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lunes, 22 de noviembre de 2010

JUSTICIA CON INJUSTICIAS



“ El pueblo chileno es una
cometa, cambia su visión de
la historia según lo aires de
los gobiernos de turno ”

EDICION ESPECIAL DE CHILE INFORMA CON REFLEXIONES

ESCRITAS POR DON LINCOYAN BUROTTO, CORONEL
DE EJERCITO

Mientras el país observa la pesada artillería político-jurídica
cayendo sobre los militares del 73 procesados por violar derechos
humanos, viajando en carros de gendarmería a las cárceles de
Punta Peuco o al Penal Cordillera o, simplemente cumpliendo
condenas ya largos años en dichas cárceles, todo el resto de
nuestros compatriotas celebraron cada uno a su manera los 200
años de independencia de Chile.

Mientras el país crece estos últimos meses a una tasa sobre el 7%,
mientras la popularidad del gobierno y su presidente alcanza cifras
cercanas al 54%, el sector pasivo de las Fuerzas Armadas y de
Orden y Seguridad ven con angustia e impotencia a sus oficiales,
suboficiales, clases, soldados, gente de mar, aviadores, carabineros
e incluso ex detectives y sus respectivas familias, como viven en el
oscurantismo de la ingratitud y la venganza, odiados o despreciados
por una clase política, demagógica, cínica, traicionera y oportunista.

Los Uniformados de 1973

Los militares del 73, fueron los héroes que salvaron a Chile del
comunismo, abrazados efusivamente por la inmensa mayoría de
nuestros compatriotas en las calles de ciudades y pueblos.
Militares que no sabían de política, ni menos de politiquería,
respondieron con las armas que les entregaba su pueblo para
defenderlos de la amenaza extranjera enquistada en su patria, lugar
en donde abundan los desmemoriados, la incultura y la permanente
y oscilante forma de interpretar la historia.

Militares que por su formación y gran disciplina, cumplieron las
ordenes de neutralizar, apresar y destruir si era necesario, a
quienes intentaron vender a los chilenos y su tierra a sistemas
totalitarios socialistas que desde muchos años antes habían regado
tierras extranjeras con la sangre de cientos de miles de habitantes
de incontables países, para imponer la dictadura comunista.
Sistemas de gobiernos político-militarizados totalitarios que
probadamente han fracasado en todo el mundo.

Chile se adelantó a la caída del Muro

Los militares en Chile, después de derrotar al marxismo 16 años
antes de la caída del muro de Berlín y del comunismo internacional,
hicieron frente por más de 16 años a una resistencia armada
subversiva y terrorista clandestina apoyada financiera e
intelectualmente por parte de los actores políticos aún vigentes en
el país y cuyos sostenedores provenían del extranjero.
Los militares del 73, no tuvieron la sabiduría ni la visión para prever
lo que pasaría una vez retomada nuevamente la democracia.




Durante los 16 años que dirigieron la nación chilena, cayeron
muchas veces en el odio y la vehemencia innecesaria, acuñada
desde muchos años antes y sembrada en todo el territorio por el
marxismo. O simplemente, cumplieron ordenes, entendiendo que
no cabía la opción de incumplirla so pena de caer en actos de
traición.
Muchas veces se le insinuó a Pinochet no llevar a los militares a
contiendas plebiscitarias ni políticas, y que, por el contrario, se
entregara el poder voluntariamente.
Esa muy débil y temerosa propuesta no tuvo eco en las autoridades
de la época ni en Pinochet, y los militares fueron sometidos al
veredicto popular en un clima ciudadano ya evangelizado por una
clase política mayoritariamente proveniente de la ex Unidad
Popular, apoyada por otras facciones ansiosas de recuperar
posiciones políticas y económicas perdidas.
Con Pinochet, sólo como jefe del Ejército, desde él hasta sus más
cercanos colaboradores militares de alta graduación y parásitos
políticos que usufructuaron del poder durante el gobierno de los
militares, sólo hubo la preocupación de sus intereses personales.
Militares del 73: Ahora procesados
Así fueron cayendo procesados y luego condenados los militares
del 73.

