JUSTICIA VERGONZOSA

La Justicia chilena simplemente nos da vergüenza, lo advertimos por los procesamientos de 6 personas por el presunto homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, por prestarse a la manipulación, de tipo mediático destinada a provocar hechos políticos.

Los encausamientos de 4 médicos y dos civiles decretados por el Juez Alejandro Madrid, que se ha caracterizado por la persecución a nuestros uniformados, nos parece una aberración jurídica que busca seguir emponzoñando la actividad pública.

Solo como curiosidad consignaremos que ente los detenidos se encuentran dos hombres de confianza de Frei Montalva, el ex Subsecretario de Salud de su Gobierno, Patricio Silva Garín, y su chofer, Luis Alberto Becerra Arancibia, que lo habría espiado para la CNI.

Extraño nos parece este caso de homicidio en el que se encausa, básicamente, a quienes realizaron la autopsia del cadáver de Frei, a aquellos que embalsamaron los restos de ex Presidente y a quienes le habrían espiado, deslizando subrepticiamente la culpabilidad de la CNI.

De manera permanente hemos denunciado que el presunto asesinato de Frei fue utilizado por Carmen Frei cuándo se percató que su reelección como Senador peligraba, la que ha sido continuada por su hermano Eduardo al constatar que su aventura presidencial no prende.

Las expresiones de la ex Senado , en una conferencia de prensa en casa de su hermano, calificando de bajezas las dudas sobre el uso político que han dado al tema no nos llegan, pues hemos sido testigos de las falsedades de la familia de fenecido ex Presidente.

Frei padre era un hombre de bien, con el que se podía estar de acuerdo o diferir, pero al que todos los chilenos teníamos el respeto que producían su capacidades intelectuales y dialécticas, además de tener valores, lamentablemente con sus vástagos no nos sucede lo mismo.

Consideramos de una bajeza que linda en la inmoralidad lo sucedido, a la vez que vemos como irresponsable el pronunciamiento de la Presidente Michelle Bachelet en que asegura que la Justicia “tarda pero llega”, porque implica, una vez más, presiones del Ejecutivo al Judicial.

Los informes que se han filtrado, las elucubraciones de los abogados de la familia del extinto ex Gobernante, las declaraciones del hombre de confianza del freismo que estuvo en la intervención y en la autopsia de Frei no dan para pensar que hubo manos extrañas en ese deceso.

No puede dejar de provocar suspicacias esta resolución del Magistrado a solo 5 días de un proceso electoral trascendente, que podría terminar con los 20 años de gobiernos de la concertación, que coopera a la victimización que quiere proyectar el candidato oficialista.

Nuestra apreciación es que don Eduardo Frei Montalva no falleció como victima de la intervención de terceros, ni como parte de un “complot” para terminar con su vida, fue el resultado de una intervención quirúrgica que se complicó sin que se pudiera parar a tiempo la infección.

Sumamente raro nos parece que no hayan sido formalizados en esta oportunidad el Dr. Patricio Rojas ni todos los amigos del extinto que fueron testigos, e inclusive protagonistas de lo sucedido en la Clínica Santa María en enero de 1982.

Consideramos imprescindible en aras de la unidad nacional terminar con el show de una Justicia que se ha prestado, a nuestra manera de ver, de manera sórdida a perseguir a quienes debieron combatir al extremismo, mientras a sus adversarios simplemente no se les aplican las Leyes.

Chile debe conocer la verdad, comenzando por quienes provocaron la tragedia que vivió nuestro país entre los años 70 y 90 del siglo pasado, pues nos parece inverosímil que se siga mancillando la verdad y los sucesos para beneficiar a un sector de nuestra sociedad.

Como todos los chilenos esperamos que se clarifique las causas de la muerte del ex Presidente, pero nos hacemos el deber de manifestar que estamos cansados de manipulaciones Judiciales, falseamientos procesales y de grotescas manipulaciones de nuestra historia reciente.

Nuestras meditaciones nos llevan a pensar que la política nacional de ha transformado en una inmoralidad sin límites, en la que el maquiavelismo se ha transformado en una herramienta válida para satisfacer las ambiciones de poder de algunos de sus participantes.