A discriminar
Cuando un joven se inicia en las
actividades públicas, lo hace con la sana ilusión
de servir.
Habitualmente toma contacto con algún
movimiento universitario, se acerca a un
dirigente algo mayor que él o que ella, lo
comienza a admirar, lo apoya en algún centro de
alumnos o federación en ejercicio, o en alguna
campaña próxima.
El recién iniciado tiene 18 ó 19 años,
apenas conoce el léxico, las doctrinas y los
métodos, pero ha comenzado ya su andadura. Y si
es consistente, no abandonará esa tarea.
Si ha tomado contacto con el Gremialismo
universitario -en cualquiera de las universidades
en que pervive y florece el legado de Jaime
Guzmán- tendrá a su disposición buenos ejemplos
de servicio, planes de formación serios y
metódicos, equipos estudiantiles abnegados.
Conocerá eso sí también, el sabor de la
descalificación y, muchas veces, la pena de la
derrota.
Si perservera por años, podrá ya mirar a
algunos referentes nacionales de su pensamiento.
Verá que quienes fueron una o más décadas atrás
dirigentes estudiantiles, ahora, en el legítimo
uso de sus opciones ciudadanas, postulan a cargos
de elección popular o ya los ejercen.
Ahí van a presentarse sus mayores
problemas. El joven, con apenas tres o cuatro
añitos de dedicación a sus tareas públicas, va a
tener que distinguir.
Y al hacerlo, tendrá también que
discriminar, aunque sólo sea en su ámbito íntimo.
Discriminar, porque se encontrará con
aquéllos que fueron un día dirigentes destacados,
como él quiere serlo ahora; ellos también fueron
hombres y mujeres serviciales, abnegados,
coherentes. Pero hoy los verá gordinflones,
bobitos, malulos o reventados. Que no se
sorprenda: pasa. Simplemente, que no los tenga
más en cuenta, que los perdone y que los abandone.
Discriminar, porque verá también ejemplos
netos de perseverancia y sacrificio: que les crea
a éstos últimos, porque, entre otras cosas, estos
dirigentes ejemplares tienen que aceptar que
algún malulo o una gordinflona los trate de
fanáticos o de fundamentalistas. Es la prueba de
su calidad.
Que trabaje con éstos. Serán su norte.
Gonzalo Rojas Sánchez
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Columna discriminatoria
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COMENTARIO G. ROJAS
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