
Retrato de Jaime Guzmán: Sus columnas en "La Segunda"
Viernes 7 de Noviembre de 2008
Fuente :La Segunda
Todos los viernes, durante casi cinco años, Jaime Guzmán abordó la más variada galería de temas en su columna en el diario «La Segunda»: desde la Constitución de 1980, el gremialismo, la muerte de Claudio Orrego, Miguel Kast y Reagan, hasta la Teletón, el sentido del dolor y el aborto. A 48 horas de que se inaugure —este domingo al mediodía— el memorial en homenaje al asesinado senador, «La Segunda» quiso reproducir el pensamiento del fundador de la UDI bajo la óptica de sus opiniones en las columnas publicadas entre marzo de 1981 y enero de 1985.
1981: DEBUT CON LA NUEVA CONSTITUCION
!«JAIME GUZMAN». x “Desde el 11 de marzo pasado, la Junta de Gobierno está en cambio tajante y perentoriamente limitada por la nueva Constitución (…) Políticamente, hemos pasado de un Gobierno militar de facto a un gobierno militar constitucional, que confirma con ello su carácter predemocrático (…) Una autoridad que es capaz de autolimitarse, y respetar enseguida esa limitación que la compromete, revela un hondo sentido de juridicidad”. (27 de marzo de 1981).
!«PRIMACIA DEL
!TESTIMONIO ESPIRITUAL». “El sacrificio generoso en aras de una causa moral —más allá de las posibles derrotas aparentes— encierra a la postre la semilla de una victoria más noble, profunda y duradera (…) Así, el sacrificio de (Arturo) Prat inflamó el fervor partidario que os condujo al triunfo definitivo. Y su personalidad iluminó desde entonces a muchos chilenos, que descubrieron en ella un camino de vida”. (22 de mayo de 1981).
!«ALERTA A CIERTOS
!“GRUPOS ECONOMICOS”». “No tengo nada en contra de los grupos económicos (…) Resulta imprescindible que los actores principales del sistema —entre quienes destacan los empresarios y financistas—, además de acatar las leyes, ajusten su conducta a sólidos criterios morales y de sensatez política (…) No hay ningún sistema político, económico o de cualquier género que no se erosione hasta terminar destruyéndose, si sus actores principales pierden una consistencia moral sólida, o violentan el juicio ciudadano con conductas insensatas”. (26 de junio de 1981).
! «REAGAN, EL LIDER». “Lo que nadie discute, es que a la cabeza de EE.UU. hay ahora un auténtico líder, notable en comunicación con la ciudadanía. ¿En qué consiste esa extraña realidad de liderazgo? (…) Más de alguien ha reparado en que uno de los sellos del líder reside en su capacidad para detentar un mayor poder real que el derivado sólo jurídica o formalmente del cargo que ocupe (…) Es esa impronta de líder lo que permite a Reagan ganar sus batallas más difíciles, con argumentos simples, pero accesibles o convincentes para la opinión pública”. (30 de octubre de 1981)
!«LOS VALORES MORALES». “La médula del problema —común a toda nuestra civilización occidental— consiste en la pérdida del concepto mismo de la moral, como algo objetivo (…) SUBJETIVIZAR la moral implica reemplazarla por el capricho, por el egoísmo o el ansia de placer ilimitado para los sentidos. Sin duda, ello se disfraza con elegancia. Se dice que lo que importa es ser “sincero” y actuar según la “propia conciencia”. Pero se olvida que esto tiene poco valor si la conciencia ha sido relajada hasta no subordinarse a ninguna exigencia moral objetiva. ¿Qué argumento habría, en tal caso, para condenar éticamente al terrorismo, si éste se ejerce en nombre de un impulso “sincero” que nace de las “convicciones de conciencia” del terrorista? Es la vieja falacia”. (13 de noviembre de 1981)
!«LA TELETON Y
!SUS DETRACTORES».“Ahí está el único evento anual en el que los medios de comunicación —y sus estrellas— deponen legítimas rivalidades, para plegarse mancomunadamente a una iniciativa que merece, y cuyo prestigio trasciende nuestras fronteras (…) Don Francisco ha añadido, a sus muchos méritos, el de haber demostrado que el espíritu constructivo puede vencer el “chaqueteo” envidioso”. (18 de diciembre de 1981)
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1982: ORREGO, SOR TERESA, POPULISMO Y TRAGEDIA
!«ANTE LA MUERTE
