lunes, 20 de octubre de 2008

¡CÓMO MANEJAN EL MUNDO!

Durante siglos, la cultura se ha movido y cambiado por una serie de factores muy diversos (económicos, políticos, militares, religiosos, etc.) donde personalidades eminentes le daban el impulso necesario para llevarla a su momento cumbre o para imponerle un giro que la transformaba en algo nuevo y diferente. La Grecia clásica, por ejemplo, debe mucho de su éxito en arquitectura y escultura al liderazgo político de Pericles; la Edad Moderna sería impensable sin la influencia que tuvo, en su aparición y desarrollo, el pensamiento, por ejemplo, del francés Descartes, el alemán Manuel Kant o los empiristas ingleses.


Pero en el siglo XX, sin que dejen de existir esos factores ya dichos, aparecen nuevas fuerzas que hacen muy diferente su cultura. La primera fuerza es la rebelión de las masas, que tan bien supo describir Ortega y Gasset en su libro del mismo nombre. La masa ya no quiere ser educada por un estrato social superior y minoritario. Ahora será la masa, “municipal y espesa” –como escribió con humor Rubén Darío- la que quiere mandar e imponer sus preferencias. Pero resulta que la masa es la muchedumbre despersonalizada…
-¿Quién le dará una cabeza a este gigante poderoso y acéfalo? –Los
Medios.
Los Medios nacieron para ser Informativos, pero muchos de ellos se han ido haciendo intoxicantes. Quienes manejen los grandes Medios, quienes manejen la opinión pública mundial a su gusto y favor, serán los que le irán imponiendo a la masa sus lineamientos, sus exigencias. En el siglo XXI eso se ha agudizado. Imperan la publicidad, el marketing y la información sesgada. Por medio de un plan inteligente, con todos los recursos psicológicos publicitarios, económicos y políticos, van consiguiendo que las masas lleguen a creer que lo que ellas piensan ha salido de sus cabezas, que lo que ellas exigen, ha salido de su libertad. ¡Qué ilusión! ¡ Cuantos han sido manipulados, engañados!
Incluso los valores verdaderos, o tienen detrás de sí un buen agente comercial o un buen equipo de marketing, o deben esperar a estar muertos para que se reconozca su valor. Véanse la diferencia entre Antoni Tapies, pintor millonario, y Van Gogh, verdadero genio de la pintura, que sólo vendió un cuadro, y por lástima, cuando estaba vivo.
Por eso a mí me preocupan menos –sin decir que no sean peligrosos- Bin Laden o cualquier otro enemigo declarado, que todos esos falsos amigos que se presentan como bienhechores y solapadamente nos van imponiendo su ideología materialista y corruptora de la juventud. El sexo “seguro” y la “salud sexual y reproductiva” son un ejemplo.
Estos engaños vienen preparados por unas minorías ocultas que no dan la cara y que actúan comprando voluntades de políticos, periodistas, médicos, etc.
Son los que ayer “cocinaron”, por ejemplo, las reuniones de El Cairo y de Beijing, y ahora la reciente en México contra el SIDA, verdadera muestra de cinismo, mercantilismo solapado, hipocresía y desprecio de los resultados científicos. Otros de sus montajes son el CEDAW, la “igualdad de género” –que en su agenda oculta es algo muy distinto de los derechos legítimos de la mujer-, los distintos tipos de “matrimonios”, el proyecto GAIA, la religión universal que preparan, el aborto legal, los derechos de los niños en contra de sus padres, etc.
Es triste pero, salvo voces aisladas -entre las que me cuento-, la única organización internacional que da la cara denunciando siempre esas mentiras es la Iglesia Católica. Su defensa de la vida, de la familia y de los verdaderos derechos humanos, hace que sobre ella se centren los ataques más venenosos: acusándola de ser enemiga de la ciencia y del progreso, la que obstaculiza la lucha contra el SIDA, la enemiga de los homosexuales, etc. Contra ella se editan libros, se hace burla en pinturas, esculturas y programas de televisión; se montan falsas “revelaciones” como el evangelio de Judas, el Código de Vinci, la “sepultura de Jesús”, etc. A los “persuasores ocultos” no les disgusta demasiado cuando a sus mentiras se opone sólo la Iglesia Católica, porque entonces dicen que se opone “por prejuicios religiosos” en contra del sentir mayoritario.
Dentro de pocos días se prepara un documento sobre la juventud para que lo firmen todos los Presidentes de países iberoamericanos. Regina de Cardenal ya dio la alarma hace tiempo. También el arzobispo de San Salvador. Hacen falta más voces. Creo que es obligación de todo periodista que ame la verdad sin vacilaciones y de todo político amante de su país, informarse bien de todo el documento a firmar. También sería un necesario periodismo investigativo averiguando y desenmascarando quienes están detrás de estas maniobras y por qué les interesa tanto que claudiquemos de nuestros valores y libertades.

Luis Fernández Cuervo luchofcuervo@gmail.com


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