martes, 21 de octubre de 2008

INTERNACIONAL : EL DIARIO DE HOY EDITORIALES

LA NOTA DEL DÍA

De llegar los rojos al poder

habrán cambios pero de horror

Martes 21 de octubre de 2008 editorial@elsalvador.com

La opción de irse a Estados unidos no existe más. La mayoría de

la gente va a quedar atrapada, prisionera en su propia tierra,

prisionera de una banda de incapaces con pasado criminal.

Cambios habrá a borbotones si se da la desgracia de que los comunistas ganen en 2009. Aunque no se lo propongan y tomen la decisión de dejar las cosas como están, la desconfianza que se va a generar, la fuga de capitales, la contracción económica y el bandolerismo esbordado van a cambiar para peor a nuestro país.


El ejemplo lo da Nicaragua. Dos años después de la victoria sandinista, en 1981, el país estaba en total bancarrota, de la que no se recupera al día de hoy.Nicaragua sobrepasó a Honduras en pobreza, en falta de empleo, en escasa inversión. El centro de Managua no se ha podido reconstruir, la corrupción se ha entronizado y más de un millón de nicaragüenses se han trasladado a Costa Rica, por encima del millón y medio que emigró a Estados Unidos y otros países. En su nueva etapa como des gobernante, Ortega no ha podido superar el desastre de los Ochenta, aunque está haciendo esfuerzos para lograrlo.

Los salvadoreños deben recordarlo, nunca olvidar: la última vez que un régimen socialista (el de Napoleón Duarte) estuvo en el poder, la mitad de la población económicamente activa se quedó sin empleo, originándose el gigantesco éxodo del campo a las ciudades y del país a los Estados Unidos. La zona de San Bartolo, que antes de 1979 iba creciendo, se convirtió en un cementerio de fábricas y empresas. Fue sólo después del gane de ARENA, en las municipales de 1988, que se comenzó a reactivar la economía y, como dicen ahora los rojos, “a renacer la esperanza”.

Pero ahora la opción de irse a Estados Unidos no existe más. La mayoría de la gente va a quedar atrapada, prisionera en su propia tierra, prisionera de una banda de incapaces con pasado criminal, prisionera de un régimen opresivo en el que no volverán a haber elecciones libres, en el que la información estará manipulada, en el que oponerse será castigado. Quedarán los salvadoreños atrapados como los cubanos, los nicaragüenses y ahora los pobres venezolanos, que contemplan el saqueo de su riqueza petrolera para los fines políticos del matón caribeño.

Recuérdese el descalabro de los Ochenta

La clase media es la que más sufre cuando colapsa un orden económico, pues no está preparada para ir a vender en las aceras o trabajar en carreteras. Un ejecutivo de empresa, los asistentes contables, los que suministran servicios, se encontrarían

sin los ingresos para pagar sus créditos de vivienda, el colegio de sus hijos, las cuentas de supermercado o los créditos de las tarjetas. Igual les irá a los vendedores que viven de comisiones.

La mayoría de empresarios sabe que de llegar los rojos al poder, estará forzada a cortar su personal o inclusive a cerrar el negocio. Son pocas las empresas que pueden soportar el descenso de un veinte o treinta por ciento de sus ventas, lo cual es lo menos que ocurriría. Si no lo creen, pregunten a amigos nicaragüenses o a las personas que vivieron el descalabro causado por los duartistas durante la Década de los Ochenta, cuando se impusieron controles de precios y para obtener un préstamo (de la banca estatizada) era imprescindible dar mordida. Cambios, como decimos, habrá con los rojos, muchísimos cambios. Seremos pobrísimos, desempleados, amordazados y amenazados.

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