
miércoles 21 de diciembre de 2011
Ausencia y Desconcierto
Inquirido acerca de si mi ausencia de dos días seguidos de este blog había obedecido a una profunda congoja derivada de la desaparición del bienamado Kim Jong Il, mi respuesta ha sido negativa. No me embargó la tristeza, si bien nunca me alegraré de la muerte de nadie, como lo hiciera anoche ante las cámaras el ex Encargado Militar comunista Guillermo Teillier, tratando de explicar su misiva de condolencias y solidaridad a Corea del Norte (dijo que lamentaba los fallecimientos, pero que se había "alegrado de uno solo"). ¿Novedad? Ninguna.
Volviendo al caso de mi deserción, diré que el motivo fue muy simple: escribo siempre por motivación, y durante dos días nada me motivó especialmente a hacerlo. Pero sí debo confesar que una cosa me intrigó sobremanera: la designación por amp-lio margen como Presidente de la Corte Suprema del ministro Rubén Ballesteros. Por varias razones:
Primera, porque se trata de un juez que aplica las leyes. Este hábito es muy minoritariamente observado en nuestra actual judicatura, ampliamente dominada por la izquierda, que siempre hace prevalecer sus preferencias políticas por sobre los mandatos de la legalidad.
Segunda, porque el marxismo y sus compañeros de ruta "funaron" preventivamente al más alto tribunal, precisamente proclamando su rechazo a una posible designación de Ballesteros. Eso, en el Chile de hoy, es garantía de que se obrará según lo desean los "funadores". Y, sin embargo, una Suprema con mayoría de izquierda ha elegido, en votación de inexplicable amplitud, al magistrado de la minoría respetuosa del derecho.
Tercera, porque el Poder Ejecutivo, hacia el cual suelen mirar los jueces al tomar sus decisiones, precisamente en los aspectos en que el ministro Ballesteros hace prevalecer la letra de la ley, ha dado toda suerte de señales en contrario de este juez y concordantes con la mayoría izquierdista. La manifiesta hostilidad de personeros de la confianza del Ejecutivo hacia los presos políticos uniformados, a los cuales se ha hecho concurrir esposados, aunque hayan sido oficiales de alta graduación, a diligencias médicas; y se les desconoce beneficios carcelarios por parte de funcionarios de la confianza presidencial, para no decir nada de los indultos que el Ejecutivo ha denegado, pero podría disponer, sobre todo ante condenas carentes de fundamento jurídico. Para muestra, otro botón: días atrás un abogado me refirió que se había encontrado con un colega del Ministerio del Interior que antes trabajaba junto al abogado de extrema izquierda, Nelson Caucoto, reconocido perseguidor de uniformados (r).
Cuarta, porque la opinión pública, hacia la cual los jueces levantan la mirada con temor reverencial, y cuyo cerebro colectivo ha sido metódicamente lavado (lo sigue siendo: "Los 80" obtiene los mayores ratings de TV) comparte el criterio mayoritario de ilegalidad que siempre ha sostenido el candidato derrotado en la elección de la Suprema, el ministro Jaime Rodríguez Espoz.
En otras palabras, me di cuenta de que había algo que yo no estaba entendiendo en la situación general. Y cuando no entiendo, por principio prefiero guardar silencio.
Bueno, lo he roto ahora, más que todo confiando en que el ilustrado juicio de que hacen gala invariablemente los comentaristas de este blog me ayudará a salir de la perplejidad que me ha provocado el triunfo de Ballesteros sobre González Espoz.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
domingo 18 de diciembre de 2011
Izquierda Chilena: Negacionista e Impune
Si usted quiere disfrutar de momentos de amenidad, estudie las paradojas y piruetas que protagoniza la izquierda chilena. Ahora se encuentra empeñada en una espectacular: hacer aprobar una legislación para meter a la cárcel a quienes "nieguen, minimicen o condonen" las "violaciones a los derechos humanos".
