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miércoles, 17 de febrero de 2010

En honor a las victimas del bombardeo aliado de Dresden.



A 77 años: 30 de enero de 1933 y a 65 años: 13 y 14 de febrero de 1945.

¡Que nuestras palabras no sean caricias para pusilanimes!
Al que le gusten nuestros recuerdos ¡que le gusten! y al que no le gusten ¡que no le gusten! Y que fué!!!!

Despues de 14 años de oprobio y humillaciones (en resultas de la Primera Guerra Mundial) el pueblo alemán reaccionó y se liberó de sus cadenas entre enero y marzo de 1933.
La venganza del poder de la usura desplazada fué cobrada aplastando la liberación nacional del pueblo alemán con el resultado de la Segunda Guerra Mundial; venganza que queda simbolizada con la masacre genocida de 52.000 alemanes civiles desarmados (la mayoría niños, mujeres y ancianos) refugiados en una ciudad que no estaba armada porque era una joya arquitectónica urbanística. Los autores materiales del genocidio alemán de Dresden fueron pilotos ingleses y norteamericanos. Los autores intelectuales hay que buscarlos en quienes junto con usufructuar de la usura se regocijan con ritos de sangre. Ni unos ni otros han sido juzgados, ni unos ni otros han sido condenados.
65 años despues el pueblo alemán (con el entusiasmo de sus vanguardias juveniles) comienza a reaccionar. No sabemos si nuevamente logrará liberarse de los oprobios y humillaciones puesto que las cadenas impuestas son muchísimo peores que las que siguieron a la anterior derrota bélica, pero lo que sí se puede vislumbrar es que si el pueblo alemán logra zafarse de ese encadenamiento, el movimiento que se va a producir va a ser muchísimo más energico y contundente que el encabezado por Hitler. ¡Y ahí los queremos ver a Ellos!
PETRAS.

Nuestros militantes, que aun se encuentran en Alemania a espera de regresar a España, nos han informado de primera mano de los problemas y obstáculos que se encontraron en la ciudad alemana a la hora de realizar la manifestación prevista.
Otro año más, Alianza Nacional estuvo presente en Dresden, al igual que lo estará en los años venideros para recordar a las víctimas del cobarde y brutal ataque de la ciudad de Dresden y para defender, codo con codo junto a los demás camaradas europeos, la celebración de este acto.
En breve estará disponible una crónica de lo sucedido así como un extenso reportaje grafico.

Bombardeo aliado de Dresden
A principios de 1945, el Ejército Rojo ocupaba territorios en su paso hacia la invasión del Reich. Los alemanes retrocedían, y junto con ellos también se replegaban multitudes de refugiados, huyendo del terror rojo. En ese momento los aliados decidieron implementar la política del exterminio: bombardear indiscriminadamente las ciudades germanas, centrándose sobre todo en Berlín, Leipzig y Dresden. Ésta última, Dresden, era la menos industrializada. Era una ciudad histórica, con bellos edificios y tesoros culturales. Había también industrias pero la función de la ciudad era principalmente administrativa, siendo también centro de transportes y comunicaciones.

En dos noches consecutivas, las del 13 y 14 de febrero de 1945, aviones británicos llevaron a cabo bombardeos masivos sobre Dresden. El objetivo pretendido de los bombardeos era deteriorar la producción industrial militar. Sin embargo, el objetivo de los bombardeos no fue el sector industrial, sino el centro histórico de la ciudad, constituido en su mayor parte por edificios residenciales de madera. Las consecuencias del bombardeo fueron terribles. El efecto en la capacidad industrial fue escaso, y los daños al transporte, limitados. Pero en términos de pérdida de vidas y de destrucción de propiedades, el saldo fue catastrófico: murieron 250.000 personas, en su mayoría civiles habitantes de la ciudad y refugiados, y unos 15 kilómetros cuadrados del centro de la ciudad quedaron totalmente arrasados.

Sobre la inerme ciudad, los aviones aliados, democráticos, mortíferos, fueron desgranando su bien aprendido credo de horror y espanto, bomba tras bomba, tiniebla a tiniebla, mientras de los despojos se iba elevando el humo de la destrucción, cual un saludo hacia las iniquidades de Yalta y Postdam.



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