Vial, Gonzalo
Martes 03 de Marzo de 2009
La «verdadera verdad» de las relaciones Chile-Bolivia
Fidel Castro dijo que la “oligarquía” chilena le había quitado a Bolivia, tras la Guerra del Pacífico, su litoral y sus inmensas riquezas interiores. En nuestro país, el aspirante presidencial del Partido Comunista señaló que la “molestia” por estas declaraciones provenía de que eran “verdad”. “Todos los que están acostumbrados a ocultar la verdad —agregó— se han escandalizado”. Un ex ministro y ex embajador de Chile añadió que la responsabilidad de la ocupación de Antofagasta e inicio de la guerra, en 1879, fue del “gobierno chileno, compuesto por personas que la historia legítimamente denomina como la oligarquía que dominaba el país”. El conflicto, añade, terminó con los pactos que consagraron “los triunfos y conquistas territoriales” de Chile, y garantizaron “los intereses patrimoniales y comerciales de los capitales chilenos (¿oligárquicos?) que operaban en los territorios conquistados” (El Mercurio, 18 de febrero).
Desde luego, no es históricamente claro que el gobierno chileno, durante el conflicto de 1879, fuese oligárquico. El poder de la aristocracia tenía aún como contrapeso una Presidencia de la República autoritaria, dos de cuyos jefes de Estado, inmensamente voluntariosos —Santa María y Balmaceda—, auspiciarían políticas personalísimas y contradictorias para liquidar ese conflicto. La oligarquía plena se dio solamente con el desenlace de la Revolución, en 1891.
Lo anterior aparte, es liviano achacarle a nuestra oligarquía (que ya tiene suficientes pecados encima) la pérdida de litoral, territorio y riquezas experimentada por Bolivia a raíz de la Guerra del Pacífico. De esa pérdida, justa o injusta, responde Chile como país, no una determinada clase suya. Desde 1938 —¡setenta años!— no hemos conocido gobierno calificable de oligárquico, y los de izquierda o centroizquierda que han pasado por La Moneda no han movido un dedo para solucionar la insularidad boliviana. ¿Qué hizo al respecto la centroizquierda Radical/Socialista/Comunista en sus catorce años de poder (1938/1952)? ¿Y la Unidad Popular en 1970/1973, con Salvador Allende Presidente, y el PC tan robusto de aquellos tiempos? ¿Y qué ha hecho la Concertación en casi dos décadas?
De la parte chilena hemos materializado únicamente dos esfuerzos serios para reparar el aislamiento boliviano: l) El Tratado Chile/Bolivia de 1895, siendo Presidente nuestro don Jorge Montt... es decir, en plena, auténtica oligarquía, y 2) El acuerdo de trueque de territorios que, luego del «abrazo de Charaña» (1975), convinieron en principio el Mandatario boliviano Hugo Banzer y el Presidente Augusto Pinochet. Un oligarca de tomo y lomo (Montt), pues, y el demonizado «tirano». Ningún izquierdista ni progresista. Y las dos veces, comprobaremos, fue Bolivia la responsable de que se perdiese la oportunidad.
Anticipado lo que precede, conviene reponer en su sitio la «verdadera verdad» del problema Chile/Bolivia, tan livianamente deformada por Castro y sus adláteres y admiradores chilenos.
Esta «verdadera verdad» presenta tres aspectos, y los tres muy complejos:
—La ocupación chilena de Antofagasta, como detonante del conflicto armado. ¿Quién “tuvo la culpa”?
—La renuncia boliviana a su litoral, el año 1904.
—Las dos veces que, según dijimos, Bolivia tuvo el mar a la mano y no supo cogerlo.
En esta ocasión, el espacio me permite sólo detallar el primer aspecto, dejando los demás, si Dios quiere, para columnas futuras.
¿Por qué Chile ocupó Antofagasta en 1879?
