martes, 12 de marzo de 2013

DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 1.254





Justicia chilena es un chiste:







Corte de Apelaciones ordena reincorporar

pruebas del fugado extremista Niemeyer

Lleva casi tres meses fugado y a todos les da lo mismo, si

hasta el gobierno prefirió dejar al Canciller a cargo del país

para que el Presidente y su primo ministro de Interior fueran a

llorar a Chávez junto a los más selecto del marxismo

latinoamericano, más aún si éste será embalsado y exhibido

como otros “próceres” marxistas como Lenin o Ho Chi Minh.

No ocurrió lo mismo por cierto cuando el General Iturriaga se

negó a entregarse ante un fallo injusto y decidió esconderse.

Entonces, la prensa izquierdista todos los días hablaba del

tema.

Pero como a los jueces prevaricadores les interesa más

hostigar a los militares presos, este lunes “la Corte de

Apelaciones de Santiago acogió un recurso de apelación

presentado por el Ministerio Público en contra de la decisión

del Décimo Tercer Juzgado Garantía de Santiago que excluyó

diversas pruebas en el juicio oral contra “el sociólogo” (no lo

decimos nosotros, sino la prensa marxista que no llama a los

terroristas por su nombre y recurre a absurdos eufemismos)

Hans Niemeyer, acusado de poner una bomba en un Banco BCI

en la Av. Macul, en el 2010.

Para que no los vayan a acusar de atornillar para el lado

izquierdo, “en fallo unánime, los ministros de la primera sala

del tribunal de alzada Juan Cristóbal Mera, Mario Carroza y la

abogada integrante Paola Herrera, dispusieron la incorporación

de los testimonios excluidos y toda la prueba documental, por

considerar que no hubo infracción de garantías

constitucionales en su obtención.

La resolución señala, entre otros, que "en cuanto aquellos

documentos obtenidos del computador del imputado, debe

señalarse que esto fue obtenido con autorización judicial, de

modo tal que no ve esta corte de qué manera podría ser ilícita

la prueba si la autoridad jurisdiccional la autorizó”.

La pregunta es: ¿Y de qué sirve lo anterior, si el extremista está

fugado desde antes de Navidad?

De nada, en realidad. Solo para dar la impresión que la justicia

funciona.     



  VIAJE INNECESARIO


  Escribe Axel Buchheister, abogado

El gobierno decretó tres días de duelo nacional por la muerte

de Hugo Chávez. Además, el Presidente Piñera asistió a su

funeral con una comitiva que incluía al ministro del Interior y al

presidente de la Cámara de Diputados.

Difícil entender este nivel de expresión de condolencias,

cuando no se trató de ningún gobernante democrático que

haya sido particularmente amigo o respetuoso de nuestro país.

La explicación es que era el gobernante de una nación

latinoamericana y, por ende, lo que correspondía. Atendidas

las circunstancias, no parece justificación suficiente y tampoco

es cierta. Hugo Chávez no era el presidente en ejercicio de

Venezuela.

Si bien ganó la reciente elección, cuyos pergaminos

democráticos son más que dudosos, pues el resultado se

consiguió abusando indiscriminadamente de los recursos

públicos, restringiendo la libertad de prensa, amedrentando y

acorralando a la oposición, y un largo etcétera, lo concreto es

que no pudo asumir el cargo por estar incapacitado por la

enfermedad terminal que lo aquejaba.

Nunca cumplió el trámite de prestar juramento, que es un rito

esencial en todo país que tiene una institucionalidad que se

respeta.

En esas circunstancias, la Constitución venezolana manda que

asuma el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado

Cabello.

Pero como Chávez había designado sucesor mediante un

“dedazo” a Nicolás Maduro, lo dieron por asumido a fin que

éste pudiera cumplir el rol que corresponde al vicepresidente

(que no lo era, porque eso supondría que Chávez asumió y lo

nombró) cuando el Presidente se incapacita en el cargo.

Un golpe blando, reinterpretando la Constitución.

La democracia no sólo es una votación, sino que también

acatamiento al estado de derecho.

El duelo nacional y la concurrencia de nuestro Presidente y su

comitiva al funeral no hicieron más que contribuir a validar

todo eso, dificultando adicionalmente a la oposición tener

alguna oportunidad en las elecciones que vienen, que forman

parte del diseño chavista para perpetuarse en el poder: en 30

días hay poco que hacer para cambiar el destino de unos

comicios pre orientados.

Peor, se validó un ambiente de falsedades.

En ninguna democracia seria se podría presentar un candidato

que sufre una enfermedad terminal, porque es un absurdo.

La verdadera condición de Chávez fue ocultada siempre y

hasta se dijo que estaba curado.

La impostura se mantuvo hasta el final; ahí está la patética

declaración de Maduro en cuanto a que el gobernante sostenía

reuniones diarias o los supuestos “tuits” que emitía hace poco,

cuando su condición en realidad lo hacía imposible.

O que no se le mostró al llegar (una testigo relató que entró

caminando al hospital) por la amenaza que representaban los

grupos de choque de la derecha, que sólo existen en la

imaginación (inventiva) del chavismo.

El mensaje es que a Chile y a su Presidente le importan más

estar presente donde está la atención de todos, que apoyar la

democracia.

¿Y de qué sirve estar? De nada, salvo para compartir -y validarcon

una pléyade de gobernantes dictatoriales del mundo.

Porque pretender que la presencia es un aporte que favorecerá

una evolución política positiva en Venezuela, es desconocer la

realidad.

Está bien el protocolo, pero pudimos ser más parcos.

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