martes, 28 de abril de 2009

IZQUIERDA “CATÓLICA”(?): SECTOR MÁS NOCIVO DEL AVANCE MARXISTA



Vale la pena observar -y soportar con calma- unos pocos minutos de este video que constituye un elocuente, grosero, desembozado y repulsivo ejemplo de prédica pro-comunista realizada por un sacerdote llamado Adolfo ROJAS JIMÉNEZ.

Este cura, en 1970, fundó la parroquia universitaria Santa Sofía de la Universidad Católica de Los Andes y, desde 1974, es docente de aula.

En medio de la propuesta de aplausos a Chávez y loas al denominado “Socialismo del siglo XXI”, este “cura-rojo” recomienda la lectura del Manifiesto Comunista. Además, justifica los atropellos del castrochavismo, especialmente las medidas confiscatorias y liberticidas y termina proponiendo, con gran énfasis, apoderarse de los medios de producción.

Ante esta barbaridad, ¿qué supone usted que ha hecho o hará la jerarquía eclesiástica?

Algo es clarísimo para incluir en la respuesta: el cura sigue actuando y haciendo enorme daño a las almas y ello ocurre porque la jerarquía se lo permite aunque hagan alguna tibia declaración de lamento o rechazo. Tales declaraciones, muy fraternales, caritativas, melosas y ambiguas referidas a sacerdotes como éste, están destinadas a contener, debilitar y ahogar la reacción de indignación que produce en los fieles católicos -y también en los no católicos- este tipo de curas perversos.

Cuando la reacción sana de la opinión pública es muy grande, entonces, a lo sumo, lo cambian de ciudad y el “cura rojo” seguirá su misma prédica nociva ante otros auditorios. Es decir, seguirá envenenando más y más almas en otras ciudades.

Ya se anunció que, próximamente, este sacerdote será condecorado con la "Orden de El Libertador" y le entregarán una réplica de la espada de Bolívar.

Para nadie es novedad que, desgraciadamente, existen muchos sacerdotes como éste -y, también, no pocos obispos- en los diversos países. La finalidad de esos “curas y obispos rojos” es favorecer la izquierdización y neutralizar las reacciones de oposición al marxismo.

Pero, cuidado: los más abundantes, los más peligrosos, los más eficaces y más nocivos -inclusive en estas latitudes- son los sacerdotes y obispos que fingen moderación y no escandalizan a los fieles como este cura del video. Evitando mayores reacciones, los “moderados” terminan diciendo algo análogo a los “curas rojos” más salvajemente radicales, pero encubiertos tras un maquillaje de filantropía y pseudo caridad cristiana.

Los “moderados” dicen que la experiencia chilena y venezolana muestran la conveniencia de avanzar lenta y gradualmente en las “transformaciones”, para evitar reacciones que puedan frenar y revertir el proceso revolucionario. Esa “moderación” los lleva a preferir evitar presentarse, ante el gran público, en forma franca y cruda y optan por ir soltando en pequeñas dosis la misma doctrina perversa que los radicales postulan en forma directa y brutal.

Las “discrepancias” con los radicales es táctica y se reduce a la velocidad y profundidad que conviene imprimir a los cambios. En suma: radicales y moderados coinciden en cuanto a los fines últimos (instaurar una sociedad socialista en la que el Estado sea el único propietario de medios de producción, además de único educador, único empleador y único informador).

Intoxicados con la teoría marxista y seguidores de Gramsci, en el marco de la denominada “Teología de la Liberación”, se proponen:

- intensificar las acciones de propaganda, de control y de intimidación

- dominar (¿todavía más?) los medios de comunicación masiva

- asegurar el adoctrinamiento de los más jóvenes desde la más temprana edad.

Por nuestra parte, reafirmamos la absoluta incompatibilidad entre cristianismo y marxismo. Usted puede leer el desarrollo de la argumentación que demuestra la veracidad de esta aseveración en el artículo adjunto.

Sugerimos que dedique unos pocos minutos a ver con toda atención este video:

http://www.youtube.com/watch?v=eoLGxFtDyzw



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