Señor Director:
Durante la segunda presidencia de don Arturo Alessandri (1932-1938), el agregado militar argentino Juan Domingo Perón fue sorprendido en actividades de espionaje, y tuvo que dejar el país. Don Arturo, con todo su talento y manejo político, no hizo redoblar los tambores ni sonar las trompetas. Sólo llamó a su homólogo argentino y le dijo: “Pero Presidente, si necesita saber algo de Chile, no me envíe espías, pregúntemelo a mí”.
Fernando Orrego V.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
CARTA: ESPÍA
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