sábado, 23 de octubre de 2010

MUSEO DE LA MEMORIA



DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 536




Escribe don Rafael Mellafe Maturana

Yo fui exiliado político.
Pero a diferencia de otros, al momento en que llegamos con mi
familia al país que nos acogió, en este caso España, nadie nos
estaba esperando, nadie nos tenía preparado un lugar donde vivir,
nadie me tenía inscrito en un colegio y mi papá no tenía un
trabajo preparado ni menos alguna remuneración para
mantenernos durante algunos meses.



Eso es fácil de explicar: mi familia y yo fuimos exiliados políticos
antes del 11 de septiembre de 1973.
La pregunta es: ¿por qué fuimos exiliados políticos?
A mi padre le expropiaron su empresa, Mellafe y Salas Ltda., en
agosto de 1972, y desde entonces se inició una persecución
implacable hacia su persona y familia.



Muchas veces estuvo detenido por la Policía de Investigaciones, y
lo interrogaron durante horas, nuestra casa estaba
constantemente vigilada por personas que se movilizaban en
automóviles Fiat 125 (raros y caros para la época) de color rojo.
Llamadas telefónicas con amenazas de muerte o de secuestro y
un largo etcétera, lo que lo obligó a tomar la decisión de irse con
toda su familia de Chile.


Cuando leo en la prensa que el gobierno socialista de la
Presidenta Bachelet inauguró el “Museo de la Memoria” que
cubrirá el período entre el 11 de septiembre de 1973 y 1990, tengo
un sentimiento de dolor y gran tristeza al no considerar el período
previo al golpe militar, al no considerar que en ese mismo lapso
mis derechos humanos también fueron violentados.


La Concertación, desde que tomó el poder, en 1990, que ha
enarbolado las banderas de la “Reconciliación Nacional”, pero
con estos actos nos damos cuenta de que se sacan la careta y
siguen fiel a su lema: “Ni perdón ni olvido”.


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