Señor Director:
EL artículo aparecido en la última revista Sábado sobre el Mayor
Cereceda (caso Antuco) está lleno de errores e imprecisiones que en
nada contribuyen a calmar el dolor que tanto necesitan los familiares
de los infortunados soldados. Desconozco en qué lugar se hizo la
entrevista, pero por la cantidad de errores graves y superficiales, da
la impresión que estuvo en otro penal. Menciona que “a pocos metros
del toldo del mayor Cereceda en el patio de visitas está el del Mayor
Herrera” (este oficial no tiene toldo), o que el General Raúl
Iturriaga fue “Director Asistente de la Dina” (sólo estuvo en el
departamento de Inteligencia Económica), o que en el penal hay
“continuas intrigas, peleas, intentos de atropello y hasta amenazas de
muerte” (el arma más potente de los presos militares es su
caballerosidad, solidaridad y cultura).
Entre los errores graves está decir que “los presos tienen acceso a
Internet y visitas todos los días”. Deseo aclarar, no sólo al autor
del artículo sino también a todos los lectores, que los presos no
tienen visitas todos los días, sino únicamente miércoles, sábados y
domingos, y que tampoco tienen acceso a internet ni a ningún otro
medio de comunicación con el exterior, es más, esto es motivo de
castigo con prohibición de visitas.
Finalmente, afirma que los familiares de los soldados fallecidos en
Antuco concurrieron “sorpresivamente” al penal para visitar al Mayor
Cereceda. Lo anterior, de ser cierto, sorprende y sería una
discriminación con los amigos y familiares que visitamos el penal de
Punta Peuco, puesto que debemos enviar nuestros nombres y Rut con
mucha antelación para que se tramite la autorización, única forma de
ingresar al penal a visitar a nuestros queridos familiares, camaradas
y amigos.
El artículo induce a pensar que los presos políticos militares están
en situación de privilegio. Nada más lejos de la realidad. Sólo
contribuye a confundir a los lectores y acrecienta el dolor y la rabia
de quienes perdieron a sus seres queridos, ya sea por el caso Antuco o
por Derechos Humanos. Mientras sigamos por esta senda todos seremos
de izquierda “no habrá perdón ni olvido”. La influencia de los medios
de comunicación debiera utilizarse en pregonar el perdón mutuo, la
izquierda por los crímenes y por el desorden social al que se llegó,
la derecha por haber incitado, apoyado y usufructuado de las fuerzas
armadas, y estos últimos por los errores o excesos cometidos en su
afán de volver el país a la normalidad. Lo demás, es sólo utilizar y
regocijarse en el dolor de muchos compatriotas. Espero que esta carta
sea publicada, y no hacer verdad aquella fatídica frase “El Mercurio
miente”.
Mónica Ramírez A.,
martes, 4 de octubre de 2011
El penal de Punta Peuco
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