Mayoritariamente aquellos que en esa época eran jóvenes oficiales,
recibieron el impacto de una justicia proveniente de jueces de clara
orientación ideológica, apoyados por instituciones armadas que
callaron la persecución judicial y política, aceptaron la humillación y
los vejámenes verbales a que fueron sometidos.

Con un Ejército activo, que confundió el respeto al estado de
derecho, con el sometimiento intelectual a una clase política que
primero causó el más grande fracaso de gobierno alguno en nuestra
historia patria y luego atacó con armas de guerra a sus camaradas
del 73.

La verdad histórica, más temprano que tarde tendrá que imponerse.
Pero una cosa si debe quedar grabada en las mentes de nuestro
pueblo. Que su Ejército, podrá ser sometido políticamente,
humillado y ofendido, pero jamás aceptará imponer a sus
compatriotas sistemas totalitarios que atenten contra la libertad de
nacer, crecer, educarse y desarrollarse en un país libre.
Quienes en la década del 70 y 80, creyeron que enfrentarse al
Ejército del 73, iban a hacerlo ante soldados dubitativos, usando
crucifijos, santos y velas religiosas, se equivocaron fatalmente.
Cada vez que el pueblo clame la presencia de sus hombres de
armas, el ejército intervendrá sin contemplaciones.

A los militares del 73 se les podrá meter a las cárceles, incluso
hasta su muerte, pero vendrán otros que ante situaciones
extraordinarias como las del 73, actuarán de la misma manera.
Nada sacan las leyes ni los políticos de turno de imponer clases de
derechos humanos en la formación de nuestros soldados, pues
llegado el momento, el Ejército y sus hombres harán sentir el peso
de su entrenamiento para la guerra.

A las armas se les combate con las armas, y los enemigos de la
patria, de sus tradiciones y de su gloriosa historia, serán
considerados enemigos de guerra sean o no de la misma
nacionalidad.

Unos, condenados. Otros, ayudados

A los militares del 73 se les procesa y condena por violaciones a los
derechos humanos, y a los insurgentes, subversivos, ayudistas y
terroristas del 73 se les indemniza, se les da trabajo, subsidios para
viviendas, escolaridad para sus hijos e incluso tribuna en los
principales medios de comunicación escrita, hablada y televisivos, y
como si ello fuese poco, se les indulta para que circulen libremente
por su patria, llegando a la osadía de presentarlos como candidatos
a cargos públicos.

Funciones estas últimas que hasta hoy están plagadas de esos
siniestros personajes.
La institución activa representa no más del 5 ó 6% de los hombres
de armas en retiro. Pero no debe creerse que ese pequeño
porcentaje es representado siempre por la voz de su mando
superior.
Los generales y coroneles de hoy, existen en gran medida gracias a
los generales y coroneles de ayer, y en poco tiempo, pasarán a
integrar las filas pasivas de la institución.

La sorda protesta de los retirados sin voz, no es contra la Institución
sino hacia los sucesivos mandos desde 1990, incluyendo al general
Pinochet, quienes desde Londres, y hasta las oficinas del alto
mando de hoy, no han sabido como o sencillamente no han querido
representar la defensa de sus camaradas públicamente y sin temor.

