jueves 8 de julio de 2010
Algunas Incorrecciones Políticas Más
El fallo definitivo de la Corte Suprema en el caso del asesinato del general Prats y su cónyuge ha condenado a dos generales (r), tres brigadieres (r) y un coronel (r) a prolongadas penas (que van de 15 a 17 años de presidio).
La noticia era esperada y previsible. Pero sorprende que sólo se mencione muy de paso que el autor material de las muertes fue un ciudadano norteamericano, Michael Townley, que no ha recibido sanción alguna por ese hecho, pues vive fuera del alcance del "largo brazo de la justicia", por haber llegado a un acuerdo de impunidad con las autoridades norteamericanas.
La declaración del Ejército con motivo del fallo y contra sus ex miembros condenados es particularmente dura: los "repudia" y señala que la institución "no debería sufrir detrimento por la infamia de aquellos que no adhirieron al tradicional código de honor y de conducta institucionales, que con su acción demostraron despreciar".
Naturalmente, uno como civil tiene derecho a formularse algunas preguntas. A mí, personalmente, me intriga no acertar a encontrar qué razón puede haber inducido a varios oficiales de alta graduación de la DINA a quitarle la vida a un retirado e inofensivo ex comandante en jefe y su señora, residentes en otro país y, la segunda, además, obviamente ajena a toda circunstancia que pudiera hacerla constituir una amenaza para nadie. ¿Es explicable que un servicio de inteligencia incurra sin justificación alguna en una conducta doblemente homicida contra una pareja de personas de edad, lejanas y dedicadas a inocentes actividades propias de su retiro? Ciertamente, no es explicable. Y no creo que haya lugar, en el restringido medio informativo chileno, para que nadie ose dar una respuesta circunstanciada a esa pregunta. Eso resultaría probablemente intolerable para el medio chileno actual.
Por mi parte, tengo algo qué decir sobre uno de los condenados, el brigadier (r) Christoph Willecke. Hace pocos años un amigo suyo y mío me preguntó si lo conocía. Le respondí que no. Entonces me inquirió si me interesaria ir a visitarlo al penal donde estaba preso por el caso Prats, y accedí muy interesado.
Le pregunté directamente al brigadier Willecke cuál había sido su participación en el caso Prats. "Ninguna", me respondió, añadiendo: "No tuve nada qué ver en eso". Entonces le pregunté cómo era posible que lo procesaran por algo a lo cual era ajeno, y me respondió que eso sucedía de ordinario en juicios contra uniformados. Pero me añadió algo aún más decidor:
"Vino a interrogarme la jueza argentina María Servini de Cubría, que investigaba el caso Prats en Buenos Aires. Yo le señalé que no sabía nada acerca de ese caso y que no había tenido participación alguna en él. Entonces ella me dijo: 'Sí, ya sé que usted no tuvo participación, pero lo que me interesa saber de su parte es todo lo que hacía la DINA'. Ella, una jueza extranjera, no sólo reconoció mi inocencia, sino que pretendía recibir de mí una relación completa de mis actividades y conocimientos acerca del servicio de inteligencia chileno".
Por supuesto, conociendo los antecedentes del brigadier (r) Willecke (y los del juez que lo persiguió y condenó) creo absolutamente en la palabra del primero y considero que, al menos, hay una persona condenada por este crimen a una prisión que, en la práctica, es a perpetuidad, siendo por completo inocente.
Sé que la sociedad chilena actual no está preparada ni para recibir una respuesta a la pregunta que formulé en primer término, ni para revisar seria y concienzudamente esa condena de un inocente.
Condena agravada por el severísimo e indiscriminado baldón que hace recaer sobre él la institución a la cual sirvió toda su vida, que lo "repudia" y declara "infame" por despreciar los valores de aquélla, añadiendo el deshonor a la indefensión y a la injusticia.
Es el sino reservado a muchos soldados en la sociedad que contribuyeron a salvar.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce en 19:12
viernes, 9 de julio de 2010
DEL BLOG DE HERMÓGENES
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3 comentarios:
Tengo una sensacion de dolor de las palabras del c.j.e., no del hecho de que apoye muertes, si no de que no sabe la historia antes y despues del 73, de personas que se la jugaron por CHILE nuestra patria, que se diga que se perdio el HONOR MILITAR es lo mas delicado para un miembro de la Institucion ya sea activo o en retiro, que valor tiene que muchos militares defendieran su patria si un c.j.e. despues de 37 años diga que lo ocurrido fue un hecho indeseable
y quienes tuvieron participaron estaban equivocados. Quedo como condorito PLOP
la reaccion de ese CJE es por puro temor a que lo metan precioso una vez que deje el ejercito y esta lamiendole el trasero a los bastardos marxistas traicionando a sus propios camaradas .
Los severos castigos POLITICOS recibidos por camaradas de las FF.AA. por jueces que ni siquiera lo interrogan conforme a las leyes y veredictos escritos en cuatro paredes dejan muchas interrogantes y dudas en la ciudadania que el tiempo dira porque actuaron asi, a lo menos ya se sabe una en el caso del Gral ZARA donde claramente el juez no deberia haber participado por tener afinidad con una detenida el año 73 que era su esposa, esto sale a la luz publica gracias a un medio de comunicacion que dio la oportunidad a la ciudadania a saber la verdad de como el personal de las FF.AA. son juzgados, no vale la inocencia ni la culpabilidad lo que importa es que queden tranquilos los de la izquierda quienes permanentemente estan dando nombres y acusaciones casi siempre infundadas como ser el caso del embajador de chile en panama,el pueblo no tiene conocimiento de los juicios a los militares y como es su defensa si es recibida o no por los jueces y como actuan con imparcialidad o lo contrario. LOS CHILENOS siempre hemos respetados nuestra justicia y sus fallos y asi seguira siendo pero en el caso de personal de las FF.AA. enjuiciados politicamente deja muchas dudas.
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