Desde luego, los izquierdistas, primero, se preocuparon de redefinir "violaciones a los derechos humanos", de tal manera que en esa definición no fueran a caer los crímenes que ellos han cometido y cometen. Eso ya lo lograron: el asesinato de un civil (o de un militar) perpetrado por el MIR, el FPMR u otro grupo armado de izquierda, no constituyó una "violación a los derechos humanos", porque ésta sólo tiene lugar cuando el que mata a alguien es un "agente del Estado".
Como la izquierda chilena venía preparando desde 1965, según testimonios objetivos, la lucha armada para tomarse el poder; como durante la UP un centenar de víctimas cayó a manos de la izquierda violenta; y luego, bajo el Gobierno Militar, cuatro veces esa cifra fueron los caídos víctimas del terrorismo de izquierda, había que dejar despejado el punto: esas no fueron "violaciones a los derechos humanos".
Y como ellos no violaban los derechos humanos, pero tuvieron caídos en la lucha armada ¿que eran éstos? "Víctimas", por supuesto. Pues, para ella, no hubo lucha armada. Sólo dos bandos: los uniformados y las "víctimas". Y vendieron tan bien esta pomada que en una memorable carta a "El Mercurio" un Comandante en Jefe del Ejército, en los años '90, Juan Emilio Cheyre, demostró haberla comprado completa y al contado: al hacer referencia a las bajas de la lucha armada contra el extremismo habló de "nuestros camaradas y las víctimas". Y las "víctimas" han cobrado y siguen cobrando del erario miles de millones de dólares de indemnizaciones. El número de causas con el mismo propósito va en aumento y este año llegará a dos mil, y creciendo.
El ejercicio de la democracia establecida en la Constitución de 1980 y los triunfos electorales de la Concertación permitieron a la izquierda reescribir a su amaño la historia reciente. Pero como no ha podido impedir una insistente, si bien muy minoritaria, campaña desplegada por un puñado ínfimo de "cerebros NO lavados" para restablecer la verdad histórica, campaña que ha probado que la violencia armada la inició la izquierda, ésta discurre actualmente penalizar a quienes digan públicamente semejante cosa. Hay que meterlos a la cárcel. Los defensores de esta ley contra la libertad de expresión (entre los cuales la voz cantante ha sido Gonzalo Bustamante, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez --¿qué diría don Pedro Ibáñez, que me entusiasmaba para ir a referirles la verdad histórica a los alumnos de la Escuela de Negocios de Valparaíso, antecesora de la actual Universidad?-- quieren que vayan a la cárcel los "negacionistas", nombre dado en Europa a los que discuten el holocausto judío. Por supuesto, es otra pirueta espectacular de la izquierda, porque los judíos nunca se prepararon para una lucha armada contra ningún régimen europeo y, por tanto, fueron perseguidos injustificadamente; mientras ella sí preparó e inició la lucha armada contra la democracia en Chile.
Pero una pirueta todavía más espectacular, si cabía, fue la que le posibilitó a la izquierda el primer gobierno de los kerenskis chilenos, el de Patricio Aylwin, al formar la "Comisión Rettig". Sus investigadores eran unos 45 abogados de izquierda y sólo cinco de centroderecha (uno de éstos me lo refirió). ¿Y qué hicieron? Practicar ellos el "negacionismo". Hacer desaparecer el terrorismo de izquierda. ¿Usted quiere una prueba? Aquí va: en mi blog del 14 de diciembre referí cómo el sargento de Carabineros Tulio Pereira, intentó el 24 de febrero de 1976 salvar a una niñita, cogida en medio de una balacera entre miristas y agentes de seguridad. Pero un mirista le disparó al sargento a través del cuerpo de la niña, dando muerte a ambos. El episodio está referido por un testigo presencial y puede hallarse en la página 151del libro de Gisela Silva Encina, "Miguel Krassnoff, Prisionero por Servir a Chile", momentáneamente agotado "en las buenas librerías", por el gran interés público que despertó, pero en vías de reposición.