Sumisión indebida

Cuando fue el desfile de nuestro ejército en la parada militar del
Parque O’higgins, activos y pasivos brindamos en familia por
nuestros camaradas presos políticos y rogamos al dios de nuestras
creencias para que no vuelva a ocurrir otro 11 de septiembre a la
sombra de un presidente que recibiendo nuestros votos, nos dio
vuelta la espalda en aras de un populismo a la mejor usanza de los
demagogos de izquierda y demócratas cristianos.
Se palpa en el Ejército un deseo íntimo de decir a sus mandos que
el camino de la sumisión no es al poder político, sino a su pueblo.
El ejemplo hasta hoy dado por las instituciones políticas,
particularmente los partidos políticos de izquierda, muestra una
peligrosa mezcla entre intentos verdaderos de renovación y
modernización, versus la obcecación de albergar en su estructura
secreta, grupos ideológicos extremos, radicales y violentos que se
disfrazan con fachadas de movimientos o tendencias de clara
intencionalidad insurgente y subversiva.
Actúan en variados y numerosos frentes principalmente culturales
que resultan especialmente atractivos para el pueblo ingenuo y
muchas veces inculto.
Las tácticas reseñadas son parte de un diseño estratégico iniciado
desde comienzos de la década del 60.
Para ello, la izquierda ortodoxa y la permeabilidad de otros
sostenedores de la concertación permitió a los primeros y
especialmente a sus parásitos violentistas enquistar a ex
subversivos e insurgentes en áreas sensibles de la conducción
político como lo era y aún lo es la inteligencia de Estado, las
organizaciones sociales juveniles, las Universidades, los sindicatos
de empresas estratégicas, o el magisterio por señalar sólo algunos.
Este fenómeno ya ocurrido en Chile desde hace más de 60 años, se
vio interrumpido durante el gobierno militar, pero a partir de 1990 ha
retomado su curso inteligentemente programado por sus líderes.
Es como una lluvia de cuerpos celestes que van perforando la
superficie de una democracia no consolidada, justamente por
acción de un marxismo con ropajes renovados en donde el fin
justifica los medios.

Fuerte lucha por el Poder

¿Qué nos puede deparar el futuro como país a partir de los 200
años en adelante?...
Con toda probabilidad se acerca una lucha feroz por el poder.
Los intentos de unos por retener el suyo basado en una coalición de
derecha dividida y con un presidente muchas veces lejos de los
objetivos de los partidos que lo apoyan, y decidido en dejar
contentos a moros y cristianos.
Una oposición política basada en una alianza conformada por
quienes se enfrentaron a muerte durante el gobierno de Allende, y
que luego se unieron para recuperar el poder político usando el
gobierno militar como trampolín y las violaciones a los derechos
humanos como pretexto, pues sabían perfectamente a que se
arriesgaban al oponer resistencia armada a un gobierno de las
Fuerzas Armadas.
Una Democracia Cristiana históricamente ambigua, ingenua e
infiltrada por la izquierda. Y que durante 20 años ha acompañado a
la coalición de izquierda (La Concertación de partidos por la
Democracia).
En estas últimas dos décadas, al igual que en el gobierno de
Eduardo Frei Montalva en el período 64-70, ahora ha re
pavimentado el camino a los partidos que apoyaron a Allende entre
1970 y 73.

Socialistas y comunistas, avance lento

En el escenario señalado, las ganancias políticas corren por cuenta
de los re posicionados grupos de la ex – UP.
En efecto, comunistas y socialistas sacan cuentas alegres, ellos no
tienen prisa para llegar nuevamente al poder.
Están en cumplimiento de una fase estratégica de crear las
condiciones sociales de descontento popular en áreas sensibles
como la Araucanía, la salud pública, la educación y la seguridad
ciudadana, y lo que es peor, socavando el concepto de familia que
sin lugar a dudas es la base de nuestra sociedad.
Así como antaño trajeron al país a miles de extranjeros
revolucionarios, hace ya varios años han preferido salir a entrenar
militarmente a sus grupos de choque en países como Nicaragua,
Venezuela, Cuba y Colombia.
Lograron ocupar cargos de gran trascendencia en la inteligencia
nacional, lugares en donde aún se encuentran enquistados.
La agitación social es promovida y dirigida por especialistas en
sicología de masas, con una administración pública infiltrada por ex
subversivos, y con un presidente accesible e indefinido
ideológicamente y con el agravante de querer estar bien con dios y
el diablo, no es difícil imaginar la tormenta que se avecina en un
futuro muy cercano.
Ese será el escenario que se presentará en nuestro país en poco
tiempo más.
Esperemos entonces que nuestro Ejército no se siga dando tanta
prisa en compartir cócteles, cenas y abrazos con comunistas y
socialistas y tenga la sabiduría de percatarse del silencioso trabajo
de adoctrinamiento político de la ex unidad popular que con
paciencia espera un nuevo amanecer.

