Páginas
▼
domingo, 27 de mayo de 2012
ARGENTINA: El Gobierno recorta fondos y crece el control de la economía
Hay menos giros a las provincias, se demoran las paritarias y aumenta el temor al impacto de la crisis
Por Jesica Bossi | LA NACION
Pasar el invierno con la canilla de fondos apretada. Esa es la consigna del Gobierno, que desde hace dos meses maniobra, con sigilo, una estrategia adaptada a tiempos de escasez: dosificó los envíos de partidas para obras públicas, recortó los giros a las provincias y moldeó, con más celo que nunca, el ritmo de las negociaciones salariales, para demorar los cierres de acuerdos y tener un techo de aumento más bajo que otros años.
Con señales de desaceleración que se manifiestan antes de lo previsto, en la Casa Rosada pronostican que la crisis internacional pegará con mayor impacto en el país en el segundo semestre. Para ese entonces, aspiran a tener un colchón de recursos que garantice los compromisos de deuda -en agosto deben desembolsar 2200 millones de dólares por el Boden 2012- y tener encaminada la balanza comercial. Esta última es la máxima obsesión del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, impulsor de las trabas a las importaciones y dedicado a la caza de billetes verdes con un único objetivo: llegar a fin de año con un superávit comercial de 12.000 millones de dólares para mantener las cuentas en orden. La poda ya se comunicó a los gobernadores que, avisados, se lanzaron a la solicitud de préstamos, colocación de bonos y la suba de impuestos. Cristina Kirchner monitorea personalmente la evolución de los planes de infraestructura. "Pidió que se mande lo mínimo indispensable", confiaron a LA NACION cerca de la Presidenta. La promesa, sin fecha exacta, es que habrá inyección de dinero más adelante.
La frialdad de los números reflejan el recorte. Apenas recuperada de una gripe, Cristina Kirchner recibió el miércoles al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa. La dupla le presentó el informe fiscal de abril. Allí, las planillas confirmaron una tendencia: la coparticipación a las provincias crece menos que en años anteriores.
Otro dato es ilustrativo: los fondos no automáticos destinados a los gobernadores -es decir, aquellos que la Casa Rosada envía discrecionalmente, por fuera de la masa coparticipable y del Fondo Solidario de la Soja- cayeron 8,3% respecto del mismo mes, en 2011. En ese rubro, las transferencias de capital -volcadas, en general, a obras- registraron una baja de 3%, según estima el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Las partidas no sólo no cubren la actualización anual por la inflación, sino que ingresaron en terreno negativo. "Cuando caía la coparticipación, solían compensarla con otras transferencias no automáticas a las provincias, como, de hecho, pasó en 2009. Eso no está ocurriendo por ahora", explicó a LA NACION el economista Ariel Barraud, del Iaraf.
Las grietas
El nuevo escenario abre grietas en el equipo económico. La guerra fría enfrenta a dos generales: el secretario de Política Económica, Axel Kicillof, más afín a establecer tipos de cambio múltiples, y Moreno, que minimiza las consecuencias del torniquete al dólar. "El resto mira de afuera", apuntó un funcionario. Lorenzino y Pezoa se conforman con sobrevivir el avance del economista de La Cámpora. Y Ricardo Echegaray, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), se limita a cumplir órdenes.
Más firme que otras temporadas, el Gobierno hace marca personal en las negociaciones salariales. Exigió "racionalidad" en los reclamos y le imprime mayor lentitud a la firma y homologación de los convenios.
Un puñado de sindicalistas, hoy de buena relación con el kirchnerismo, obtuvo en despachos oficiales una peculiar explicación sobre ciertas demoras: la intención de que los aumentos se concreten, escalonadamente, más entrado el año. "Hay retraso y, además, la mayoría de los convenios firmados están por debajo de la línea de inflación", sostuvo a LA NACION Horacio Meguira, director del Departamento Jurídico de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Una postal estadística exhibe la desaceleración en la negociación colectiva. Entre enero y el 19 de abril, última actualización oficial disponible, se celebraron 33 acuerdos salariales por actividad (de distinto tipo y alcance, incluidas sumas fijas por única vez a principios de año), contra los 121 que se sellaron en el mismo período de 2011 bajo la órbita del Ministerio de Trabajo, conducido por Carlos Tomada.
Si bien es cierto que este mes se cerraron paritarias con gremios de peso -metalúrgicos, bancarios y comercio- a estas alturas del año estaban arregladas las subas de camioneros, ferroviarios y obreros de la construcción, entre un pelotón de sindicatos. Un ejemplo de los casos más espinosos: la Unión Ferroviaria tiene vencido su convenio desde el 1° de marzo. Con José Pedraza en prisión, hace dos semanas hubo una amenaza de paro si no se convocaba a la mesa de negociación. Debió intervenir el ministro de Planificación, Julio De Vido, para frenar la medida.
Una comisión especial, creada por la Presidenta, capitaneada por Kicillof y representantes del Ministerio de Industria, ejerce un control paralelo y plantea metas específicas en la discusión. Tuvo especial injerencia en la paritaria de la UTA, que aceptó un aumento del 18%, en línea con el deseo del Gobierno. Se escudriñaron subsidios al transporte y balances de las compañías. El acta acuerdo lleva la firma de Augusto Costa, subsecretario de Coordinación Económica, hombre que reporta a Kicillof.
Los tironeos de la discusión salarial quedaron, a su vez, encapsulados en una puja de poder: la sucesión de Hugo Moyano al frente de la CGT. Enfrentado con el Gobierno, el camionero trasladará esa disputa a las paritarias. Ya anticipó que reclamará alrededor del 30%, una cifra superior al resto.
El ministro oficial y los paralelos
Una pelea subterránea por el dólar, el crecimiento y el rumbo del modelo divide a los miembros del equipo económico. Cómo juegan y qué recetas le llevan a la Presidenta.
hernan lorenzino
Ministro de Economía
Nunca estuvo a favor del cerrojo al dólar, que comenzó en noviembre durante una minicorrida bancaria. De perfil super bajo, casi no tiene gravitación en el círculo presidencial. Llegó al Palacio de Hacienda de la mano de Amado Boudou, hoy sin injerencia en el área económica.
guillermo moreno
Secretario de Comercio
Es el hombre más escuchado por Cristina Kirchner. Su fijación es la balanza comercial. Es el ideólogo de las trabas a las importaciones y propone controles estrictos al dólar. Tuvo su momento de gloria en Angola, con la Presidenta. Prevé otra misión comercial exótica: Azerbaiján.
axel kicillof
Secretario de Política económica
Promovido como economista estrella de La Cámpora, su rival interno es el poderoso Moreno. Cree que la intervención desmesurada en el mercado del dólar genera expectativas devaluacionistas. Prefiere un sistema de tipo de cambio diferenciado. Apunta a fomentar la competitividad del sector industrial.
ricardo echegaray
Titular de la AFIP
Diseñó las primeras medidas para vigilar el dólar, a fines del año pasado. Es acusado por un ala del Gobierno de establecer una política cambiaria "militarista". Estos días envió perros adiestrados a la frontera con Uruguay para inspeccionar el tráfico de billetes verdes. Opina menos y sigue órdenes.
juan carlos pezoa
Secretario de Hacienda
Es, junto con Lorenzino, un sobreviviente del veloz avance de Kicillof en el Ministerio de Economía. Administra recursos y lleva el detalle de las cuentas nacionales. Néstor Kirchner lo llamaba todas las mañanas para saber la evolución de los números. Está en un momento de repliegue
No hay comentarios:
Publicar un comentario