jueves, 5 de marzo de 2009

DOS CONTRARIOS RECONCILIABLES


GONZALO ROJAS

Apenas van tres o cuatro días del año
laboral normal, y ya muchas personas sueñan con
que, por fin, mañana es viernes y podrán cambiar
de aire; algunos, los más audaces o solventes,
piensan incluso en dejar su ciudad para irse al
campo, la montaña o la playa, lugares en los que
estaban apenas una semana o diez días atrás.
Lo curioso es que justamente en esos
lugares, por ahí por el 20 de febrero, muchos de
los tránsfugas de mañana viernes, estaban
deseperados por volver "a la vida normal", algo
angustiados con la calma, el tiempo libre y las
actividades recreativas.



¿Porqué esa doble fractura? ¿Porqué en
medio de las vacaciones deseamos volver al
trabajo y justamente cuando ya estamos de nuevo
inmersos en la actividad, ansiamos con tomarnos
otro breve descanso?
La respuesta primera es que obviamente
necesitamos de ambos ritmos y, por cierto, cada
uno pide complemento en el otro. Pero hay algo
más de fondo, algo más delicado. Es la falta de
un sentido unitario de nuestros mundos, de
nuestros tiempos, de nuestros afanes.
Nos gusta trabajar, pero no tanto; nos
gusta descansar, pero no tan largo. Ese "no
tanto" y ese "no tan largo", se guían por el
gusto, por el sentimiento, por los agrados
sensoriales y, entonces, piden, exigen a su
contrario, que a corto plazo se termine el
trabajo o se acabe el descanso, según sea el
caso. Mandan los gustos, mandan las sensaciones,
porque no hay un tercer elemento, un sentido, un
fin, que unifique el trabajo y el descanso, la
actividad y el legítimo ocio.
Porque si sólo se trabaja para descansar
y a lo más se descansa para trabajar, simplemente
se termina agotado de ambas cosas. Mucha gente
llama Fomingo al día bisagra entre trabajo y
descanso. Qué lamentable.
Hay que procurar encontrar ese sentido
integrador, ese fin último de toda actividad
humana, para que los gustos se sometan y las
sensaciones se integren a un bien superior.
Hacerlo es tarea que exige aprovechar un tiempo
de descanso para trabajar el tema. Ya en esa sola
reunión de los dos aparentes contrarios comenzará
a hacerse la luz.

Gonzalo Rojas Sánchez

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