Fallo por el caso Prats

Después del fallo definitivo de la Corte Suprema de justicia en
relación a la investigación sobre el asesinato del General Prats y su
esposa en Buenos Aires el 30 de septiembre del 74, un grupo de
Oficiales retirados del ejército pasó a cumplir condena como autores
del crimen y miembros de una asociación ilícita.
Pareciera ser que no es posible negar que miembros del Ejército
hayan tenido participación en ese terrible crimen. Sin embargo,
existen verdades, falsedades y sentimientos humanos que se
mezclan desde su nacimiento en la investigación encargada de
llevar al entonces ministro especial Alejandro Solís.
La designación del Sr. Solís recae en una persona que siendo juez
en San Fernando, ve que a su esposa también abogado, la llevan
detenida al Estadio Nacional, y que logra posteriormente su libertad
a petición de la propia Corte Suprema de la época.
No es difícil darse cuenta que el Sr. Solís guarda en su mente un
doloroso recuerdo de esa ocasión.
Más aún, las declaraciones de personas de San Fernando que
dicen de los vínculos de Solís con personas fuertemente ligadas a
grupos insurgentes y extremistas durante el gobierno de Allende, no
hacen más que confirmar que la designación de Solís como juez del
caso Prats no pudo para este señor ser el momento más propicio
para descargar su animadversión hacia los militares.
Juez Solís: mi pasado me condena
Lo que he señalado, quizá sea la primera verdad y que el Sr. Solís
no tuvo la decencia ni la honestidad de declararse inhabilitado, por
el contrario, vio en esta inhabilidad soslayada por sus superiores, la
mejor oportunidad gratuita que increíblemente le entregaba la
máxima autoridad judicial del país.
La justicia en Chile dice, entre otras normas para sus jueces, que
éstos están implicados para sustanciar una causa, si tienen algún
interés personal en ella.
Que no se encuentre en una especial relación con una de las partes
o simplemente con la materia en conflicto.
Si es así, agrega la justicia, es de temer la existencia de influencias
o perturbaciones respecto de la objetividad y serenidad de juicio de
tal juez.

El caso del Brigadier Zara Holger

El caso del Brigadier José Zara Holger condenado a 15 años de
cárcel por este asesinato, es quizá el fallo más sorprendente.
Conocido el expediente, y examinadas las declaraciones de
testigos, existen varias fuentes recurridas en la investigación.
La primera fuente proviene de una investigación en Argentina,
donde la justicia de ese país que se caracteriza por su liviandad y
poco apego a los debidos procesos, afirma que Zara es autor, y
posibilitó los medios para que ese ilícito se llevara a efecto.
La segunda fuente son las declaraciones de testigos requeridas por
Solís y los querellantes, y que para el caso de Zara (6 testigos),
leídas con acuciosidad resultan de una vaguedad, falsedad y
contradicciones impresentables.
La tercera fuente corresponde a declaraciones de testigos del
Ejército y de propios miembros de la DINA, en donde los
declarantes dejan claramente señalado que Zara no pudo haber
tenido participación alguna en esos lamentables crímenes.
Una cuarta fuente, y quizá de gran relevancia, es el fallo de un
ministro designado por la CS de Chile para dictaminar sobre el
pedido de extradición de Zara a Argentina.
En efecto, al Ministro Sr. Rodríguez Ariztía, designado para
estudiar y fallar si había lugar para extraditar a Zara.
Esta alta autoridad, en su fallo sobre la extradición de Zara pedida
por Argentina, señala:
“ Que de conformidad a la legislación chilena,
del auto de procesamiento dictado por la justicia
argentina, no puede inferirse presunciones
múltiples, graves, precisas, directas ni
concordantes que conduzcan a acreditar que el
ciudadano Zara haya tenido participación en la
comisión de los delitos por los cuales ha sido
procesado y que motivaron la solicitud de
extradición ".
Una vez fallado la extradición a favor de Zara, la propia fiscal de la
Corte Suprema de Justicia Sra. Mónica Maldonado, actualmente en
ejercicio, al tomar conocimiento del fallo del Ministro Rodríguez
Ariztía, en lo concerniente al Brigadier Zara, ratificó ratifica su
total acuerdo sentenciando que :
"respecto de Zara, no se ha verificado lo previsto en el
artículo 647 Nº 3 del código de procedimiento penal, por
lo que no es procedente el pedido de extradición".
El artículo 647 señala claramente que se debe acreditar el delito
cometido.
Es importante destacar que cuando la jueza argentina Servini de
Cubría concurre a Chile a tomar declaraciones a los que
involucraba su petición, Zara fue el único que se presentó
voluntariamente a declarar.

