Páginas

sábado, 6 de marzo de 2010

PATRIA PERDONANOS




Por favor patria perdónanos, por haberte denigrado vilmente en el año de tu bicentenario.
Perdón por haber permitido, mientras estábamos absortos en nuestros intereses personales, que como sociedad hayamos llegado a un grado de putrefacción, como el que le hemos mostrado al mundo coetáneamente con el tsunami y terremoto. Porque el verdadero tsunami que ha arrasado tu suelo patria amada, han sido las hordas de vándalos y hampones que impunemente vejaron en las peores circunstancias a tu pueblo, y los ineptos que sacaban cuentas políticas en La Moneda para determinar qué harían.
Perdón por habernos convertido en una república, en que a los cobardes les permitimos que se disfracen de prudentes. Perdón por haber permitido que nos gobernaran la irresponsabilidad e ineptitud, al fiel estilo de esa debacle llamada Transantiago, dejando abandonados a su amarga suerte a millones de compatriotas golpeados por la naturaleza y luego azolados por el lumpen. El mismo delincuente para el cual se hizo una reforma procesal penal ultra garantista y ultra permisiva, “para cautelar los derechos del detenido”, mientras las víctimas, gente de trabajo, honrada y decente, deben arreglárselas por sus propios medios y vivir encarcelados tras las rejas de sus casas y barrios. Perdón por haber llegado a tener ministros de tal ineptitud como un canciller que al medio día de la tragedia soberbio declaraba que tú no necesitabas ayuda internacional y que 48 horas después su gobierno clamaba al mundo por el socorro sin fronteras.
Perdón por haber silentes contemplado cómo la eficiencia y el arrojo histórico de tus FFAA, se cambiaban por las genuflexiones a los políticos de turno, los nunca más y los ademanes versallescos, transformando a algunos de sus órganos en entes incapaces de reaccionar de
modo instantáneo, contundente y masivo, en contra de la sorpresa, después de prepararse toda una vida para ser céleres, precisos y eficaces. Porque el socorro al desvalido que llega tarde y a destiempo, es lo mismo que el bombero que arriba cuando la casa está en cenizas.
Sí, muchos doctorados y magister en ciencias sociales, muchas formas corteses y diplomáticas para asistir a comisiones inútiles en el Congreso, muchas ceremonias y desfiles impecables, muchos comunicados de prensa prolijamente redactados para justificar lo injustificable, como en Antuco; pero, pero a la hora de los quiubos, cuando hay que mantener el orden publico a metros de sus oficinas, como ocurrió con los saqueos que empezaron a las 10 AM del sábado 27, en las puertas del Comando Terrestre de Concepción, cuando había que ser asertivo y puntual para alertar de la muerte que avanzaba desde el océano.
Y fue la respuesta al desastre nula, porque las autoridades de La Moneda, partiendo por la mismísima Jefa del Estado, estaban preocupadas de nombrar comisiones de análisis político de la crisis, de “la proyección de su imagen”, de no aparecer ni de lejos con un perfil autoritario que pudiera empañar su “progresismo” hacia el 2014. No obstante que la FACH a las 2 horas del terremoto le informara que todos los aviones estaban listos para despegar a las zonas devastadas. Porque tú sabes patria amada, que en muchas otras ocasiones cuando te atacó tu naturaleza indómita, como en 1906, 1939, 1960, 1965, 1971 o 1985, con gobiernos de los más distintos signos, jamás uno de tus presidentes titubeó un segundo, permitiendo que la delincuencia masivamente saqueara tus bienes y ultrajara a tus hijos impunemente.
Perdónanos patria por haber formado generaciones de chilenos sin sentido ciudadano, sólo codiciosos consumidores y campeones en drogas y narcóticos. Con las Marías Música transformadas en heroínas, después de lanzarle jarrones de agua a una ministra. Con un país donde nadie es responsable de nada cuando se trata de la ineficiencia y despilfarro de los recursos fiscales. Con niños que ya no respetan a sus profesores ni a sus pares y tampoco a
sus padres, pero que al decir del progresismo “son libres y espontáneos en la diversidad”.
Cómo no quisiéramos patria amada que todos pudiéramos ser uno, pero la lenidad, la desidia, la indolencia gubernamental de las primeras 48 horas cruciales, fue más demoledora que el sismo en si mismo; y callar, mirar para el lado, hacerse los lesos, sería otra afrenta peor en contra de tus hijos.
Perdónanos patria por haber prohijado en nuestras entrañas una prensa insulsa y obsecuente con el poder y los poderosos, lo que hizo posible la progresiva descomposición de nuestros cuerpos sociales, hasta el grado de postración en el que estamos hoy. Perdónanos patria por haber permitido que los incapaces, que los ineptos, que los aduladores y rastreros, coparan la generalidad de los puestos de mando, estatales y privados, construyendo un país de mitos narcisistas y vacuos. Esos de vencedor jamás vencido, de los jaguares de Latinoamérica y de los campeones de los DDHH, cuando en sus cárceles el hacinamiento alcanza a la brutalidad de tener doce reos encerrados por 22 horas diarias en celdas sin letrinas y de 3×3.
Perdónanos también patria amada, por haber mantenido tanto tiempo un “progresismo” que saqueó tus arcas, mientras gobernaba para que una ínfima minoría acaparara mucho y una mayoría ganara poco, generando el resentimiento entre tus mejores hijos.
Perdónanos patria, por haber sido pusilánimes y cobardes cuando no hicimos lo que correspondía y ese progresismo te cercenaba, con su boba candidez, de 582 kms2 de tu territorio austral.
Perdónanos patria, porque en definitiva, mientras no tengamos el coraje y
talento de nuestros antepasados gloriosos, que te hicieron grande y principal,
los que hoy vivimos en tu seno seguiremos siendo tu vergüenza.