1. Chile nunca quiso ni menos buscó una guerra por el territorio y riquezas de Bolivia. Estaba completamente desprotegido contra ella. En 1871 había cerrado la Escuela Militar, y en 1876 la Naval. El ’79, YA PLANTEADO EL DIFERENDO CON BOLIVIA, redujo la planta del Ejército a un nivel históricamente bajo, menos de 3.000 hombres. El mismo ’78, apremiados por la crisis económica, intentamos vender los ultramodernos blindados recibidos en 1874/1876 de los astilleros ingleses (el Blanco y el Cochrane). Esas naves, es sabido, habrían de ser la condición precisa de nuestra victoria marítima, el primer año de la guerra. Una de las ventas estuvo casi lista, pero gracias a Dios el comprador se desistió.
2. Chile y Bolivia solucionaron de común acuerdo el tema de sus límites, mediante dos tratados sucesivos, el de 1866 y el de 1874.
El primero estableció como límite el paralelo 24, y un «condominio» de los dos países sobre las riquezas minerales situadas —según se aclararía después— entre los paralelos 23 y 25. Las entonces conocidas eran el guano de covaderas y, todavía secundario, el salitre.
En el Tratado de 1874, el límite definitivo continuó siendo el paralelo 24. Renunciamos sin compensación al «condominio» del salitre (no al del guano); Bolivia duplicó su renta de este origen. Sólo pedimos, y así se pactó, que Bolivia —ahora soberana absoluta sobre la mejor zona salitrera (si se descontaba la peruana de Tarapacá)— no alzara durante 25 años los impuestos a los chilenos que allí la explotaban.
3. Es de notar que TODO en aquella zona era chileno. Desde luego, la sociedad más importante de la región y del rubro calichero, la Compañía del Salitre y Ferrocarril de Antofagasta. Lo mismo, muy mayoritariamente, sus socios. Y también el 80% de los pobladores y trabajadores del litoral ahora definitivamente boliviano. La estabilidad de impuestos constituía una protección mínima a nuestros connacionales, para compensar que ya no tendríamos condominio que los amparase.
4. Es de advertir, también, que mientras así se beneficiaba de nuestro buen espíritu y concesiones, Bolivia tenía celebrado con Perú un tratado secreto, «defensivo» (1873) que los obligaba a actuar de consuno contra Chile, en caso de dificultad entre éste y cualquiera de ellos. Vanamente intentarían que Argentina se incorporase a este pacto tan amistoso para nosotros.
5. Así las cosas, en 1878, el Presidente-dictador de Bolivia, general Hilarión Daza —falto de dinero, como siempre—, alzó en diez centavos por quintal español (46 kilos) el impuesto al salitre exportado por la sociedad chilena.
Pese a que lo hizo en forma arrevesada y tinterillesca, no existe hoy discusión seria de que esta alza violaba el Tratado de 1874.
La compañía se negó a pagar. Daza respondió ordenando la prisión del gerente, el cierre de la planta, su remate y el de los stocks. A la par, canceló las «estacas» (pertenencias salitreras) de la empresa chilena. Esta, en la práctica, dejaba de existir.
Finalmente, se fijó y difundió la fecha del remate: el 14 de febrero de 1879.
6. Chile, y en particular su Presidente, Aníbal Pinto, hicieron los más intensos esfuerzos para evitar una guerra que nos cogía desprevenidos. Incluso aceptaron los «buenos oficios» peruanos, siempre que Lima se declarase neutral... lo que no podía hacer, ligada como estaba por el pacto secreto. Daza, a quien envalentonaba esta alianza, se negó a todo. Aceptaría un arbitraje, dijo, siempre que se respetaran y cumplieran las medidas ya adoptadas. Lo que obviamente no nos era posible aceptar.
7. Se sabe que aquel 14 de febrero una fuerza anfibia de nuestro país ocupó Antofagasta e impidió el remate, detonando ello definitivamente la guerra Chile/Bolivia/Perú.
Algunos autores, reconociendo la ilegalidad internacional e insania de lo actuado por Daza, tachan de exagerada, desmedida, esta decisión de Chile.
