
Santiago, Abril de 2010
Sr. Director:
La presente tiene por objeto traer a la conciencia de sus lectores y demás compatriotas, un tema de gran relevancia y de profundo significado moral, para nuestro desempeño en la sociedad en la cual estamos insertos.
Se trata nada mas ni nada menos, de la interpretación que, especialmente en nuestro país, se ha estado dando a dos conceptos valóricos trascendentales para nuestra convivencia, como lo son LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
Seguramente la gran mayoría de nosotros ha escuchado, en especial en estos últimos veinte años, a diferentes personas del ámbito público y privado, unidos por ideologías políticas o simple interés personal o grupal, expresar estos conceptos como si nunca antes hubieran sido asumidos por la sociedad; pero ahora y sólo gracias a su constante accionar, se estarían aplicando en plenitud y logrando con ello, promover la aceptación generalizada, en especial por parte de la juventud menor de 40 años, de su interpretación de VERDAD Y JUSTICIA, lo que normalmente se une al slogan “NI PERDON NI OLVIDO”.
Aceptemos que nuestra memoria es frágil y con el pasar del tiempo, por razones de egoismo, indiferencia o simple conveniencia, esta pareciera estar absolutamente aletargada... Gran triunfo para los ideólogos que generaron este macabro plan de tergiversación histórica y de estos valores morales, que no son los únicos, pues a ellos podríamos agregar muchos otros, como responsabilidad, honradez, respeto de símbolos patrios, etc., etc.; y, gran derrota, hasta hoy, para una generación viva y por supuesto, mayor de 40 años, que ha permitido impasible, salvo honrosas excepciones, que se hayan trastrocado valores fundamentales inculcados desde su infancia y cuyo resultado negativo ha sido, entre otros, el contumaz aprovechamiento político-judicial de las últimas dos décadas, a través del cual se ha logrado liberar de responsabilidad a los verdaderos responsables del desastre y cuasi guerra civil a la que quiso ser llevada nuestra Patria, en la década de los 70 y culpar de ello exclusivamente, a quienes debieron, en cumplimiento de sus obligaciones, oponerse a sus deleznables propósitos y quienes hoy continúan sufriendo los rigores de una justicia parcial y discriminatoria, en notable contradicción con un verdadero estado de derecho.
Digamos de una vez, las cosas por su nombre: lo expresado previamente no obedece en absoluto a los auténticos conceptos de VERDAD Y JUSTICIA, los que han sido reemplazados pero manteniendo su nombre, por los de una mal intencionada MENTIRA hoy ya institucionalizada, desde las mas altas esferas de la conducción política de Chile en estas dos décadas; y, por la VENGANZA política y personal de algunos, que no aceptan ni perdón ni olvido.
Por lo tanto, esa generación que no ha querido o no le ha convenido reaccionar ante este embuste valórico, sabe en sus conciencias que lo implantado arteramente en el inconsciente ciudadano, es la MENTIRA en lugar de la VERDAD y la VENGANZA en vez de la JUSTICIA.
Otra gran tarea para el Gobierno que recién se inicia, elegido mayoritariamente por el pueblo de Chile, por representar el CAMBIO tan anhelado por esa mayoría; y, grande también su responsabilidad, para con el Chile del mañana y sus futuras generaciones.
JAIME NUÑEZ CABRERA
BGL del Ejército de Chile
En situación de retiro.
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