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jueves, 22 de diciembre de 2011

CARTA: SUCESOS EN CAMPUS ORIENTE




Cartas
Jueves 22 de Diciembre de 2011
Sucesos en Campus Oriente


Señor Director:

Cuando en septiembre de 2007 el Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, dictó una conferencia en la Universidad de Columbia, se previno a los estudiantes que repletaban la sala que por disposición de Servicio Secreto no estaba permitido el uso de teléfonos, tampoco los flashes y que debían permanecer sentados durante toda la presentación. Asimismo, se les recordó a los alumnos que las reglas de la universidad no permitían restringir o perturbar la libre expresión de ideas y que su responsabilidad era oírlas en una atmósfera de civilidad y compostura. Nadie protestó por la presencia del servicio secreto, nadie se sintió coartado en su libertad de expresión, ni tampoco tiraron huevos, quebraron vidrios o llenaron el auditorio de pancartas con leyendas ofensivas para el invitado. El presidente de la universidad, Lee Bollinger, expresó que entendía a quienes estaban ofendidos por la presencia de Ahmadinejad en Columbia, pero a ellos les decía que la libre expresión de ideas estaba en la naturaleza misma de la universidad y de la sociedad.

No sé qué entenderá Carlos Peña por medios coactivos ni a qué se refiere cuando dice que el peso de la prueba no recae en los estudiantes, porque para un observador simple, para quien no vive de la retórica ni la entelequia, los hechos protagonizados por decenas de alumnos en el Campus Oriente de la UC con motivo de los 20 años de la Fundación Jaime Guzmán no fueron una simple protesta política cuya ilegítima coacción habrá que probar.

Lo que diferencia a un rector de otro y por extensión a la universidad que dirige es su capacidad de hacer que los principios no queden en el nivel de la teoría ni de la frase que sólo suena bien. Cuando Peña conscientemente elude definir los hechos como violentos y lleva el eje hacia el derecho de los estudiantes a protestar -cuestión que nadie ha negado- deja de manifiesto que lo que en verdad no tolera es que la Fundación Jaime Guzmán realice cualquier tipo de homenaje.

Falta mucho para que en nuestro país se entienda que el respeto por el otro empieza precisamente cuando ese otro tiene ideas opuestas a las propias, ahí es donde realmente se pone a prueba el compromiso con la libertad.

María Zegers




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