viernes, 19 de octubre de 2012

Remite Carta Obispado Castrense de Chile......Y mi respuesta





NUEVA RESPUESTA DEL GRL.NUÑEZ AL OBISPO GENERAL CASTRENSE, ES EXCELENTE, NO DEJAR DE LEER Y DIFUNDIR.....










Señor General

Hernán Núñez Manríquez

Presente



Sr. General:



Hoy martes 16 de Octubre hemos visto en el mail del Obispado Castrense de Chile su comunicación enviada en el día de ayer, 15 de Octubre de 2012 a las 11:48 hrs, titulada “Nueva carta al Obispo General Castrense”. Y al respecto puedo expresarle lo siguiente:



Que en este Obispado Castrense no se ha recibido un anterior documento al que usted hace mención, ni por carta firmada ni por correo electrónico.


Que encontrándome fuera del país en los días en que ocurriera el fallecimiento del Coronel Osorio (Q.E.P.D.), posteriormente he sido informado, tanto por el Capellán Jefe del Servicio Religioso del Ejército y por el Ayudante Militar de nuestro Obispado, que efectivamente el Velatorio de la Catedral Castrense estuvo en todos aquellos días ocupado por difuntos miembros o relacionados con el Ejército de Chile, y que a través del Coronel (R) Bruno Godoy de la Comandancia Guarnición Metropolitana, se vio alternativa para celebrar el funeral del Coronel Osorio, que finalmente lo realizó el Capellán José Vines; no existiendo disposición alguna de excluirlo de esta atención religiosa.


Que lamento profundamente se haya hecho eco de “rumores respecto a la negación del velatorio…”, como usted mismo señala, y a la vez que se hayan difundido conceptos falsos, lo que ameritaría al menos una aclaración.


Invocando siempre la bendición de Dios para todos los habitantes de nuestra Patria y en particular para los miembros de nuestro Ejército, con la intercesión de la Santísima Virgen del Carmen, le saluda atentamente





+ Juan Barros Madrid

Obispo Castrense de Chile








Santiago, 17 de Octubre de 2012

OBISPO CASTRENSE DE CHILE

GENERAL DE BRIGADA JUAN MADRID BARROS.

Presente.



Distinguido Obispo y General:



Con esta fecha recibo su respuesta a mis cartas de 26 de Septiembre y 15 de Octubre de 2012. Tengo antecedentes que esas cartas llegaron oportunamente a ese Obispado Castrense.



En lo puntual, considero innecesario continuar polemizando respecto a su contenido, en cuanto a la forma, fondo y pormenores, del apoyo espiritual que recibió un camarada aquejado de una enfermedad terminal y que falleciera - en forma inhumana -, como prisionero. Algo similar debe suceder en Cuba. Para él no hubo derechos humanos, ni nadie de la jerarquía eclesiástica supo de este drama, como tampoco de otros 3 fallecidos anteriormente en iguales circunstancias. Los derechos humanos existen para otros estamentos de nuestra sociedad; para los que gritan, los que presionan, los que odian y piden venganza - con la hostia en la boca -, al interior de la Catedral de Santiago; los que causan desmanes, los que incendian, colocan bombas o matan carabineros. Ahí se sacuden todas las estructuras a su favor y logran cobertura, perfectamente manejada y manipulada, en todos los medios de comunicación social. Mientras tanto, nuestros hombres, entre rejas, mantienen su silencio, su decencia, su disciplina, su formación y la lealtad a sus Instituciones.



Sin embargo, le hago presente – leyendo detenidamente su documento y respetando como católico observante su investidura -, que no le acepto su expresión de que: “me haya hecho eco de rumores”, que me atribuye. US. me ofende y me infiere un grave cargo.

Un Oficial General, aún en retiro, NUNCA se hace parte de habladurías, chismes ni cuentos; y es por eso que con mi nombre y grado me he dirigido directamente a la primera autoridad pastoral castrense para que los aclarara. Nada “le ha llegado a sus oídos”.



Le reitero - porque US. no me respondió lo referido a otros tópicos -, que nuestros prisioneros no son parias . Son y serán soldados, y tienen valor y dignidad ante los ojos de Dios; y Él ha delegado en el Obispo Castrense, representarlo como Pastor ante todos ellos. Están dentro de su responsabilidad como Vicario Castrense. No pueden andar recurriendo ni al Cardenal Ezzati, ni a Monseñor Precht, o “consiguiéndose un curita” para que les hagan una Misa o los asistan religiosamente. Empleando una torpe metáfora, cómo no tener el celular de Dios para que esa gente pudiera comunicarse directamente con Él.



Deseo finalizar este intercambio epistolar, transcribiéndole parte de algunas frases de una carta que me hiciera llegar la esposa de un prisionero, que resume todo y creo que pone punto final a esta polémica por mi parte. Me reservaré su nombre por motivos obvios: “En la prisión (…) de no ser por el hermano de (…) que es diácono, y que va cada 15 días a hacernos una homilía familiar no tendríamos ningún apoyo de la Iglesia Católica. Doloroso para nuestros espíritus esta falta de caridad, uno de los más preciados dones que debe tener un sacerdote para prodigar así el amor a Dios, y entregar al prójimo, y sobretodo al caído, una palabra de consuelo y apoyo espiritual. Paciencia…paciencia, una bofetada más….”.



No es un rumor. Le reitero, es la carta escrita por la esposa de un militar prisionero.





Lo saludo atentamente



FDO.)General HERNAN NUÑEZ MANRIQUEZ










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