No hay tal, era la MINIMA posible.
¿Por qué? Porque ya se hallaban en Antofagasta interesados, posibles postores del remate, y algunos eran extranjeros. Ellos, en caso de adjudicarse bienes en la subasta, tendrían indefectiblemente la protección de sus respectivos países, grandes potencias europeas, quizás los EE.UU. Dificultad gravísima para liquidar la guerra, aunque ésta concluyese en una victoria chilena... la misma traba que tendríamos al concluir y querer cerrar el otro frente del conflicto, el del Perú, forzados a entendernos con sus acreedores externos.
La ocupación de Antofagasta, pues, impidió que la guerra —respecto de Bolivia— se “internacionalizara” y se eternizara.
Quede claro, pues, que en 1879 Bolivia nos arrastró a una guerra que no queríamos, ni preveíamos, ni estábamos preparados para afrontar. Que hicimos lo imposible por evitarla. Y que impedir el injusto e ilícito remate ocupando Antofagasta era indispensable para obtener algún fruto de la futura victoria.
POSTEADO AL ARTICULO PRECEDENTE
Posteado por:walter vasquez Gonzalez03/03/2009 20:09[ N° 1 ] Si piden comnetarios de parte de sus lectores, lo meno que deben hacer es publicarlos. si a ustedes se les respeta la LIBERTAD DE PRENSA, a ustedes les corresponde respetar LA LIBERTAD DE OPINION.las opiniones deben ser publicadas, no hacerlo implica varias cosas: deshonestidad, tratar de ocultar la opinion de una pate de los lectores y por ultimo ignorar la verdadera historia.
Posteado por:walter vasquez Gonzalez03/03/2009 20:05[ N° 2 ] Si hablamos o discutimos sobre lo que sucedio en la Guerra del Salitre (otros la llaman Guerra del Pacifico) debemos hablar con la verdad.Hablar con la verdad significa reconocer que Chile planeo esta guerra por varios años sabiendo de la alianza Peruano-Boliviana de defensa reciproca, mejor dicho Chile sabia que la pelea seria solo con Peru, por que Bolivia no contaba en esta contienda por que sus fuerzas eran casi nulas y se demostro eso cuando los bolivianos salieron arrancados desde casi el inicio de una guerra que ellos mismos la provocaron.Chile recibio ayuda de Europa, de los cuales recibio no solo barcos sino cañones, fusiles y hasta uniformes. se debe hablar con la verdad cuando se trata no solo de historia.
Posteado por:juan eleuterio díaz núñez03/03/2009 18:32[ N° 3 ] CATEDRA DE HISTORIA DE CHILE. Misma cátedra que la "contracultura decadente" se niega de plano a escuchar, menos a leer.Otra cosa es llegar AHORA a un acuerdo conveniente tanto para las Empresas Bolivianas como para las Chilenas, tanto como para ambos Estados.En cuanto al pueblo, base de toda soberania, siempre hemos estado de acuerdo, en tanto respetemos las leyes delos respectivos paises o naciones.Si se quiere el multiculturalismo, y la integracion popular latinoamericanista, SI.Lo que no se quiere es narcotrafico, delincuencia, vagancia delictiva, promiscuidad, terrorismo.Sigamos leyendo a "Don Gonzalo" al menos para que, cuando argumentemos, tengamos alguna base para defenderlo contrario.-
Posteado por:John Pichulman Stegman03/03/2009 17:13[ N° 4 ] ABRAZO DE CHARAÑA: Pinochet le planteó a Hugo Banzer uno de los principales elementos del problema: Chile no puede cortar su territorio ni modificar sus límites con Perú sin consultarle al país del norte. Entonces, Lima se opuso al corredor por la línea de la concordia y la armada de Merino no quiso darle una salida al mar a un país que –según el almirante de voz borracha- nunca lo tuvo.
jueves, 5 de marzo de 2009
LA VERDADERA VERDAD DE LAS RELACIONES CHILE-BOLIVIA
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