
Escribo desde el avispado dolor
Que ofrece el encierro
De un mentor de nuestra verdad
La verdad,
La única verdad
La que tanto se esfuerzan en negar
En maquillar, en disfrazar, en inculcar.
Sus palabras, son veneno;
Aciagas, putrefactas,
Tanto o más que su nombre.
Las tuyas:
Aguas pervividas, limpias
Como nuestra sangre,
La única que aun pensar
Por si misma sabe.
Piensa
Que tan solo buscan hundirse
En el latir de nuestra gente,
Latir que para ellos
Se torna insoportable,
Indeseable.
Piensan
Acallar por siempre una voz,
Impedir el fluir de unas ideas
Que, con vida propia,
Sonará siempre,
Gracias a hermanos como usted.
Como erizos de mar bravo,
Afilados, dañinamente armados,
Rebuscan en el costado herido,
Ahondan en la pena
Que tan solo ellos han creado
¡Qué buen partido le están sacando!
Nosotros
Solo oímos su voz
Y las de muchos otros
Que en la lucha han entregado:
Vida, trabajo y pensamiento
Ofreciéndonos la luz,
Entre las tinieblas
Que nos tiene presos.
Sabemos,
Que todo está desordenado, podrido,
Nada se haya de valor en nuestros paisajes;
Pero aun hay libertad en nuestras mentes,
En esta estirpe, que ante el enemigo
Jamás sucumbe, ni se envilece.
Existe un ayer,
Nosotros lo sabemos
Aunque lo quieran corromper.
Existe un hoy,
Nosotros lo hacemos
Aunque nos quieran destruir.
Existe un mañana
Nuestros hijos SERÁN,
Aunque sigan insistiendo,
Aunque sigan inventando…
La mentira no es eterna
Y la verdad triunfará.
Alguien como usted: inestimable presente.
Crece y enriquece este mundo,
A pesar de estas horas infames,
Usted no tiene precio, ni un pasado reprochable,
No permita que le hagan creer
Que todo su esfuerzo ha sido en balde.
Su semilla sigue y seguirá germinando
Y las 14 palabras
Las perpetuaran para siempre
Aquí donde aun vive
La libertad del ser humano.
Carmen Padial.
Militante de AN en Madrid
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