El Artículo 165

La designación de Solís como juez de la causa era causal de
incompetencia básicamente por implicancia. En efecto, el código
ordinario de tribunales señala en su artículo 195 “son causa de
implicancia”; Nº 1 Ser el juez parte en el pleito o tener en el interés
personal.
Si nos atenemos a la definición de la real academia de la lengua
respecto del término PROBIDAD, esta lo define como actos de
honorabilidad, rectitud, decencia, moralidad y justicia.
Luego podemos decir que si los actos de los jueces no están
provistos de esos adjetivos, no están haciendo justicia.
Los jueces obedecen a códigos de comportamiento cuando
administran justicia.
Ello significa que en circunstancias especiales, pueden perder su
competencia al ser designados para una determinada causa ya sea
penal o civil.
Si ante una evidente incompetencia de un juez, él mismo no se
inhabilita y tampoco es inhabilitado pese a tener implicancia o haber
sido recusado por la otra parte, dicho magistrado y las cortes que
no procedieron en consecuencia, no han actuado con probidad,
luego no están haciendo justicia.

Esposa de Juez presa por terrorista

Era posible, con mucha certeza que el celo profesional aplicado por
Solís, pese a su relación dolorosa con el gobierno militar producto
de la detención y apresamiento de su esposa el 11 de septiembre
de 1973 y llevada al Estadio Nacional, en donde permaneció
recluida por casi tres meses, iba a configurar una especial
animadversión y a predisponer su animo para juzgar.
Sin embargo, el hecho de concluir que hubo miembros del Ejército
partícipes de ese asesinato, pero ello de ninguna manera podía ser
interpretado por el juez como que todos los investigados
necesariamente debieron estar involucrados por el sólo y exclusivo
hecho de haber pertenecido a la DINA.
Se ignoraron más de 30 declaraciones de testigos que
fehacientemente señalaron que Zara no estaba relacionado con ese
crimen, dadas las múltiples actividades que debió cumplir durante
todo el mes de septiembre en territorio chileno debido a comisiones
de servicio solicitadas por el Ejército y que debió cumplirlas fuera de
la DINA, como jefe de seguridad primero en la visita del entonces
presidente de Paraguay y luego hasta fines de ese mes como
seguridad del presidente Pinochet en su viaje al sur del país.
Las afirmaciones probatorias que dicta Solís están basadas en
presunciones que según él eran o fueron fundadas, y que por muy
legales que sean, debieron ser presunciones judiciales o indicios, y
como tales, si no se fundan en hechos reales, no tienen la categoría
de prueba completa, por lo que era procedente presumir hechos
sino están debidamente probados.
Zara estaba en el Ejército (Regimiento de Blindados), cuando a
comienzos de 1974 es destinado por la institución para hacer un
curso de inteligencia en Brasil (Enero al parecer).
Siendo un oficial subalterno y sin la especialidad de Estado Mayor,
es destinado a la DINA más o menos 5 meses antes del atentado al
General Prats y su esposa.

Conociendo el Sr. Solís el sistema de jerarquías en el ejército, y las
necesarias competencias que la institución y por ende la DINA (sus
miembros eran del Ejército), exigen para misiones delicadas, con
absoluta claridad sabía que si la DINA planificaba ese atentado,
jamás iba a designar a un funcionario tan subalterno y sin la
necesaria preparación académica (E.M.) para ser planificador de
una operación secreta de tal envergadura y fuera del país, lo que
era más comprometedor aún.