¿Y qué dijo el Informe Rettig de este asesinato? ¿Que el MIR los mató? ¡No! Dijo que el sargento murió "víctima de la violencia política". Pues el negacionismo de izquierda denomina así a la "entidad" que dio muerte en Chile a casi medio millar de uniformados y civiles entre 1973 y 1990. Y en un comentario a mi blog del 14 de diciembre un lector, "Cristián", cuya contribución agradezco, ubicó el párrafo del Informe Rettig referido a la niñita muerta. Dice así: "Susana Elizabeth Sanhueza Salinas... de siete años... se encontraba jugando en el jardín de la casa donde se produjeron los hechos, siendo a juicio de esta Comisión UNA VÍCTIMA INOCENTE DE LA VIOLENCIA POLÍTICA" (mayúsculas mías). Negacionismo puro. El MIR, que la mató, no aparece, no tuvo arte ni parte, según la Comisión. Fue la "violencia política". ¿Cómo iba a tener parte, si el MIR estaba en el alma misma de la UP, cuyos partidos votaron por Aylwin para Presidente; si el jefe del MIR era sobrino de Salvador Allende; si para su cumpleaños éste, en plena UP, le regaló una pistola plateada y nacarada, con una dedicatoria ambigua (como todo lo de Allende) recomendándole usarla "con consecuencia" (cita mía no textual y de memoria).
Entonces el silogismo está completo: las violaciones a los derechos humanos sólo las pueden cometer los agentes el Estado; luego, los terroristas del MIR, del FPMR y de los partidos con armas enumerados por Carlos Altamirano (el PC, el PS, el MAPU y la Izquierda Cristiana), eran inocentes de tales violaciones, de modo que, cuando caían en la lucha, eran "víctimas", pues sus armas se esfumaron (el "Nuevo Ejército", cuyos jefes se han lavado cuidadosamente sus respectivos cerebros, que tenía muchas de esas armas, si es que las conserva, ahora las oculta muy bien: son políticamente incorrectas).
Por supuesto, las "víctimas" no merecen ser castigadas: más de 600 han sido amnistiadas y más de 900 indultadas. ¿Amnistía a uniformados? La justicia de izquierda la deniega. ¿Indultos a uniformados? Sólo uno: Manuel Contreras Donayre. Ricardo I lo indultó a su manera: sin explicarle nada a nadie. El resto, presos o procesados como "violadores de derechos humanos".
Y así la izquierda ha logrado la cuadratura del círculo, que jamás habría conseguido, por supuesto, sin la contribución de los kerenskis chilenos: ella fue "víctima" inocente, quienes la enfrentaron fueron "violadores de los derechos humanos"; los caídos bajo las balas que no provenían de los uniformados no son responsabilidad de ella, sino de una entelequia bautizada por el "Informe Negacionista Rettig" como "violencia política"; y dentro de poco cualquiera que pretenda decir otra cosa va a ir a la cárcel.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
viernes 16 de diciembre de 2011
¿Valió la Pena Tratar de Complacer a Tantos?
¡Cuántas cosas no ha hecho el Presidente Piñera para ganarse el agradecimiento de los comunistas! Los ha convidado a La Moneda, se ha retratado sonriente con los tres diputados rojos elegidos gracias a los Kerenskis chilenos y hasta, creo (de esto no estoy seguro), ha convidado a Teiller, el ex Encargado Militar del partido, a alguna gira al exterior. Este último sostiene que Sebastián Piñera, antes de ser elegido, también le prometió modificar el sistema binominal, para hacer posible la elección de parlamentarios comunistas (cuando los Kerenskis todavía no se habían allanado a posibilitarla).
