jueves, 15 de octubre de 2009

Carta de Gral Videla publicada en El Mercurio


Señor Director.-



A propósito de la respuesta del Ministro Mariano Fernández a la columna de Hernán Felipe Errázuriz sobre nuestra relación vecinal, quisiera hacer algunos comentarios:

En el caso de Perú, las sucesivas y agrias declaraciones que se hacen en ambos lados y las descoordinaciones que se observan, particularmente entre los ministerios de RR.EE. y Defensa, distan de permitir definir las relaciones de “inteligentes”.

En cuanto a Bolivia, incorporó en su Constitución “su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le de acceso al Océano Pacífico y su espacio marítimo”. En el plazo de cuatro años denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a este objetivo.

Es obvio que es lo que intentará con el Tratado de 1904 con Chile.

Como esto atenta contra la estabilidad de nuestras fronteras, creo que se debió no sólo protestar e informar sobre su gravedad a la comunidad internacional, sino además congelar la negociación de los trece puntos contemplados en la “agenda sin exclusiones”.

El 14 de junio en este mismo diario y luego en otras oportunidades públicas y privadas he pedido, sin éxito, saber de la reacción chilena.

Ante la demanda del Presidente boliviano de una “propuesta oficial” del Gobierno chileno de “salida soberana al mar”, el Canciller respondió que se estudiaba la “construcción teórica” de un acuerdo que reflejara una “realidad portuaria diferente”.

La discrepancia no puede ser más evidente. Si a esto sumamos, entre otros, el incumplimiento de los acuerdos del uso de las aguas del río Silala y la negativa boliviana de permitir la venta de un solo átomo de gas a nuestro país, qué duda cabe que las verdaderas relaciones son delicadas y todo apunta a que empeoren.

Estimo que nos aproximamos a tener una situación vecinal muy compleja si no se extrema la prudencia y se practica la diplomacia a través de los conductos regulares y no por los medios.

Las relaciones con nuestros vecinos constituyen políticas de Estado y, por tanto, nuestras autoridades deberían acoger de buen modo las observaciones, comentarios u opiniones de aquellos que se interesan en el tema, aunque sean discrepantes, porque así serán dignas de adquirir ese calificativo.



Ernesto Videla Cifuentes.

12-10-09









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