1 comentario:

  1. Rus:
    Te reproduzco la carta de Adolfo Zaldivar del 'Mercurio de Santiago":

    "Razones de la demora

    Cartas
    Sábado 06 de Marzo de 2010

    Señor Director:
    No comparto con el ministro del Interior las razones que tuvo el Gobierno para no declarar inmediatamente el estado de catástrofe.
    Sostuvo que no tenían información suficiente y que los militares en las zonas afectadas eran escasos para manejar el toque de queda.
    Ante la primera excusa, cabe preguntarles: “¿por qué entonces la señora Presidenta se constituyó en la Onemi de madrugada? ¿Por qué él llegó a las 07:00 desde la V Región? Eso fue así porque tenían información de que la situación era gravísima. Tenían más información de la que obtuve a través de una emisora argentina que dio cuenta que la agencia de Estados Unidos NOAA declaraba que en Chile se había producido un terremoto grado 8,8 de la escala de Richter.
    La segunda razón es más bien otra, como lo reconoce el ministro Bitar: no estaban dispuestos a dañar la imagen de la Presidenta y de la Concertación con los militares en la calle manejando la crisis.
    A estas alturas está claro que el Gobierno tuvo información suficiente y que se resistió por razones políticas a declarar de inmediato el estado de catástrofe.
    Contrasta esta forma de actuar con la asumida por el gobierno que enfrentó el terremoto del año 1960.
    Es esa oportunidad, ante un terremoto similar en extensión y superior en intensidad, que alcanzó los 9,5 grados de la escala de Richter, quedaron absolutamente cortadas las comunicaciones con la zona sur, y el gobierno se impone a través de un comunicado del periodista Enrique Folch, que informa de la tragedia por transmisiones de radioaficionados.
    El Presidente Alessandri procede a suspender las celebraciones de ese 21 de Mayo. Convoca a una reunión de emergencia para tomar medidas urgentísimas. Las Fuerzas Armadas toman por instrucción presidencial de inmediato el control del orden público y se integran a otras tareas logísticas de ayuda de comunicación y de reconstrucción.
    Se dictan los decretos de emergencia para poder organizar la entrega de alimentos, una pronta ayuda económica y un decreto para poder fijar los precios. El propio Presidente y sus ministros dentro de las limitaciones de la época viajan a las provincias afectadas y organizan a los intendentes y gobernadores con instrucciones directas y precisas.
    Y en ese tiempo no había internet, no había celulares, los teléfonos eran bastante limitados en relación a los actuales y se carecía de los medios aéreos versátiles como los contemporáneos.
    Para enfrentar la emergencia y la incertidumbre primó que lo esencial era preservar el orden público. Y eso se realizó de tal manera, con tanta inteligencia, con tanta oportunidad, que se logró enfrentar con recursos mínimos el mayor terremoto desde que se tiene registro y también con tsunamis.

    Tanto es así, que el gobierno de Alessandri pudo manejar el problema del Riñihue. ¡Prácticamente increíble! De no haber sido de esa forma, hubiesen desaparecido Valdivia y 100 mil compatriotas.
    Ésta es la diferencia sustancial en el manejo de ambas crisis. Uno resolvió y el otro todavía evalúa.
    Adolfo Zaldívar Larraín

    77 Comentarios publicados
    Posteado por:
    Eduardo Vasquez S.
    06/03/2010 16:08
    [ N° 1 ] IMAGEN
    Todo clarito...!!!
    Demasiado claro, como para ignorar las falencias de un gobierno de reacción, abrumado por complejos ideològicos..., el que una vez mas nos ha demostrado que no tiene iniciativa, timón, ni mando..., ya que todo es improvisación, descoordinación..., actuando en forma alucinadamente visceral ante lo imprevisto...
    Después de estas demostraciones...., ¿alguien duda de sus limitaciones, precipitaciones e incapacidades...???"

    Me alegro que estés bien.

    6 de marzo de 2010 21:36

    ResponderEliminar