sábado 21 de abril de 2012
Retorno Con Perplejidad
Después de un proceso trabajoso, he podido regresar a escribir a este blog, lo cual las modernizaciones tecnológicas del mismo me habían vedado. Y siento que he podido retornar en momentos en que la acumulación de acontecimientos lo hacían indispensable. Pero, por el momento, me ocuparé de uno solo, intrigante y que no acierto a explicar. Pues he visto esta mañana en el diario una noticia extraña: el Presidente Piñera ha ido a visitar el "Museo de la Memoria", sólo en compañía de su máxima autoridad, y, muy importante, un camarógrafo. Es que se trata de que millones lo vean en una pantalla. Había también un fotógrafo, naturalmente, para dar cuenta de la visita en la prensa. Este Museo de la Memoria, por si usted no lo sabe, es efectivamente de la Memoria, sí, pero una muy particular: la marxista. Para explicárselo, imagine usted que Adolfo Hitler hubiera tenido la posibilidad de hacer un Museo de la Memoria de su gestión de estadista. Usted puede lucubrar cómo habría sido eso: una síntesis de las crueldades y barbaridades cometidas por los aliados contra el mismo Hitler y los pobres nazis, las víctimas. Miles de fotografías de los salvajes e inhumanos bombardeos aliados de Dresden y Hamburgo, los niños y las mujes quemados en las calles; las salvajes acciones y torturas de los soldados norteamericanos y rusos contra los valientes e inocentes soldados del nazismo. El inhumano sitio de Stalingrado, por ejemplo, una acción cruel y constitutiva de los mayores atropellos contra los pobres sitiados. Usted saldría del Museo de la Memoria de Hitler horrorizado de los atropellos perpetrados por los aliados contra el nazismo, una doctrina concebida para la grandeza y felicidad de los hombres y las mujeres del mundo. ¿Hornos crematorios, campos de concentración, Treblinka, Auschwitz, Sobibor? Nada de eso existió, según el Museo de la Memoria de Hitler. Bueno, el Museo de la Memoria marxista es lo mismo: las "barbaridades" cometidas por los militares chilenos contra los marxistas, que lo único que querían era instalar en Chile un régimen al estilo del que Lenin, Stalin y Brezhnev querían instalar en todo el mundo, a partir del modelo soviético. Un modelo de felicidad social como el que se vive hoy en Cuba o en Corea del Norte. ¿Terrorismo del MIR, "compañeros de Tropas" cubanos, doce mil guerrilleros extranjeros, ingresados clandestinamente, diez mil paramilitares marxistas armados, reconocidos por Altamirano? ¿Asesinatos terroristas, carabineros muertos en atentados, pasajeros de buses quemados por bombas molotov, pasajeros del metro asesinados en atentados explosivos? ¿De qué está hablando usted, señor? Pues nada de eso existió, puesto que no está en el Museo de la Memoria... ¿Por qué Sebastián Piñera quiere ir a visitarlo, se conmueve y se emociona con sus imágenes y recuerdos, acompañado del personaje clave en todas sus actuaciones, el camarógrafo? La respuesta sólo podemos imaginarla. Él es un político hábil, no inepto, como han dicho algunos. Seguramente está concibiendo una nueva estrategia, a partir de su visita solitaria, sin otra compañía que la de la autoridad de la institución y la de un divulgador gráfico del solemne momento. Pronto lo sabremos. ¿Un nuevo zigzag?
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
Para Que No Lo Olvides
Con el dinero que usted paga por concepto de impuestos se financia el sueldo de jueces que fallan a sabiendas contra las leyes, y que, por el hecho de dar en el gusto a la izquierda con sus sentencias, lo han hecho y pueden seguirlo haciendo impunemente.
Hay más de medio centenar de uniformados condenados a largas penas de presidio sobre la base de la prevaricación (dictar resoluciones contrarias a la ley) y la mentira (como sostener que mantienen hasta hoy secuestradas a numerosas personas desde hace más de treinta años).
Uno de esos uniformados acumula a lo menos media docena de condenas a diez o quince años de presidio cada una sin haber sido jamás siquiera interrogado por el juez que lo condenó. Esto es contrario al debido proceso, pues la "declaración indagatoria" a todo inculpado es parte fundamental del mismo. Pero ello sucede y queda impune. Es francamente escandaloso, pero un consenso social exige mirar para otro lado y permitirlo, sin examinarlo. Sobre todo porque usted y la mayoría, sin la menor protesta, dejan que ello se haga con su dinero de contribuyentes.
Y también con el dinero que usted paga como consumidor se financia la publicidad que permite hacer ganancias a un canal de televisión con una película de su producción que es toda una apología del terrorismo, titulada "Amar y Morir en Chile", de Chilevisión. ¿Usted cree que en los Estados Unidos las empresas y el público consumidor permitirían que con sus recursos para fines de publicidad, en el caso de las primeras, o para sus compras en el comercio, en el caso del segundo, se financiara una filmación que fuera una verdadera oda a Al Qaeda? ¿Usted cree que en Colombia permitirían una pelicula que elevara a la condición de héroes a los terroristas de las FARC? Yo pienso que no. Pero aquí en Chile, con su dinero y con el de empresas en que a lo mejor usted es accionista, ya sea como inversionista o como afiliado a una AFP, se hace una apología romántica de un atentado criminal y sangriento del FPMR. Y usted, a lo mejor, la aplaude.
Y también con el dinero que usted paga como contribuyente se financia el déficit del Transantiago, un engendro socialista que le ha costado ya a las arcas fiscales unos cuatro mil millones de dólares y que un nuevo proyecto de ley propone financiar de una manera permanente con otros 770 millones de dólares anuales (370 mil millones de pesos).
Ese desastroso plan socialista eliminó a varios miles de empresarios privados de la locomoción, ha servido peor que el sistema antiguo a la población necesitada de transporte público y ha sembrado la inmoralidad en todo ese quehacer, pues mientras las empresas elegidas por el Estado ganan dinero, éste lo pierde por miles de millones de pesos; y el 27 por ciento de los usuarios, es decir, más de uno de cada cuatro, no paga su pasaje. Es decir, con su dinero se está beneficiando a esa gente que hace trampa.
El sistema antiguo de lomoción, llamado de "las micros amarillas", era competitivo, servía los recorridos que la gente prefería (pues su malla de trayectos se formaba atendiendo a las necesidades de los usuarios); no dejaba lugar al fraude de pasajeros que no pagaran, pues los empresarios eran cuidadosos para evitarlo; y éstos, en conjunto, obtenían una ganancia de 63 millones de dólares anuales. Es decir, ganaban cada año una suma parecida a lo que pierde CADA MES el engendro socialista llamado Transantiago.
Yo sé que usted, probablemente, y como el 90 por ciento de los chilenos, tiene el cerebro lavado y se ha resignado a permitir estas cosas escandalosas que ayuda a financiar. Por eso le he escrito esto, no en la esperanza de que usted imponga algún cambio en este estado de cosas, porque eso le resultaría incómodo y lo convertiría en un incomprendido, sino sólo para que no lo olvide.
Porque las cosas "por sabidas se callan y por calladas se olvidan". Ya que aceptamos que la inmoralidad general, de la cual le he dado estos tres ejemplos, pueda barrerse bajo la alfombra, por lo menos digamos que la memoria y la conciencia no.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
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