COMENTARIO POLÍTICO SEMANAL

Patricio Grez de H.

En Chile hay un terremoto horroroso, tiene doscientos años de
antigüedad o más, y se llama miseria, pobreza, desesperanza. Ese
terremoto terrible que afecta a millones de chilenos ha sido pretexto
para las burradas más grandes por parte del Estado coercitivo. Uno tras
otro, los diversos gobiernos socialistas de deressha e izquierda han
justificado "soluciones" para ayudar a las víctimas de ese terremoto.
Esas "soluciones" normalmente arrancan aplausos furiosos de la galucha
que jura que por fin "se hizo justicia", se "hizo lo que había que hacer".

Para los más viejitos todo esto es como un disco rayado, es música
que hemos escuchado una y otra vez, para luego, a la vuelta de unos
años, encontrarnos con que las víctimas del terremoto de la pobreza, o
sea los pobres, siguen pobres. Pero ya habrá pasado una
generación, y los políticos de turno, socialistas de izquierda y
derecha, vuelven a poner el mismo disco populista, la misma música demagógica,
y la galucha del momento vuelve a los aplausos rabiosos y exigiendo que se callen
unos pocos fanáticos ortodoxos dogmáticos y poco "pragmáticos" que
tienen la insolencia de señalar que el emperador anda en pelotas. Such
is life in the tropics.

Pasando a otro tema, ahora hay fuego cruzado sobre Piñera por el
tema Chilevisión. A mi me importa un bledo que el presidente sea dueño
de un canal de televisión. En Chile estamos llenos de canales de
televisión, tanto los de señal aérea como los por cable o por interné. Y
la revolución digital permitirá que el número de canales siga subiendo y
subiendo. No se extrañe usted de que en pocos años más haya
sepetecientos canales de televisión. Pero igual guevean a Piñera por
Chilevisión, y yo le aseguro a usted que una vez que lo venda obligado,
igual lo van a seguir jodiendo por otra cosa. Van a insistir que ahora
tiene que vender Colo Colo. Y cuando venda Colo Colo, el enano Zaldívar
va a decir que eludió impuestos, y así van a seguir y seguir y
seguir "cooperando", por mucho que Piñera les haga la pata y trate de
darles en el gusto. Así se escribe la historia en Chilito mi hermosa patria.