viernes, 19 de octubre de 2012

RESTABLECER EL ESTADO DE DERECHO


DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 1.137



Escribe don Fernando Navajas I
Vicealmirante


En la ciudad de Ercilla, región de la Araucanía el Presidente de
la República expresó que: “Puedo asegurar que haré todo lo
posible para que el Estado de Derecho pueda imponerse en la
Araucanía”. En otra parte de su discurso destacó que es
necesario “restaurar el Estado de Derecho”.
Todo lo dicho está muy bien y ojalá se cumpla, pues estamos
acostumbrados a que diga una cosa y después haga otra. Pero
pareciera que el Sr. Presidente entiende que se viola el Estado
de Derecho sólo cuando se destruye la propiedad pública y
privada, se queman predios agrícolas, se ataca a Carabineros y
agricultores, cuando se hacen huelgas ilegales, cuando se
efectúan actos de carácter anarquistas y otros.
Me gustaría escuchar lo mismo de la Primera autoridad con
respecto al quebrantamiento del Estado de Derecho por parte
de quienes deben administrar la Justicia en Chile, es decir, el
Poder judicial y sus jueces, especialmente en los procesos
contra los Militares presos-políticos.
Para nadie bien informado es un misterio que en esos juicios
se han violado todas las Leyes que operan en favor del reo y
los jueces las han interpretado a su particular parecer lo que ha
llevado a decir a destacados jurisconsultos “que en Chile no
hay Estado de Derecho” y así ha quedado demostrado.
El Sr. Presidente, el Ministro del Interior, el Ministro de Justicia
y el Subsecretario del Interior no han mostrado la más mínima
preocupación al respecto, lo que indica que parecen entender
lo mismo que el Presidente respecto al Estado de Derecho,
expresado en el párrafo anterior.
Pero no es así. Ellos conocen perfectamente bien la situación
que afecta a los militares presos políticos –pero, según mi
opinión – y escudándose en la independencia de los poderes
del Estado, NO SE ATREVEN O NO QUIEREN, dar una solución
a esta verdadera profanación de la juridicidad por parte de
quienes deben ser Justos, prescindiendo de ideologías o
tendencias políticas y mientras no demuestren lo contrario o
haya un cambio de actitud con respecto a esta materia, nadie
me podrá convencer de que han manifestado algún interés por
este asunto.
A lo anterior debo agregar al Poder legislativo que aprueba las
leyes y luego debe verificar que se cumplan de acuerdo al
espíritu de Legislador.
Un Juez pude tener simpatías políticas por cualquier corriente
de opinión, tener la religión que le parezca, simpatía o aversión
a determinada etnia o cualquiera de las opciones que existen
en diferentes materias, pero lo que NO PUEDE NI DEBE
HACER, es dejarse llevar por sus particulares inclinaciones
para aplicar la justicia, porque entonces está actuando
inmoralmente y eso es reprochable desde cualquier punto de
vista y es lo que ocurre hoy día con la mayoría de nuestros
jueces en que ha primado su posición política.
En cualquier actividad humana en que un hombre tenga un
deber que cumplir debe despojarse de cualquier idea,
sentimiento, tendencia política, religiosa o particulares
visiones sobre determinado asunto y cumplir imparcialmente.
El buen juicio, el raciocinio, la prudencia debe ser una
característica de los jueces, pero en Chile parecen conceptos
de otro mundo, al menos es lo que se nota.
Como parto de la base que el Sr. Presidente sabe lo que ocurre
con los Militares-presos políticos pues en base a esos
conocimientos hizo las promesas que no ha cumplido, debería
preocuparse de inmediato – tal como lo ha hecho en la
Araucanía - de que se restablezca el Estado de Derecho en el
Poder Judicial, el debe conocer que instrumentos emplear y la
forma de hacerlo por algo es la autoridad ejecutiva, la primera
Autoridad del País.

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