PATRICIO GREZ
El cambio de gabinete es bueno, principalmente porque sacó a Panchito Vidal de su papel de Joseff Goebbels del régimen, envenenando el debate político nacional. La flaca Tohá también es de armas tomar, aunque la he notado muchísimo menos agresiva estos últimos meses. Partió con declaraciones muy conciliadoras e incluso si se pusiera pesada es casi imposible que supere a Panchito en veneno y mala leche. Panchito nunca entendió lo que es ser un ministro de Estado, un ministro de todos los chilenos. El creía que estaba en una "trinchera", en sus propias palabras.
Foxley también se jue cortado, dicen que renunció. Ahora tendrá más tiempo libre, podrá dedicarse full time a buscar los lingotes de oro de Pinoshé que todavía no ha podido encontrar.
Y el Banco Central volvió a bajar la tasa de interés. ¿A usted no le llama la atención que la tasa de interés sea decidida por un grupito de burócratas iluminados y no por el mercado? En el fondo es el todopoderoso Estado fijando un precio clave de la economía. Hayek y los otros llamados economistas de la escuela "austriaca" nos explican que la existencia de los Bancos Centrales y sus apéndices, o sea los bancos comerciales con reserva fraccionaria, explican perfectamente los ciclos económicos. En particular la gran depresión de los años 30 y el enorme cagazo actual.
Los "austriacos", que no pertenecen al mainstram actual, explican la relación entre el crédito bancario, el crecimiento económico y los errores de inversión masivos que se acumulan en la fase alcista del ciclo , explotando con la burbuja y destruyendo valor.
Sostienen que una expansión artificial del crédito por los bancos centrales y bancos comerciales con reserva fraccionaria, es decir, no respaldada por ahorro voluntario previo, tiende a aumentar la inversión, dado que los precios relativos han sido distorsionados por la mayor masa de dinero circulante en la economía. Estas inversiones, que no hubieran sido emprendidas de no ser por la mencionada distorsión, sobreutilizan los bienes de capital acumulados, y tarde o temprano las tasas de interés artificialmente bajas se acomodan en su verdadero nivel de mercado, generalmente muy superior al establecido por los bancos centrales dado la escasez de bienes de capital. Esto corta abruptamente el flujo de crédito barato, y las inversiones que parecían rentables con precios inflados ahora dejan de serlo: la crisis estalla y se efectúa la natural liquidación de las inversiones erróneas. En ese momento sólo una nueva inyección monetaria puede evitar que explote la burbuja, prolongando la especulación y empeorando la mala asignación de los recursos, agravando las consecuencias de la inevitable crisis.
¿Cual es la solución definitiva? Sacar las garras del Estado del sistema monetario y financiero, para cuyo efecto hay que cerrar los bancos centrales y hay que prohibir que los bancos comerciales presten el dinero depositado a la vista lo que es obviamente ilegal, o sea terminar con la banca de reserva fraccionaria. Y lo más importante, volver al único dinero sano...el Oro.
lunes, 16 de marzo de 2009
EXTRA DEL COMENTARIO POLITICO SEMANAL
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COMENTARIO GREZ
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