miércoles, 14 de julio de 2010

INDEBIDA INTIMIDACION


Desde que la Iglesia Católica hizo pública su opinión de otorgar indultos el año del bicentenario a personas que cumplen penas de cárcel, la izquierda política, hoy en el bando opositor, no ha cejado en ejercer presiones indebidas al Presidente de la República para que no se incluya en estos eventuales indultos, a personas condenadas por los llamados “delitos de derechos humanos”.
El odio ciego enquistado en sus perversos cerebros los está llevando a un constante y persistente aumento de esta sucia presión al Ejecutivo, tanto así que esta semana en la fundación Frei Montalva (oneroso y fraudulento organismo financiado por todos los chilenos), se realizó un acto para homenajear al mal recordado izquierdista y ex “Comandante en Jefe” Carlos Prats González, ocasión en la que Frei Ruiz-Tagle pronuncio un ácido y odioso discurso sobre el tema, cuya intención no era otra que la de ejercer una impúdica presión sobre el Presidente de la República en vista de posibles indultos a Militares. El Senador, recién derrotado en las elecciones presidenciales, envuelto en la más maldadosa de las intenciones amenazó textualmente: "No aceptaremos que se utilice el Bicentenario como excusa para indultar a violadores de Derechos Humanos”, agregando: “Los asesinos y violadores de Derechos Humanos pasaron muchos años en libertad para que se hagan merecedores de este beneficio".
En el acto estuvieron presentes Aylwin y Lagos, quienes aplaudieron efusivamente a Frei, y también estaban por supuesto los infaltables familiares de las “victimas”, cumpliendo con su acostumbrada vida social, de la que han logrado millonarios importes, viajes y una vida que nunca habrían obtenido de la acción subversiva de sus deudos.
Pero recordemos algo que siempre la prepotencia izquierdista trata de ocultar, los cuatro ex presidentes de la concertación durante sus mandatos aplicaron amnistía, indultos y ampararon extrañas fugas de las cárceles a centenares de criminales, a terroristas cuya libertad constituye un verdadero peligro para la sociedad. Asesinos a sueldo desprovistos de cualquier sensibilidad, que cegaron la vida de cientos de personas inocentes, de Militares, Carabineros y otros servidores públicos, también asesinaron a muchos civiles inocentes. Todas sus víctimas eran personas de bien de nuestra tierra, cuyas familias jamás fueron escuchadas cuando pedían un poco de justicia y por supuesto NUNCA recibieron un misero centavo como indemnización.
Por lo tanto, podemos decir que estos ex mandatarios son personajes que carecen de toda autoridad moral para opinar sobre la posible propuesta de la Iglesia Católica. Como también para dar recomendaciones e intimidaciones al Presidente de la República, ante la decisión histórica que tendrá que tomar en el caso.
El Presidente de la República desde que asumió el poder ha tenido una esperanzadora propuesta de “unidad nacional”. Ad portas de la celebración del bicentenario se le presenta la oportunidad de cumplir su cometido. Fue la clase política la que dividió a los chilenos a partir de los años sesenta, en las sacudidas de la guerra fría, situación que se agravó en el Gobierno Militar, cuando la derrota en Chile de la expansión marxista generó a nivel mundial una proliferación de campañas de odiosa venganza hacia las Fuerzas Armadas y de Orden chilenas, situación que aun continúa.
Los cuatro mandatarios que tuvo la concertación tuvieron en su tiempo la valiosa oportunidad de unir a los chilenos. Pero en sus mandatos el tema se trabajó en forma tendenciosa y vengativa. Se construyó un poder judicial prevaricador y se persiguió con crueldad a los integrantes de las FF.AA. y de Orden que tuvieron participación en la Liberación de Chile del yugo marxista. Y por otra parte se liberó de prisión y de la acción judicial a quienes portando armas ilegales acometieron en contra del país.
La Concertación entregó el poder con un país absoluta y vergonzosamente dividido. Nunca hizo nada por la unidad del pueblo de Chile, muy por el contrario, su accionar siempre fue un semioculto ataque vengativo a las Fuerzas Armadas y de Orden, en el cual los perjudicados fueron los que un día tuvieron que defender al país de la subversión y el terrorismo.
El actual Presidente de Chile tiene en sus manos la posibilidad de pacificar a los chilenos. El tiene que entender que si se mantiene encarcelado a “¡solo uno!” de los Militares presos políticos, el país continuará desunido, y él como Presidente, pasará a la poco digna lista de los responsables.
La concertación no apoyará jamás en nada, al Gobierno desde el Parlamento. Entonces hacer caso a sus amenazas es ilógico. El Presidente debe actuar en el caso de los Indultos Bicentenario bajo su propia conciencia y criterio, como hombre cristiano y de bien. Y antes de escuchar la blasfemia de su oposición política, el Presidente debe considerar el sentir de la mayoría que lo llevó a La Moneda, esa es la gente que lo apoya y ante quienes adquirió compromisos.

Alejandro Russell O’Kuinghttonss



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