
LOS ARCHIVOS DEL CARDENAL
Fines de 1971. Salvador Allende lanzaba la ENU (Escuela Nacional Unificada). Los Diputados MANUEL TAGLE VALDÉS, BLANCA RETAMAL de la DC, y MANUEL RIOS SANTANDER, se transformaban en feroces opositores al proyecto educativo emblema del Gobierno de la Unidad Popular. Como una cruzada, estos diputados recorrieron cientos de colegios. Se reunían con los Centros de Padres, a fin de animarlos a no aceptar esta ENU, marxista, materialista. Tenían éxito en su tarea por sobre aquel grupo de sacerdotes “Cristianos por el socialismo”, conformado por 70 curas marxistas, los firmantes. El trabajo destacado de estos diputados que recorrían 3 a 4 colegios diariamente, llamó la atención del Cardenal de Santiago, RAUL SILVA HENRIQUEZ, quien los convidó a tomar té a la residencia de calle Simón Bolívar. En esa ocasión, estaba acompañado por el Obispo CARLOS OVIEDO CAVADA, en ese momento, Secretario de la Conferencia Episcopal.
El Cardenal SILVA HENRIQUEZ, recibió con signos de molestia a los parlamentarios. Su característica era no mirar nunca de frente. “Los extremismos son muy negativos decía con esa voz como de aburrimiento tan característica de la autoridad religiosa -,”…y he sabido de vuestras expresiones en contra de la ENU, y por lo que me han comentado, vuestras expresiones también son extremas”
Los parlamentarios le respondieron que nada de lo que exponían era extremo. “Las verdades, Su Eminencia, nunca son extremas ni menos cuando se trata del futuro de nuestra juventud”. Y siguió por largos minutos la conversación sobre el mismo tema.
De pronto, como si quisiera recoger un ejemplo más definitivo, levantó algo más la voz y señaló:”Los extremistas del sur, agricultores de Villarrica… Miren Uds., Monseñor HART, Obispo de la Araucanía, en una procesión, bajo el Palio, llevando el Santísimo en sus manos, fue objeto de gritos y burlas. Pero no quedó todo ahí. Un exaltado lanzó una piedra que le llegó a la cabeza de Monseñor HART… ¡Menos mal que llevaba la Mitra sobre su cabeza!...”
Se produjo un silencio, entonces, algo cansado de tantas dudas contra lo que se estaba haciendo en contra de la ENU,, el diputado MARIO RÍOS, levantó la voz y mirándolo directamente, le dijo:
“¡Qué importante es llevar siempre la Mitra sobre la cabeza!”.
Fue un momento muy incómodo para el Cardenal. El Obispo OVIEDO CAVADA, sonrió disimuladamente.
Terminado muy rápidamente el té, los invitados se retiraron, siendo acompañados por el Obispo Oviedo, quien, más suelto, volvió a sonreír. De inmediato, el diputado RIOS, supuso que era por lo que le había manifestado al Cardenal, adivinando el Obispo le dijo: “Al Cardenal no le gustó lo que Ud. le dijo diputado”
Ese mismo día, los tres diputados continuaron con su cruzada en contra de la ENU, pero de una cosa estaban seguros: El Cardenal RAUL SILVA HENRIQUEZ no sería un aliado en las pretensiones del trío.
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