lunes 16 de enero de 2012
El Cultivo del Odio
El sábado leí que a la una de la madrugada del domingo TVN transmitiría la Vuelta Ciclística y, como ciclista (r), me dispuse a trasnochar un poco y ver la etapa de ese día. Pero a la una de la madrugada me encontré con que estaban transmitiendo una de esas cosas sórdidas de los continuadores de la UP, con repaso unilateral, sesgado e inexacto de las muertes atribuidas a la comitiva del general Arellano en octubre de 1973, en el norte.
Por supueto, no vi el capítulo porque de antemano sé todo lo que dice y exhibe y para dónde va toda esa propaganda; y porque soy especialista en ese tema (no soy especialista en casi nada más) y escribí un libro al respecto, fundado en el expediente ("La Verdad del Juicio a Pinochet", 1999). Pero me pregunté qué sentido tiene seguir dándole vueltas propagandísticamente, puesto que no hay una verdad judicial al respecto (no se ha dictado sentencia en el caso, abierto en 1998, como centenares de otros, tras una querella de Gladys Marín).
Sería lo mismo que si en 1930 se hubiera seguido escenificando obras de teatro, bajo el patrocinio del gobierno, sobre la Matanza de Lo Cañas durante la Revolución de 1891; o que si en 1977 se hubiera presentado en la televisión estatal una versión sesgada y condenatoria por la Matanza del Seguro Obrero de 1938. Todas esas cosas fueron amnistiadas y olvidadas por los chilenos de antes, si bien acerca de ellas se formaron su respectivo juicio. Pero los chilenos no andaban entonces removiendo esas heridas constantemente, por una razón: porque todavía no se había sembrado ni instalado el odio en el país, de modo que la planta de la odiosidad no había que estarla regando constantemente, porque no brotaba.
Pero aquí sucedió algo en los años '60: comenzó la siembra del odio, en el cual se funda la doctrina de la lucha de clases. Y ella culminó entre 1970 y 1973, cuando Chile estuvo al borde una guerra civil, que los mismos sembradores del odio pronosticaban que podría dar lugar a una cifra de muertes que hacían oscilar entre cien mil y un millón. Bueno, todos sabemos quiénes la evitaron, a un costo de tres mil vidas, es verdad (cerca de quinientas a manos de los sembradores del odio); y sabemos que esos mismos que nos salvaron de la guerra civil devolvieron a la ciudadanía un país pacificado y próspero en 1990.
No obstante, los sembradores del odio se han preocupado durante todos estos años de mantenerlo vivo. Lo riegan con piezas de propaganda como "Los Archivos del Cardenal", que, como he dicho otras veces, no son del Cardenal, pues el Archivero que los reunió fue José Manuel Parada, un alto jefe del Partido Comunista y del Freente Patriótico Manuel Rodríguez, grupo armado terrorista de dicho partido.
Lo increíble es que en un canal que está bajo la tuición d3 un sedicente "gobierno de centroderecha" (no lo es, por supuesto, pero podría siquiera aparentar serlo) se siga cultivando el odio.
Bueno, estuve hasta las dos de la mañana, completaron la exhibición odiosa, después dieron un programa con el Dakar y con los Juegos de Invierno y no el ciclismo anunciado en el diario.
Cuando le comenté a mi mujer el fiasco, me informó que en la tarde del sábado también estaban transmitiendo las mismas sordideces en TVN. ¿Es que dedican la mayor parte del día a eso? ¿Hasta cuando?
Lo más notable, y con esto termino, como dicen los oradores que se aprestan a hablar otra media hora, es que el caso de la comitiva de Arellano, pongan atención, porque se lo dice a ustedes un especialista: NO VA A CERRARSE NUNCA. Y por una razón, que es politica (como todas las que explican las actuaciones de los poderes del Estado en Chile): porque si dictan sentencia ajustada a derecho, van a tener que reconocer en ella que ni el general Pinochet, ni la Junta, ni el general Arellano, tuvieron responsabilidad en las muertes registradas en Copiapó, Antofagasta y Calama, en los días del paso de la comitiva del último general señalado.
Ahora, si le pasan el caso al ministro Solís, ahí sí puede haber sentencia rápidamnte, en la cual va a culpar al brigadier (r) Miguel Krassnoff y, como en todos los casos en que lo ha hecho, sin tener siquiera necesidad de interrogarlo.
Entretanto ¿cuántas horas diarias más va a seguir destinando TVN al cultivo del odio?
