
Este semestre que ya va terminando ha
arrojado una nueva señal sobre el deterioro del
lenguaje entre los universitarios chilenos.
Corregidos ya unos 3 mil ensayos de una página,
la conclusión es dramática: los alumnos han
comenzado a desconocer y a desfigurar el más
elemental sentido de los verbos.
Antes fueron los sustantivos y los
adjetivos, ya que cuestión y weá, bacán y barsa,
habían venido reemplazando respectivamente a las
cosas por sus nombres y a las calificaciones que
ellas merecen.
Pero ahora son los verbos. O sea, la
ignorancia se refiere al actuar humano: ya no a
los objetos, sino al sujeto mismo. Mucho más
grave aún, porque desfigurar lo que las cosas
son, golpea fuerte, pero no entender las propias
acciones simplemente termina destruyendo toda
posibilidad de alcanzar los fines humanos.
Unas pocas joyitas:
"Puedo oír las ramas danzando al son de
una melodía sin fin y el susurro de las hojas
huidas por el viento". "Las personas que
denotamos como impulsivas son ante todo, personas
que actúan en conjunto con sus sentimientos". "El
rostro de Jack se empalizó". "La violencia no
sólo deja mal parado a quien la proporciona".
"Nos tocan sonidos gesticulados por diferentes
instrumentos". "Los punky creen en la anarquía o
la tratan de promulgar".
Y una segunda dosis:
"¿Cuáles serían los castigos que se le
acusarían?" "Dirigido por el masivo y
desconsiderado derrocamiento de dinero". "La
gente tiene sus ideas claras del partido político
que quiere que contienda para su comuna". "Le
encanta eso y piensa esparcir esos conocimientos
a futuro". "Que sus juegos y bailes emergen al
público en una loca alucinación". "El fin del
ensayo es soslayar a las personas que no votan".
"Debido al contexto sociocultural en el que nos
envolvemos". "Este problema se ha visto exaltado
aún más, con una serie de campañas
publicitarias". "Hay que decidirse por algún
movimiento que destaque lo que realmente queremos
y como ostenta para realizarlo".
¿Puede ser más dramática esta situación?
Sí, por cierto: llegará un momento -muy luego-
en que simplemente no nos entenderemos o nos nos
inmiscuiremos, porque entender e inmiscuirse
significarán lo mismo, es decir, no significarán
nada.
Sólo tres conclusiones: apagar los
televisores, corregir todos los errores juveniles
(desde los 14 años, no aceptar peticiones que
vengan oralmente mal formuladas) y, finalmente,
leer y leer, para conservar verbos elementales,
que de lo contrario "sintonizaremos" (¿o
moriremos?).
Gonzalo Rojas Sánchez
miércoles, 26 de noviembre de 2008
ESOS VERBOS
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