Y el mismo gobernante mantiene en el Ministerio del Interior a decenas de abogados de izquierda que litigan por mantener presos a uniformados (r), al tiempo que deniega indultos a éstos, aunque sean octogenarios o estén muy enfermos, o ambas cosas. Y alude a ellos como "violadores de los derechos humanos", agregando que nunca les extenderá un perdón. Echó a la secretaria que mandó un formulario de respuesta con buenos deseoa a un acto de desagravio a un brigadier (r) ilegalmente preso. Su ministro Allamand cesa a todos los asesores que hayan tenido vínculos con la CNI, al tiempo que el propio gobernante mantiene como jefe de servicio a un connotado mirista activo. Y ampara el Instituto de Derechos Humanos, un "organismo de fachada" del PC. Y le da más plata al Museo de la Memoria marxista.
Pero no le agradecen nada y ayer hasta lo funaron. Le impidieron decir "el" discurso de la noche. Pues iba a ser el único orador del 20° aniversario de la Fundación Jaime Guzmán. Mal elegido, obviamente. ¿A quién se le ocurrió designar a Sebastián Piñera como único orador en semejante efeméride? Bueno, hay mucha gente que lo ha olvidado todo y, por consiguiente, no ha aprendido nada. Sea como fuere, los malagradecidos comunistas le funaron el evento al Presidente. ¿Que usted dice que no fueron los comunistas? ¿Que fueron de la "surda" o cosas así? ¡Por favor! ¿En qué planeta vive usted? ¿En alguno donde creen que Camila Vallejo y Gabriel Boric no son la misma cosa? ¿O que el Lautaro, el Frente, los okupa que ponen bombas y la Coordinadora Arauco-Malleco no son la misma cosa? ¿Del planeta donde creen que las fotos de los frentistas rojos con el jefe e las FARC eran trucadas?
El Presidente no ha sacado nada, absolutamente nada, con haber traicionado las esperanzas que pusieron en él los militares en retiro, cuando les prometió velar por la legalidad y brevedad de los juicios contra ex uniformados y la aplicación de la prescripción. Los comunistas no lo quieren más por eso y los militares (r) decididamente ahora lo quieren menos.
¿Y qué le está pasando, por tratar de quedar bien con Dios y con el Diablo? Que ya no puede ir a ninguna parte. Quiso ir al Estadio Nacional a cosechar parte del éxito de la "U", y finalmente debió desistir. ¡Cuánto no habría dado él por levantar esa copa ante las cámaras esa noche, a estadio lleno! Era lo que había soñado hacer con Colo Colo, cuando compró el control de Blanco y Negro, pese a haber sido hincha de la UC de toda la vida. Sacrificios que había que hacer para ser popular y querido. Pero lo de Colo Colo fracasó. Peor todavía, siendo él su controlador, el club encabezó la operación para sacar a Mayne-Nicholls y Bielsa y a la hinchada le pareció pésimo. Ésta nunca más volvió a perdonarle eso. Por tanto, temió que si iba al estadio la rechifla iba a ser fenomenal.
Además, los de la U (que ahora son muchos más que antes, por eso de la "vuelta de chaqueta" chilena) no quieren a los de Colo Colo, ni menos si éstos son ex UC. Y no pudo ir no más.
Y al día siguiente tampoco pudo ir a pronunciar el único discurso del aniversario de la Fundación Jaime Guzmán. Ni que le hubieran preguntado a Jaime (porque yo sé la opinión que él tenía de Sebastián Piñera).
Incómoda situación para el Primer Ciudadano del país. Quiso conquistarse a los comunistas y éstos lo funan. A raíz de esa aproximación perdió la adhesión de muchos en la derecha, que no lo defienden o, peor, lo atacan. Dos tercios de los encuestados tienen una opinión desfavorable de él. Una fuerte mayoría afirma no creerle lo que dice. Y ahora hasta tiene que abstenerse de aparecer en público, cuando su máxima aspiración era estar siempre en primer plano.
¿Valió tratar de complacer a tantos para conseguir el reconocimiento de tan pocos?
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
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