la cara hoy en la
Concertación. Cuesta porque el rostro es el
espejo del alma y por dentro no parecen estar muy
calmadas las aguas en muchos de sus integrantes.
En algunos hay filtraciones que dejan
olor a encierro; en otros, hay torrentes de furia
y, hasta en los más plácidos, uno que otro
gorgoreo que devela inquietudes profundas.
El alma de la Concertación: con
frecuencia han usado esa expresión los
presidentes, ministros, senadores, diputados,
alcaldes, concejales y otros dirigentes de la
agrupación, para referirse a un inconsciente
colectivo que los animaría positivamente: una
especie de energía cósmica de la que habrían
succionado la savia para mantenerse casi 20 años
en el poder.
Bonito recurso sentimental y retórico,
más falso que rehabilitación de delincuente
precoz. Lo que ha existido es un afán común de
administrar el poder -totalmente legítimo, por
cierto- disfrazado de principio vital cósmico.
No, la Concertación no tiene alma -como no la
tiene entelequia corporativa alguna- y por eso
morirá, está muriendo ya.
Los que sí tienen alma son los que atacan
por la espalda, los que no dan la cara, los que
están vivitos aún, pero expresan con sus actos la
verdadera naturaleza de las corrientes
subterráneas que los inundan.
Gonzalo Rojas Sánchez
Gentileza de www.sigloveinte.cl
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