
Estimados Amigos.
Me permito molestarlos, para puntualmente recordarles algo que a mi juicio, es de la mayor importancia. En el evento que convengan con mi posición y estén de acuerdo con mi planteamiento, les solicito reenviar la carta adjunta a todos sus contactos.
Este documento ha sido difundido con anterioridad, pero estimo debemos tenerlo presente ahora más que nunca - a la luz de los sucesos últimos ya por todos conocidos y protagonizados por los estudiantes secundarios y universitarios (a los que con oportunismo se les sumó el gremio del profesorado) – y considerando que nos aproximamos al último trimestre de 2011.
Personalmente, en las próximas elecciones de ediles y concejales del año 2012, y habiendo tenido que contemplar pasivamente la forma como el gobierno ha incumplido lo ofrecido en su campaña electoral pasada, en relación con el trato de los militares condenados por supuestos y no probados delitos contra los derechos humanos, así como las “no confesables” razones de conveniencia política que lo han forzado a disponer este tratamiento, negándoles la posibilidad de indultos, beneficios carcelarios de todo orden, amén del trato vejatorio con que se les lleva a los centros de atención de salud, etc., he resuelto estampar en mi voto la siguiente consigna: “libertad a los prisioneros políticos militares”.
Con este mensaje “al más puro estilo socialista”, además de anular mi voto, dejaré en total evidencia la razón de mi proceder.
Les confieso que, habiendo sido en el pasado un ciudadano respetuoso de las normas de convivencia social y de la institucionalidad establecida, no me resulta fácil asumir esta forma de exigencia para ser escuchado, modalidad propia de la izquierda política en todo el orbe, pero entiendo que tratándose un problema con ribetes políticos más que legales, no existe otro proceder para reclamar la solución de este ilegal, injusto, inaceptable y parcial tratamiento.
Lo presenciado en estos casi dos años, me señala que esta es la única manera de presión ante la que está dispuesto a ceder este gobierno.
Recuerden que la entrega reciente de otro documento sobre aparentes delitos contra los derechos humanos, esta vez respecto de “las torturas cometidas durante el Gobierno de las FF.AA.”, implicará en el futuro próximo el desfile de más amigos y compañeros de armas por los tribunales, buscando como paso previo condenarlos para exigir nuevas indemnizaciones, pensiones vitalicias, etc., por parte de sus supuestas víctimas.
Obviamente, ingenuo sería pensar que dejarán pasar esta espléndida oportunidad de beneficiarse nuevamente con cargo al erario de todos los chilenos.
Les propongo imitar mi consigna.
Muy atte.
Ricardo Osses Araneda
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