Sólo Presunciones

Que Solís haya basado sus presunciones en declaraciones tan
ambiguas y muchas veces contradictorias (como sucedió) amén de
contar con sólo 5 ó 6 para fundarlas, dejando de lado más de 30
declaraciones que estaban indicando la no participación de Zara en
los hechos, demuestra evidentemente el precario profesionalismo
de Solís y que su predisposición en contra de militares obedece
más a una situación familiar que lo afectó, ocurrido a su esposa al
ser detenida el 73 acusada de activista del MIR y a sus propias
inclinaciones ideológicas conocidas por muchos años.
Lo ocurrido en su seno familiar el 73, le significó una anotación de
demérito en el libro para tales efectos perteneciente a la Corte de
Apelaciones de Rancagua, de la cual dependía el juzgado de San
Fernando.
Un abogado concurrió a Rancagua para solicitar dicho libro y
verificar dicha anotación.
Sin embargo al requerirlo en dicha corte, la respuesta fue que se
encontraba perdido.
El interés por involucrar a Zara, llegó al extremo de hacerlo figurar
como viajando a Argentina antes del atentado, y fue preciso mostrar
documentación de extranjería para desdecirse de sus intensiones.
Respecto a las declaraciones de testigos buscados por Solís, sólo
uno de ellos inicialmente declaró que al parecer vio a Zara en
Buenos Aires, dicho que posteriormente desmintió a través del
Mercurio señalando que no era Zara sino otra persona plenamente
identificable.
Así como en el caso Prats, existen irregularidades y carencias
sustanciales de un debido proceso, hay una gran cantidad de
procesos en curso y como se señaló, muchos soldados cumpliendo
un número considerable, largas condenas que seguramente
terminarán con sus vidas en la cárcel.

EL GRAN ERROR DEL PRESIDENTE PIÑERA

Cuando el Presidente Piñera se reunió con los militares retirados,
antes de las elecciones en las que resultó ganador, la gran sala del
Club Español estaba repleta.
Muchos de mis camaradas de armas, de las ramas de la Defensa
Nacional aplaudían a rabiar incluso con vítores esperanzados de un
gobierno que pusiera fin a la persecución judicial iniciada ya en
tiempos de Pinochet.
El entonces candidato se adjudicó prematuramente un número
importante de votos de la familia militar.
Calculemos entonces esas cifras Aproximadamente hoy la familia
militar deben ser más o menos 650.000 uniformados retirados.
Lo anterior es pensar que, junto a ellos y sus esposas, esta cifra
aumentaría a 1.300.000 votos.
Sin embargo podemos pensar sin alejarnos de la realidad que a lo
menos un 20% de ellos o parte de su grupo familiar están fallecidos.
Luego tendríamos un número levemente superior al millón de votos
que casi con absoluta certeza fueron entregados al Sr. Piñera.
Del millón de esos votos, pensemos que una cantidad de alrededor
del 40% (400.000), no votaron por el actual presidente e incluso
pudiesen ser proclives a la concertación con legítimo derecho.
Luego, no menos de 600.000 eran potencialmente del candidato de
la coalición por el cambio.
200 mil votos a Piñera
Aún así, en el peor de las expectativas sólo un tercio de esos
600.000 votos de la familia militar pudo haber votado por el
candidato Piñera.
En consecuencia tendríamos la casi certeza de que no menos de
unos 200.000 votos nuestros fueron para el actual presidente.
Si recordamos que él ganó por alrededor de 240.000 votos, no es
aventurado señalar que él salió presidente gracias a los votos de
los uniformados retirados y sus familias.
Para ello ni siquiera era necesario contar los votos de militares
activos.
La esperanza de que para nuestros camaradas perseguidos y/o ya
condenados, vendrían días mejores renacía con fuerza.
El discurso de Piñera candidato en el Club Español así al menos
hacía pensar.
No obstante, este feliz inicio iba a tomar un rumbo que pocos
imaginaban.
Después de casi 50 años, la derecha llegaba nuevamente al poder
político.
Se hacía del poder entregado por una concertación de partidos
mayoritariamente de izquierda y que por 20 años tuvo la ocasión de
vengarse de cuanto militar tuvo a la mano, recurriendo al
manoseado concepto de los Derechos Humanos.
Por más de 20 años, la ciudadanía fue blanco de una gigantesca
propaganda ideológica que cambió a su antojo la historia de nuestro
país.
Los derrotados política y militarmente en 1973, aprovecharon
hábilmente ese tiempo para convencer a una mayoría importante
del país sobre lo que ellos llamaron los “horrores cometidos por los
militares” durante su gobierno.
Como contrapartida, las Fuerzas Armadas en sus 17 años de
mandato, no supieron visualizar el futuro o no tuvieron el
razonamiento político necesario para prever la venganza que se
avecinaba.

