lunes, 5 de octubre de 2009

UNA NUEVA DERROTA DE LA POLÍTICA


Al proyecto le espera un futuro incierto:
Una nueva derrota de la política

La interrogante de por qué los Kirchner triunfan cuando deberían perder tiene una respuesta: el control de los dineros del Estado.

Joaquín Morales Solá
JOAQUÍN MORALES SOLÁ
Exclusivo de La Nación para "El Mercurio".

El Congreso se apresta a aprobar un proyecto de ley de medios elaborado contra un sector determinado del periodismo, que delegará en el mandamás del gobierno muchas facultades sobre la libertad de expresión. La necesidad y el oportunismo del oficialismo aceleraron el trámite con una velocidad de vértigo, lo que le restó al proyecto cualquier maquillaje de seriedad.

Son tantos los derechos y garantías olvidados en el camino que los jueces deberán actuar donde fracasó la política. Voces importantes de la Justicia han adelantado que la conversión de ese proyecto en ley, tal como está, caminará sin remedio hacia una declaratoria de inconstitucionalidad. Pero la última instancia de la Justicia está al final de un largo recorrido. A la futura ley de medios le aguarda el fárrago lento y arduo de una compleja gestión judicial. Será, al mismo tiempo, una ley fugaz; un próximo gobierno la cambiará o hará una nueva.



No se preocupen. No es contra ustedes. Esta es la respuesta que innumerables afectados por la ley (que no pertenecen al Grupo Clarín, el destinatario final de la ofensiva) recibieron de parte del Comité Federal de Radiodifusión, Gabriel Mariotto. Quedó claro para sus interlocutores que la eventual ley fue pensada contra un sector en particular. Es notable que una mayoría importante de los diputados haya aceptado esa lógica de desquite y represalia, y que otra mayoría en el Senado se prepare para hacer lo mismo.

Los Kirchner han perdido hace poco una elección crucial y ahora están en el subsuelo de la aceptación popular. Kirchner se da el lujo de deslizar su candidatura presidencial para 2011 y aún hay dirigentes peronistas que le creen. Con el 80% de imagen negativa, el destino que lo acecha es su casa y no el poder. Nadie habla de la candidatura a la reelección de Cristina Kirchner, porque nadie la cree viable, y la mayor crítica que recibe la Presidenta es que le delegó el gobierno a su marido, con menos crédito social que ella.

Los Kirchner van ganando batallas con los pocos recursos institucionales que les quedan. La interrogante de por qué triunfan cuando deberían perder tiene una respuesta: el control de los dineros del Estado. El envío de los recursos de la coparticipación a las provincias se redujo en un tercio en el último año. Sólo dos tercios son girados normalmente. El tercio restante se negocia en Olivos. La mayoría de las provincias necesitan de esos recursos para el trámite básico de pagar los salarios al personal estatal.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien fue públicamente crítico del proyecto de ley audiovisual, sufrió en el acto una venganza financiera: le cortaron todos los recursos nacionales para obras públicas de Vialidad Nacional que se realizan en su provincia. Los contratistas locales no cobran y debieron despedir a empleados, que a su vez acosan al gobernador con cortes de rutas.

Definitivamente, el senador Guillermo Jenefes es un peronista cabal; la disciplina prevaleció sobre las ideas. Durante una muy dura reunión con el matrimonio presidencial en Olivos, en la noche del miércoles último, con varios senadores peronistas más, Jenefes aceptó la rendición y habilitó con su firma el tratamiento del proyecto en el recinto del Senado. Antes había dicho que no firmaría si no se le introducían al proyecto cambios sustanciales para proteger los derechos adquiridos.

Firmó sin condiciones. Seguramente su provincia, Jujuy, fue amenazada con la advertencia de que no recibiría recursos nacionales en adelante. Los principios se dirimen en esos términos en la era de los Kirchner.


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