EZZATI OBTIENE PRESIDENCIA DEL EPISCOPADO

En votación de la Asamblea Plenaria que partió el lunes y concluyó ayer en Punta de Tralca:
Ezzati obtiene presidencia del episcopado y Goic queda en la mira como arzobispo

El arzobispo de Concepción debutará en la Misa por Chile de mañana en el Templo Votivo de Maipú, en que la Iglesia Católica pedirá perdón por los errores y omisiones cometidos.

NELLY YÁÑEZ N.
El Mercurio

Un aplauso cerrado rompió el silencio en la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca, cuando la Asamblea Plenaria -reunida desde el lunes- eligió a monseñor Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Concepción, como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal por los próximos tres años, en reemplazo de monseñor Alejandro Goic.

El proceso se inició a las 9 y terminó a las 11 horas. Uno de los primeros en felicitarlo fue justamente Goic, quien fue elegido vicepresidente, uno de los nombres fuertes para reemplazar al cardenal Francisco Javier Errázuriz en el Arzobispado de Santiago.

Según trascendió, el miércoles en una reunión informal, Goic hizo ver a sus pares que si votaban por Ezzati -de quien es muy cercano- era lo mismo que lo hicieran por él, con lo que le dejó abierto el camino.

El conteo de los sufragios, sin embargo, se mantuvo como todas las conclusiones del cónclave, en absoluta reserva. Sólo se pudo tomar imágenes de los obispos cuando abandonaron las sesiones rumbo a un comedor aledaño.

Ezzati no ocultó sonrisas, pero no formuló declaraciones. Su debut lo hará mañana en la Misa por Chile, en el Templo Votivo de Maipú, donde la Iglesia chilena cerrará sus actividades por el Bicentenario y pedirá un perdón público, de rodillas, por los errores y omisiones cometidos.

Ezzati (68), chileno-italiano llegado a Chile en 1959, adquirió una mayor visibilidad en los últimos meses cuando fue nominado como facilitador del diálogo en el conflicto mapuche.

De fuertes vínculos con la Santa Sede -amigo de Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano-, es descrito al interior del episcopado como un hombre inteligente, de diálogo franco, distante del conservadurismo y de fuerte carácter. Tanto, que no dudó en advertir a La Moneda -en medio de la huelga de hambre- que si no se tomaban medidas urgentes, ese movimiento podría terminar con un muerto.

La evaluación interna es que la asamblea privilegió la continuidad en la conducción política de la Conferencia Episcopal, pues Ezzati, Goic y Gonzalo Duarte, miembro titular, permanecieron, aunque en distintos puestos. Y que la renovación se dio en lo pastoral, donde los obispos Juan Ignacio González, de San Bernardo, y Carlos Pellegrín, de Chillán, ambos de una gran preparación, pero vistos como más conservadores, no fueron elegidos.

Como si estuviera asumido que Goic, Ezzati o Duarte podrían ser nominados en Santiago, la sorpresa se dio en sus posibles reemplazantes como suplentes, grupo en el que quedaron Horacio Valenzuela, de Talca, y cercano al sacerdote Fernando Karadima; Cristián Caro, de Puerto Montt, y Pablo Lizama, de Antofagasta.

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''Gracias, gracias". Esas fueron las únicas palabras pronunciadas por el flamante presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, tras la elección.


Un gran conciliador
"Sentarse a la misma mesa para discutir un problema no humilla a nadie". Esta es una de las máximas del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, nacido en Campiglia dei Berici, en la provincia de Vicenza, Italia, en 1942, y asentado en Chile desde 1959.

Reconocido por su poder negociador, ha sido elevado a diversas responsabilidades en la iglesia chilena: obispo de Valdivia en 1996; obispo auxiliar de Santiago en 2001, fecha en que estrecha relaciones con el cardenal Francisco Javier Errázuriz, y arzobispo de Concepción en 2007.

Desde esa fecha ha debido mediar en diversos conflictos laborales y étnicos. El más complejo del último tiempo fue el conflicto mapuche, donde cumplió un rol protagónico para terminar con una extensa huelga de hambre.

Fue presidente de la Comisión de Educación del Consejo Episcopal Latinoamericano. Y en 2008 integró la comisión vaticana encargada de revisar el accionar de la Congregación de Los Legionarios de Cristo.

En sus posturas ha sido siempre categórico. En septiembre de 2006 se declaró en contra de una ley sobre Pacto de Unión Civil, porque "lleva a confusiones muy grandes; desde luego, la confusión del matrimonio del hombre y la mujer y también el concepto de familia". Y ha cuestionado con dureza el tema de los abusos sexuales.

La nueva comisión pastoral 2010-2012