El indulto que no llegó

Los mandos que se sucedieron desde el 90 en adelante, no hicieron
nada, o si lo intentaron, se auto limitaron por un mal entendido
sometimiento al poder civil.
De esa forma, y ante los ojos de este llamado “Ejército de todos los
chilenos”, callado, temeroso y resguardando egoísta y celosamente
diversos cargos en sus carreras, fueron cayendo nuestros
camaradas a las cárceles.
A poco andar el nuevo gobierno de derecha, la esperanza dejó ver
un poco de luz ante la propuesta de la Iglesia para que con motivo
de las celebraciones del bicentenario, el presidente optara por un
indulto.
Todos se acordaron del discurso en el Club Español.
Al cabo de unos días, el mandatario aclaró que no habría indulto
general sino caso a caso.
Hoy el tema está centrado en esa última posibilidad.
¿Podemos abrigar esa nueva esperanza?
La respuesta está por verse.
Sin embargo, cualquiera sea el resultado definitivo, este será sobre
la base de cálculos políticos que no comprometan la gobernabilidad
de la nueva institución política gobernante.

¿Por qué?

Para la alianza de los partidos de derecha que apoyan al presidente
Piñera las prioridades son los objetivos políticos más allá del
término de estos 4 años.
Es impensable que las proyecciones del actual mandato lleguen al
2014, y para que ello sea factible, el escenario no se presenta
muy favorable.
En efecto, el tema de las violaciones a los derechos humanos por
parte de uniformados, y la solución de los indultos potenciales a
condenados, va a marcar de manera significativa el grado de
gobernabilidad del actual régimen.
Lo anterior en consecuencia limita políticamente el grado de
independencia de la resolución presidencial. Sería ingenuo pensar
que el actual gobierno diera la espalda a una oposición férrea y
mayoritaria incluso de derecha, contraria a cualquier punto final
para los militares.
Las últimas actuaciones del gobierno en esta materia son claras e
indesmentible.
La solución favorable para la mayoría de nuestros camaradas
presos, descartando de lleno a los que esperan condenas, distará
lejos de lo que esperamos.
Esta será sin duda la realidad a pocos días de saber que resolverá
el presidente.
El Ejército activo, no hará más que mirar pasivamente los hechos, y
una muy pequeña minoría bailará en las calles de muchas
ciudades de Chile festejando con gran pomposidad, ya que la
venganza podrá continuar.
¿Es un gran error del presidente Piñera?
La respuesta es SI, porque no sólo dio la espalda a quienes
hicieron posible el Chile de hoy, a quienes hicieron posible que hoy
exista un país en democracia en donde él como primer ciudadano
de la república pudo forjar libremente su fortuna personal y la
libertad de su familia y la de sus compatriotas.
Es un error, porque permite un paso más del comunismo, del
socialismo y de la teoría gramsciana.
El país y la ciudadanía continuarán siendo conducidos como
rebaño hacia una nueva cultura de penetración del marxismo como
lo señala el distinguido Coronel José Quinteros Masdeu e su libro
“EL ESPIRITU A LA CARCEL”.

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