IGLESIA PIDE PERDÓN POR CASOS DE ABUSOS

En Misa por Chile, junto a muros históricos del Templo Votivo de Maipú:
Iglesia Católica pide perdón por casos de abusos contra menores

La rogativa no estaba contemplada en el diseño original y fue pronunciada por Héctor Gallardo, vicario de la Zona Oeste, en el espacio dedicado al perdón.

NELLY YÁÑEZ N.
El Mercurio

Un público perdón por todos los errores cometidos que la han remecido en el último tiempo -incluidos los casos de abuso sexual en contra de menores- pidió la Iglesia Católica en la Misa por Chile, frente a los históricos muros del Templo Votivo de Maipú y en el cierre de sus actividades por el Bicentenario.

La rogativa, pronunciada por Héctor Gallardo, vicario de la Zona Oeste, no estaba incluida en el programa. La frase original sólo decía: "Pedimos perdón al Señor por los actos y gestos que han ofendido y dañado la dignidad de las personas". No obstante, el vicario fue más allá: "Pedimos perdón Señor -dijo- por todos aquellos que habiendo recibido la confianza y el ministerio de la Iglesia han ofendido con sus actos la dignidad de los más pequeños".

No fue lo único fuera de libreto. De acuerdo con la programación y con los anuncios anteriores, todos los obispos debían -en el momento del perdón- ponerse de rodillas.

Por eso, cuando llegó ese instante, justo a las 17 horas, Cristián Precht, vicario general de Pastoral del Arzobispado, pidió a los feligreses y a los obispos que estaban a su lado que se inclinaran. "Todos de rodillas, todos de rodillas", dijo, haciendo un gesto con las manos.

Sin embargo, como se observa en la foto, terminó siendo el único que lo hizo, pues los obispos optaron por vivir ese espacio inclinando la cabeza.

El perdón incluyó, además, las infidelidades, el bien que se ha dejado de hacer, los pecados de los pastores consagrados, los actos en contra de la unidad de la Iglesia y en contra del respeto a otras confesiones. También, por los pecados en contra del respeto a los pueblos originarios y las faltas frente a la justicia social, la violencia política, las violaciones a los derechos humanos, la transmisión de la fe, el relativismo moral, la vida y por todo lo que hace indigno el nombre de cristianos.

El punto fue abordado nuevamente en la homilía del cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien llegó ayer desde Roma para presidir la misa, la última de esta magnitud en la que participa, pues es inminente el nombramiento de su sucesor.

"Los males que hemos causado de diferentes maneras contradicen nuestra vocación cristiana, nos duelen y avergüenzan profundamente y quitan la confiabilidad a la Iglesia", sostuvo. E hizo ver que "el grave daño que causan estos pecados, que a veces son verdaderos delitos, nos llevó a la petición de perdón con que hemos iniciado la eucaristía".

En la misa, a la que asistieron el Presidente Sebastián Piñera y el nuncio apostólico Giuseppe Pinto, debutó el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati.

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''Pedimos perdón por todos aquellos que habiendo recibido la confianza y el ministerio de la Iglesia han ofendido con sus actos la dignidad de los más pequeños".

HÉCTOR GALLARDO, Vicario de la Zona Oeste.

''El grave daño que causan estos pecados, que a veces son verdaderos delitos, nos llevó a la petición de perdón con que hemos iniciado la eucaristía".

FRANCISCO JAVIER ERRÁZURIZ, Arzobispo de Santiago.