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martes, 15 de junio de 2010

CINCO VERDADES Y UN SINAPISMO


DEL BLOG DE HERMÓGENES
lunes 14 de junio de 2010
Cinco Verdades y un Sinapismo
Ya el país políticamente correcto había sufrido espasmos de cólera cuando el entonces embajador Otero dijo algunas verdades sobre nuestra historia reciente, y resulta que ahora, apenas repuesto ese país de su acceso apoplético, nada menos que José, el hermano mayor del Presidente, aparece diciendo cinco verdades que ya exceden de todo lo soportable, a saber: 1) El quiebre constitucional del 73 fue culpa de Allende, pues quien viola la Constitución desde el poder y da un golpe al sistema democrático, deviene tirano; 2) El caso similar más famoso de la historia fue el de Adolfo Hitler en 1933: elegido democráticamente, devino tirano; 3) Allende y el PS firmaron en 1967 una verdadera declaración de guerra a la democracia, legitimando la violencia; 4) Quienes de verdad removieron a Allende fueron los 81 diputados que firmaron el Acuerdo de 22 de agsto de 1973 y 5) Pinochet actuó por mandato de esa mayoría democrática.
Todas esas afirmaciones están históricamente documentadas. A los que duden de las dos últimas sólo cabe pedirles que lean las conclusiones del Acuerdo de la Cámara, donde se llama explícitamente a los militares a "poner término a las situaciones de hecho referidas" y que están enumeradas en el cuerpo del Acuerdo. Veinte días después del mismo, los comandantes en jefe y el general director obedecieron al llamado.
El actual ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, que tanto gusta de fotografiarse bajo el retrato de Allende, rechazó en términos airados el paralelo que José Piñera hizo entre aquél y Hitler. No contento con eso, llamó a la senadora Isabel Allende, hija del derrocado Presidente, para darle explicaciones, según ella ha declarado en la televisión. Por supuesto, los socialistas han expresado su respaldo a Hinzpeter.
Como era de esperar, se han alzado las voces de repudio de variados políticos contra José Piñera. Son las mismas que habitualmente se levantan en nuestro medio cuando alguien recuerda la verdad histórica, casi completamente desconocida para una generación completa de chilenos, a los cuales ella se les ha ocultado, y olvidada por las generaciones anteriores, cuyos cerebros han sido metódicamente lavados durante veinte años.
Y, como lo hizo en el caso Otero, el Presidente de la República se ha corrido por la tangente, pero esta vez lo ha hecho mejor, pues no ha dicho nada, en lugar de hacer una declaración incomprensible, como en aquel caso. Parece estar consciente de que ésa debe ser su actitud cada vez que la verdad histórica merodee cerca suyo, sabedor de que está en la insostenible situación de ser partidario del "no", es decir, defensor de la "historia oficial", pero elegido fundamentalmente con los votos del "sí", es decir, de los abiertos a conocer la historia real.
Una acepción de la voz "sinapismo" es la de una persona muy molesta. Entonces, acostumbrémosnos a que cada vez que alguien diga públicamente verdades acerca de la historia chilena del último medio siglo, en el palacio presidencial merodearán uno o más sinapismos.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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