DEL BLOGS DE HERMÓGENES
viernes 23 de septiembre de 2011
Un País a la Deriva
Es increíble que en un país donde se está barriendo por la fuerza con la legalidad y donde hay miles de autoridades (presidente, ministros, subsecretarios, jefes de servicios, intendentes, seremis, alcaldes, parlamentarios, rectores, directores y todo lo demás) haya habido uno, sólo uno y nada más que uno, capaz de ejercer la autoridad que la ley le ha conferido: el alcalde de Providencia, Cristián Labbé.
Esta excepción, por ser tan notoria, confirma la evidencia de que somos una nación a la deriva. Supongo que, cuando el timonel máximo del barco sin rumbo dijo ayer, ante las Naciones Unidas, que el conato revolucionario estudiantil, montado en su contra por los comunistas, era un movimiento "noble, grande, hermoso", habrá habido alguien, además de mí, que haya estallado en una carcajada. No por la pintoresca reiteración de los tres sinónimos acostumbrados, sino por el grado de desorientación que ellos acusan.
¿Cómo va a ser "noble" un movimiento exclusivamente asentado en la fuerza, la ilegalidad y la violencia de las "tomas"? ¿Que no se da cuenta de que sin ese ingrediente habría clases en vez de desfiles, exámenes en vez de la pérdida del año lectivo, plena normalidad estudiantil y completa tranquilidad pública?
¿Cómo va a ser "grande" una iniciativa que busca una ganancia pecuniaria exclusivamente basada en arrebatarle a una autoridad débil recursos mediante la fuerza ilícita y el desorden, que sólo hacen patente su inepcia? ¿Por qué creen ustedes que muchos padres de familia apoyan toda esta iniquidad? ¿Por "grandeza" de espíritu? No: porque ven la perspectiva de no pagar por algo que se han obligado a pagar. ¿Cuándo un apoyo mercenario ha sido considerado "grande" en la historia de la Humanidad?
¿Cómo va a ser "hermoso" que hordas desatadas de malcriados destruyan colegios tomados a la fuerza, provoquen ingentes daños en las calles y las propiedades, agredan a los nobles carabineros, que deben dar la cara a raíz de que nadie se atreve (salvo Labbé, y después de cuatro meses) a aplicar la ley? ¿Cómo va a ser "hermoso" que se pretenda suprimir la libertad de enseñanza y reemplazar los sistemas exitosos que funcionan a su amparo, a fin de reemplazarlos por un monopolio estatal propio de un sistema que fue arrojado por los pueblos al basurero de la historia?
La sarta de malcriados violentos que se ha tomado el país, que hasta se sienten con derecho a pegarte un balazo si los obligas a ir a clases, no nos habla de nada hermoso, sino, al contrario, de algo pavoroso: una sociedad en que la familia, ese crisol de la formación y la disciplina, está destruyéndose bajo los embates de la disolución del matrimonio, de las costumbres y de la moral, propagados por una televisión desatada en la promoción del desacato general y del morbo sexual. Y, pronto, también por los incentivos creados para reemplazar el hogar sólido por futuros y probablemente efímeros "Acuerdos de Vida en Pareja", epítomes del debilitamiento de la unidad fundamental de la sociedad.
Es lamentable, pero el país se equivocó de Alcalde: no se puso en manos del de Providencia, sino del de "La Pérgola de las Flores", que "le dice a todo el mundo que sí, y hace lo que le conviene más"... Lo que le conviene más es ser premiado en ese supremo tribunal de la insustancialidad, que son "la encuestas", en las cuales, reservadamente, se ha dicho en Nueva York, él "está remontando".
Con razón los romanos decían que Júpiter ciega a quienes quiere perder.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
lunes, 26 de septiembre de 2011
UN PAÍS A LA DERIVA
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