sábado, 2 de octubre de 2010

ARGENTINA : GENERAL VIDELA, EJEMPLO DE VALENTÍA



UN EJEMPLO DE VALENTÍA Y CONSECUENCIA. CREO QUE EN CHILE TUVIMOS UN
GENERAL DE ESA TALLA: CARLOS FORESTIER HAENSGEN

APORTE DEL PRESIDENTE DE UNOFAR Vª, DON: Francisco Alomar

Información general....

Texto de la declaración del ex Presidente Jorge Rafael Videla ante el
tribunal que lo está sometiendo a "juicio" en Córdoba por haber
participado en la lucha contra el terrorismo marxista.


MANIFESTACIÓN ANTE LOS JUECES


Señor Presidente:

Con el debido respeto a su investidura, me dirijo a Ud. como
Presidente de este Tribunal, pero con el deseo de llegar a mis
conciudadanos y en particular a mis jóvenes camaradas del Ejército que
no han vivido lo que es materia de este juicio y resultan víctimas
propicias para ser confundidos y engañados.

No soy yo quien debe decirle a Ud. que la indagatoria, así como su
ampliatoria de la que estoy haciendo uso, son instrumentos jurídicos
en beneficio del ejercicio de la legítima defensa en juicio.

Pues bien, no he venido hoy a defenderme ante un Tribunal al que ni la
Constitución Nacional, ni las Leyes nacionales ni internacionales
incorporadas a ella le reconocen competencia para juzgarme; menos aún
para juzgarme por hechos ya juzgados en la Causa 13/84, llamada de los
Comandantes, por la que cumplo injusta condena a reclusión perpetua,
desde el mes de diciembre de 1985, con la accesoria de destitución e
inhabilitación absoluta y perpetua.

Tampoco he venido hoy a defender a quienes fueron mis Subordinados
durante la Guerra interna librada por la Nación Argentina contra el
terrorismo subversivo; para ello están la valentía y el coraje con que
lo hacen los propios interesados, acompañados por la brillante defensa
técnica que realizan sus abogados defensores casi a diario, dando
ejemplo de espíritu de servicio para con sus asistidos y de
solidaridad para con sus colegas; ello quedó palmariamente demostrado
en el tratamiento de la Recusación al Vocal de este Tribunal Dr. Pérez
Villalobos.

He venido si, a honrar mis responsabilidades castrenses asumidas en
plenitud, respecto de lo actuado por el Ejército en la guerra ya
citada, ordenada por un Gobierno constitucional en pleno ejercicio de
sus facultades, único caso en la Región, que culminara con una
victoria posibilitada por el apoyo mayoritario del pueblo argentino.

Sr. Presidente: hace ya dos meses que, en forma insistente y
reiterada, venimos escuchando testimonios poco espontáneos y hasta
teatralizados que, a través de una repetición sistemática de
acusaciones falaces, centradas en dos de los acusados, a los cuales se
pretende ridiculizar con apodos y extravagancia en el vestir, apuntan
en el fondo al desprestigio del Ejército, usando metodologías
gramscianas.

Todos los testigos a su vez, se presentan como víctimas, cuando el
común denominador que los une es haber pertenecido al terrorismo, tal
como está debidamente comprobado por los antecedentes penales que se
han agregado a la causa.

Finalmente el agravio a la institución Ejército Argentino ha llegado a
tal grado de insensatez, que no ha faltado quién la calificara de
"asociación ilícita".

Me opongo terminantemente a tal calificativo, que presupone que la
asociación ilícita pueda ser la normal relación entre el que manda y
el que obedece, cuando en realidad dicha relación no puede ser otra
que la subordinación.

Subordinación no es obediencia ciega al capricho del que manda.
Subordinación es obediencia consiente a la voluntad del superior, en
función de un objetivo que está por encima del que manda y del que
obedece -en nuestro caso la legítima defensa de la nación agredida- en
virtud del cual el mando deja de ser arbitrario y la obediencia se
ennoblece.

No, Sr. Presidente, no podemos equivocarnos en andar buscando un
Ejército bueno y un Ejército malo. Ejército hay uno solo: el de las
Guerras por la Independencia; el de la Reorganización Nacional; el de
los Héroes y Mártires contemporáneos; el que contó entre sus filas a
mi padre y a tres de mis hijos y cuenta hoy con uno de mis nietos; el
que tuve el honor de comandar; el de ayer, el de hoy y el de siempre,
con sus virtudes y defectos, permanentemente al servicio de la Nación,
como institución fundamental de la República.

Es a ese Ejército, al que represento en estas circunstancias, al que
quiero desagraviar, denunciando una campaña sistemática de
desprestigio, con vistas a su destrucción como Institución de la
República, objetivo intermedio para subvertir la Nación, al mejor
estilo de Gramsci.

Tal vez, Sr. Presiente, valga recordar una famosa frase de Nicolás
Rodríguez Peña que decía:

Que fuimos crueles ¡vaya con el cargo!, mientras tanto, ahí tienen
Uds. una Patria que no está en el compromiso de serlo. La salvamos
como creíamos que debíamos hacerlo. ¿Hubo otros medios? Nosotros no
los vimos, ni creíamos que con otros medios fuéramos capaces de hacer
lo que hicimos. Arrójennos la culpa al rostro, y gocen de los
resultados. ¡Nosotros seremos los verdugos, sean Uds. los hombres
libres!

Sr. Presidente: En tal sentido, que fuimos crueles nadie lo dude; sí,
lo hicimos en el marco de crueldad que impone toda guerra por su
propia naturaleza; pero no fuimos sádicos ni integramos una asociación
ilícita.

Sr. Presidente: He terminado mi exposición, gracias por escucharme.

fuente: http://presospoliticosargentina.blogspot.com/




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