
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
domingo 1 de enero de 2012
Universidades de Derecha Persiguen a la Derecha
Cuando en la Universidad Católica se inició una persecución ideológica contra su profesor Gonzalo Rojas, por una columna suya en "El Mercurio" en que osó recordar que la izquierda inició la violencia política armada en Chile, cosa que la corriente de opinión dominante ha erradicado de la memoria histórica del país, sucedió lo siguiente: 44 profesores de esa universidad apoyaron la libertad de expresión en favor de Rojas y 144 profesores, en cambio, apoyaron a quienes no sólo pretendían censurar sus opiniones, sino marginarlo de la universidad.
La Universidad Católica fue, en su origen, una universidad de derecha, pero, en observancia de una ley histórico-política de la chilenidad, ella ha pasado a manos de la izquierda. La plata, como siempre, la puso la derecha, pero quien la administra es la izquierda. Y el que lo dude, que mire las cifras anteriores: 144 versus 44.
En esa universidad no puede siquiera llevarse a cabo un acto de significancia derechista, porque es funado. Tan funado, que el único orador de ese acto --orador completamente extemporáneo, por cierto, porque ha declarado no ser de derecha, pero así es la derecha-- el Presidente de la República , no pudo concurrir, por temor a su integridad física. Y, a lo mejor, porque "no le nacía" hablar en un homenaje a un mártir de la derecha.
A raíz de ese episodio se ha trabado un interesante e interminable debate entre un columnista y rector de otra universidad que pertenece a la derecha pero es de izquierda, Carlos Peña, y dos senadores de la UDI. La Universidad Diego Portales, de la cual es rector Peña, nació del Instituto de Publicidad y Ventas (IPV), fundado por el Grupo Edwards. Se transformó en universidad y su primer rector fue de derecha, Manuel Montt Balmaceda. Cuándo éste se alejó del cargo, dejó a otro rector de derecha, Francisco Javier Cuadra, secundado por un brillante abogado y profesor de izquierda, Carlos Peña. En apariencia contemporizaron bien. Pero en alguna oportunidad Cuadra expresó juicios políticos inaceptables para la izquierda, y dentro de la Universidad Diego Portales apareció algo que nadie sabía que se había formado, un "soviet de los profesores", que exigió la salida de Cuadra por razones políticas. El consejo de esa universidad de derecha era también, todavía, mayoritariamente de derecha, pero no apoyó a Francisco Javier Cuadra y éste tuvo que irse. Para todos los efectos prácticos, esa universidad ahora es de izquierda y tiene un rector de izquierda, si bien escribe en un diario de derecha, del cual es, probablemente, el columnista más leído.
Tengo que decir, y esto es un paréntesis, que me une cierta amistad con Carlos Peña, pues empatizo personalmente con él, debido a que ha presentado un libro mío y soportado los silbidos de parte de la concurrencia (concurrencia de derecha recalcitrante). Y, en particular, le guardo gratitud a raíz de que una vez la escritora de izquierda, Marcela Serrano, envió una carta a "El Mercurio" solicitando que yo fuera marginado del diario en vista de la inaceptabilidad política de mis opiniones, ante lo cual la única persona que salió públicamente en defensa de mi permanencia en el diario fue Carlos Peña. Gestos como ése yo no los olvido. Pero que es un hombre de izquierda, qué duda cabe, lo es.
El otro día en este blog refuté una columna de Ascanio Cavallo en " La Tercera ". Y ahí, al releerla para objetarla, reparé en que Ascanio es decano de una facultad de otra universidad de derecha, la Adolfo Ibáñez. ¿Cómo puede una universidad de derecha tener decanos de centro-izquierda? Del mismo modo que otra universidad de derecha tiene mayoría de profesores de izquierda, y otra más tiene no sólo eso, sino un rector de izquierda. Porque la derecha chilena es así. Quiere aparecer pluralista, democrática, abierta, liberal, amistosa, y acoge a los cuervos que después le van a sacar los ojos y que nunca van a ser pluralistas, democráticos, abiertos, liberales ni amistosos con la gente de derecha, como demuestra lo sucedido a Gonzalo Rojas y a Francisco Javier Cuadra.
De paso, el principal adalid defensor del proyecto que penaliza como delito contradecir la "verdad oficial histórica" de lo acontecido en el Chile reciente, que es la verdad sostenida por la izquierda, es otro profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, Gonzalo Bustamante. ¡Qué diría don Pedro Ibáñez, si viviera! Ahora comprendo por qué se alejó de ella (porque nunca me lo ha dicho) Carlos Cáceres, quien fuera en ella brazo derecho de don Pedro.
A propósito de todo esto, recuerdo nuestra sorpresa en "El Mercurio", el 5 de septiembre de 1970, cuando el CUP (Comité de Unidad Popular) del diario, que nadie sabía que existía, prácticamente "se lo había tomado" al día siguiente del triunfo de Allende. El CUP estaba encabezado nada menos que por el Jefe de Crónica del diario. ¡Había adentro un soviet de los periodistas y nadie se había percatado! Muy de derecha todo eso.
Escribo lo anterior en este primer día del año porque creo que 2012 se caracterizará por mostrar durante su curso todos los frutos de esta peculiaridad de la derecha chilena: el completo entreguismo, el poner a disposición de sus enemigos (porque no son "adversarios", son enemigos) todos los medios para que después la aplasten y liquiden. Y, lo que es peor, porque es realmente peor, eso de, cuando alguien finalmente la salva "in artículo mortis", traicionar a sus salvadores. Militares que agonizan hoy sin derecho a indulto en presidio, mientras el mirista Hugo Marchant Moya, condenado por múltiples muertes y atentados, pero indultado, recorre libremente el país reactivando al MIR.
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