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce en 07:15
El Gobierno de la Oposición
Todos dicen que soy exagerado, y posiblemente lo soy. Y lo dicen particularmente cuando afirmo que el actual es el V Gobierno de la Concertación o el IV Presidente DC, a elegir. Pero supongo que ahora ya no me encuentran exagerado, si es que observan el panorama político del momento.
Pues el país está preocupado y hablando de que el Gobierno se ha marcado un "autogol" al propiciar reformas tributarias y políticas propiciadas por la Concertación y que, por lo mismo, no han sido acogidas por los partidos de gobierno. En concreto, éstos serían la UDI y parte de RN (porque otra parte ya se fue a la Concertación y no puede llamarse de gobierno, aunque Lily Pérez diga que lo hacen para apoyar al Presidente; pero esto último no implica apoyo al Gobierno, porque, como lo advertí días atrás, en este momento el Presidente encabeza de facto a la oposición).
Pues los regímenes de derecha siempre se han jugado por limitar el tamaño del Estado y velar por la estabilidad política, como concepto que forma parte su gran aspiración de orden en la sociedad. Los gobiernos de izquierda, en cambio, siempre se han jugado por todo lo contrario, es decir, por un Estado grande, capaz de darles cargos burocráticos a todos sus correligionarios (pues la izquierda no es buena para producir); y por un clima político de desorden, que facilite su fin último de siempre, la revolución.
Por esas razones ella ahora aboga por una reforma tributaria que le dé más recursos al Estado, cuyo engrandecimiento profesan; y por eso impulsa una reforma electoral, que termine con este clima de estabilidad de las últimas décadas, que es poco propicio para la revolución y que le parece nefasto, además, porque, como todas las cosas buenas que nos van quedanedo, formó parte del legado democrático del Gobierno Militar, o Régimen Militar, pero no Dictadura. A propósito de lo cual puedo afirmar, basado en mi memoria, que don Patricio Aylwin, a fines de los años '80, en la crónica de "El Mercurio", afirmó que el gobierno del general Pinochet "no era una dictadura". Tarde o temprano algún comentarista de este blog, espero, encontrará esa información en el respectivo diario.
Bueno, pero el hecho es que en el programa de gobierno de Sebastián Piñera no había propuesta alguna para subir los impuestos ni reformar el sistema binominal. En cambio, entre los postulados de su adversario, Eduardo Frei, estaban ambas aspiraciones. Y ahora resulta que tenemos al primero, que ganó, luchando por hacer realidad esos dos planteamientos de su adversario, que perdió. ¿No es de locos?
La "intelligentsia" (es sólo una manera de aludir, que no debe tomarse al pie de la letra) política del país dice ahora que hay "crisis" porque el Presidente no logra llevar a adelante esas ideas de la Concertación. Y llama "autogol" justamente al hecho de que el Presidente no haya podido hacerse un autogol. Es de no creerlo. Y los cerebros políticos más lúcidos discurren fórmulas para que el Presidente pueda hacerse tal autogol. Hay comisiones trabajando. En realidad, nunca la Concertación había tenido tanto apoyo para sacar adelante sus ideas. "El Gobierno y la Concertación unidos, jamás serán vencidos".
Yo, como parte de la única oposición que, en vista de lo anterior, va quedando, la de derecha, sólo tomo palco. Sobre todo cuando veo que la Concertación, cayendo en la cuenta de que "se las están dando", prepara ahora su apuesta lógica ante el desusado panorama, y le dice al Gobierno, públicamente: sus reformas y dos más. Era obvio que lo iba a hacer.
En consecuencia, y volviendo al plano de la racionalidad, sólo cabe decir que el momento es ridículo. El país no necesita más recursos para un Estado más grande. Las reservas que éste tiene son enormes, sesenta mil millones de dólares, sumando las del Banco Central, las del Fondo de Estabilización Económico-Social y las que respaldan los beneficios previsionales. El presupuesto de este año arrojará superávit. No hay ninguna necesidad de extraerles más recursos a los particulares, que ahorran, invierten y crean empleo y crecimiento (el mejor remedio para la pobreza) para dárselos a la burocracia que los malgasta. Menos para dárselos a la educación estatal, la peor de todas. El Estado debería devolverle la plata a la gente, para que ésta eligiera un buen colegio particular (son los que dan la mejor educación) para sus hijos.
Y nadie necesita un sistema electoral proporcional. Las democracias más estables no lo tienen, porque crea inestabilidad.
Bueno, pero ya sabemos: éste es el país que cada cuarenta años se dispara en el pie. Y estamos ya cumpliéndolos desde la última vez que nos disparamos, con la Unidad Popular.
Entonces, ya corresponde cometer otra barbaridad.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
lunes, 16 de enero de 2012
DEL BLOG DE HERMÓGENES
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