!DE UN AMIGO». “Conocí a Claudio Orrego cuando quien luego sería nuestro común amigo, Jaime Celedón, me invitó a integrarme como participante estable del programa de Canal 13 “A esta hora se improvisa”. Era agosto de 1971. Durante largos y tensos meses dominicalmente me correspondió hacer equipo junto a Claudio Orrego, en el memorable combate contra el Gobierno marxista de la época (...) Más tarde, nuestros caminos políticos se separaron (...) Aparte de sus virtudes cristianas en lo individual y familiar, Claudio poseía, además, y en grado sobresaliente, las dos cualidades morales más valiosas de quien actúa en la vida pública: su integridad y solidez al servicio de rectos principios éticos, y su entrega generosa a ellos, sin ambición personal alguna”. (4 de junio de 1982)
!«TRAS LA TRAGEDIA». “Descubrir el sentido del dolor es uno de los desafíos más arduos para el espíritu humano, aun para los más creyentes. Pero de ello surgen respuestas vitales, que todos necesitamos para orientar adecuadamente nuestra existencia (...) El dolor tiene su lenguaje. Duro, pero lleno de fuerza purificadora. Por eso, tras el sufrimiento, aguarda siempre la paz del consuelo o la luz de nuevos horizontes. Y creer que el dolor es sólo de algunos, no pasa de ser un espejismo. Variarán los momentos y las formas, pero nadie podrá librarse de la propia cruz que necesariamente acompaña a todo ser humano. Los cristianos sabemos, además, que esa cruz ha sido diseñada por Dios, diversa para cada persona, pero común en la fuerza redentora de sus dolores, si se asume con fe y confianza, junto a Cristo”. (2 de julio de 1982)
!«MENSAJERA DEL CIELO». “Sor Teresa de Calcuta sabe que ella no eliminará la pobreza (...) Sin embargo, dedica su vida —íntegra y heroicamente— a aliviar a los pobres (...) Pretender eliminar la pobreza es una moderna ilusión (...) No obstante, ninguna recta conciencia ética podría desentenderse del imperativo de combatir la pobreza y aliviar a quienes la sufren, en la mayor medida posible. Aun cuando al hacerlo sepan que llenan un tonel inagotable. Y es que detrás de cada ayuda a un pobre está la dignificación de un ser humano, que tiene un valor y un destino eternos. Por eso mismo, la actitud cristiana frente a la pobreza no puede reducirse a una cuestión de estructuras político-sociales, ya que jamás ningún diseño de éstas será suficiente para solucionar el problema”. (17 de septiembre de 1982)
!«EL TEMOR A CONCORDAR». x “Si a pesar del imperativo de reconstruir ese consenso mínimo, después de su derrumbe en 1973, subsistiera no sólo el recelo a buscar coincidencias básicas entre los demócratas, sino —peor aún— la renuencia a reconocerlas cuando de hecho existen, las perspectivas de una futura solidez democrática en Chile se verían seriamente comprometidas (...) El llevar la moderación y la racionalidad a nuestro escenario político, aparece como una ineludible responsabilidad para todos quienes anhelamos una convivencia democrática armoniosa y estable”. (1 de octubre de 1982)
!«POPULISMO: DISFRAZ DE DEBILIDAD». “El populismo consiste en tratar de hacerse grato otorgando alivios y beneficios inmediatistas, aun cuando su falta de sustento en la realidad los haga efímeros, y ello se traduzca muy pronto en nuevas y peores frustraciones ciudadanas (...) El populismo, a la postre, sólo sirve a ciertos grupos con mucho poder de presión (no sólo sindicales, sino también empresariales o de otros géneros), pero daña a la gran masa ciudadana. Y por eso, jamás el populismo ha sido fuente de duradera popularidad política (...) El actual Gobierno, no obstante haber asumido en un cuadro de indisciplina sox cial lindante en la anarquía, ha representado la antítesis del populismo (...) Quienes lo auspician, en forma más o menos abierta, son los que verdaderamente temen al pueblo. Demuestran creer que sólo se le conquista halagándolo con servilismo”. (3 de diciembre de 1982)
1983: LA UDI Y EL PODER
!«APORTE DE LA UDI». “Quienes recientemente hemos formado la Unión Demócrata Independiente (UDI), señalamos en su documento fundacional nuestro propósito de contribuir a forjar un nuevo modo de hacer política, acorde a la realidad presente y futura, muy distintas de aquellas que conocimos hasta 1973. Rasgo esencial de ese estilo renovado debe ser una acción política moderna y eficiente, donde el servicio a sólidos principios prevalezca por sobre todo el caudillismo o interés circunstancial de grupo (…)
viernes, 7 de noviembre de 2008
TEMAS DE JAIME GUZMAN EN LA SEGUNDA
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