Eric Villena D.
www.despiertachile.cl
En mis columnas anteriores, en más de una ocasión, le he informado a mis lectores que fui cadete de la Escuela Militar, formación profesional que recibí en mi adolescencia y de la que estoy tremendamente agradecido. Por ello, mantengo permanente contacto con mis compañeros de curso, tengo amistad con importantes oficiales que hoy conducen las ramas de la Defensa Nacional, y siempre me hago un tiempo para visitar a aquellos prisioneros políticos militares que mantienen a capacidad completa las cárceles de Cordillera y Punta Peuco. Fue en este último Penal, donde cayó en mis manos un saludo que con motivo del 11 de Septiembre de 2008, válido aún en 2009,fue difundido entre ellos, aclarándoles que Punta Peuco está dividido en 4 módulos, independientes y sin ningún contacto personal entre ellos.
Esta primicia la pongo en conocimiento de ustedes, guardando reserva del nombre del oficial que la originó y que a continuación transcribo:
A MIS CAMARADAS, EN ESTE 11 DE SEPTIEMBRE.
Por el tiempo transcurrido y la personal percepción que puede tener cada uno de nosotros, ya sea por sus vivencias o por la intervención que a cada cual le cupo, en una fecha para nadie indiferente, escribo estas líneas intentando abordarlas desde una perspectiva generalizada, pero ineludible para quienes vestimos de uniforme. Lo hago avanzada la hora, en esta madrugada previa al 11 de Septiembre.
El silencio existente en el módulo de esta cárcel, de la que somos obligados inquilinos, crea un clima especial que me permite, echar a volar la imaginación, esa imaginación que es nuestro primer privilegio, inexplicable como el azar que la provoca. En alguna parte, entre el azar y el misterio, se desliza la imaginación, que es la única libertad total del hombre; libertad que en nuestro caso se sostiene en valores, en el honor, en el estricto cumplimiento del deber, que es nuestra razón de ser y donde está cimentada la fuerza y disciplina de nuestras Fuerzas Armadas.
En nuestras complejas características como ser humano, no es fácil ponernos de acuerdo y sin embargo a veces lo conseguimos, se dan coincidencias y en más de una ocasión son similares nuestras conclusiones: “No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto”. Sin embargo, en el tema pendiente de DD.HH., en esta reconciliación que se posterga, podemos deducir de lo sucedido un 11 de Septiembre de 1973, que sólo las madres de los soldados caídos pueden ser verdaderos jueces de lo acontecido, como un contrapeso que nunca se ha dado con el otro sector, ya que éstos, han monopolizado esta fecha, se creen dueños de la Historia, con una verdad tergiversada que imponen prácticamente por Decreto.
Chile, vive en términos que son antinómicos, que se excluyen mutuamente y con una consecuencia muy sencilla: Creer y no creer son la misma cosa. Somos pobres mortales, para los cuales, a estas alturas, no contamos ni en el espacio, ni en el tiempo. Aunque se enojen nuestros guías espirituales, Dios se ha ocupado poco de nosotros, ha estado muy fugitivo y le debe doler la mano de tanto castigarnos, pero sigo aceptando necesariamente lo inexplicable y se hace casi forzoso, no perder la esperanza, no perder la fe.
Este lugar, mantiene una bruma superior que nos cubre. En la intervención de una divinidad organizadora, cuya acción me parece más misteriosa que el misterio, no me queda sino vivir en una cierta tiniebla que asumo, pero de la que tengo certeza saldremos y, ni siquiera por nuestros méritos, o las diligencias que podamos implementar. El regreso a nuestros hogares, no provendrá de una ecuación matemática, ni por acción de la ciencia judicial, ni siquiera por la tecnología política; es mi modesta opinión. Creo que estamos transcurriendo por un período, quizá presuntuoso, superficial, en que le doy más importancia a los sueños, a la suerte, al azar, a la risa, al humor -del que diariamente somos importantes protagonistas-, a mis sentimientos, a mis permanentes contradicciones y, sinceramente, todos estos estados de ánimo, me son más trascendentes y relevantes, que el charco en que nos tienen forzadamente inmersos. Mi forma de ver la vida, mi porfiada manera de pensar, está siempre presente y, seguramente, me sostendrá en una inocencia o culpabilidad que será inatacable hasta el fin de mis días.
En estas fechas importantes en que se profundizan nuestras diarias cavilaciones, confío se puedan mantener los principios y valores que recibimos dentro de las Fuerzas Armadas y de Orden, crisol común de origen, por el que todos pasamos.
Pareciera que el lugar -para un militar disciplinado y honesto-, es estar en prisión. A pesar de tener nuestros derechos ciudadanos suspendidos, y con la incomunicación obligada que nos priva de toda participación, no nos excluye, ni nos hace renegar de nuestro Ejército, de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, de haber contribuido al Gobierno más exitoso de los últimos cien años.
La victoria de un 11 de Septiembre, a no dudarlo, es una fecha que divide y el que grite más alto no logrará imponer sus argumentos; pero tengamos siempre presente que ante el peligro nacional, el país siempre se agrupará junto a sus FF.AA., esas FF.AA. que abrieron las Alamedas por las que hoy transitan los políticos; esas FF.AA. que pavimentaron e hicieron posible que llegaran a los cargos que hoy ostentan. La libertad y la democracia de la cual se vanaglorian, fueron rescatadas en la mañana de un once de Septiembre de 1973. Es el legado que se le entregó a la Concertación, después de 17 años de sacrificio.
Vivimos momentos en que la Patria nos está tratando injustamente y, estamos refugiados en el único alero del que pende el sentimiento emocional de un preso: Su familia, la añoranza sin límites de su casa y de los suyos.
En la Concertación son expertos en hablar mucho y en hurgar en heridas no cicatrizadas, para causar sufrimientos inútiles, y disfrutar con macabra alegría el ver vencidos a los militares. Para ellos, la venganza y el odio no prescriben, siguen viviendo juntos y les produce el agrado de ver a sus opositores aniquilados, y lo más importante, obtener suculentos beneficios económicos que fabrican a sobrepedido con la complicidad de los Tribunales.
La exitosa mañana de ese 11 de Septiembre, es furia y derrota de un amplio sector de la izquierda, pero para nosotros, debe ser un triunfo que forme parte de un ritual de nuestras vidas y que jamás dejemos de conmemorar. Debemos admirar profundamente el Régimen de las FF.AA. y cada 11 de Septiembre, estimo, nos trae nostálgicamente la claridad de las horas felices que perdimos, de un gobierno con carácter, inteligente, de talento y grandes ideas. Los autores del pronunciamiento del 11 de Septiembre de 1973, fueron militares, y reconocer a un militar dotes de conductor exitoso de un pueblo, mortifica a los políticos y a sus sistemas democráticos, que han regido fracasadamente a Chile en más de una oportunidad.
Una reflexión, que en esta Segunda Independencia Nacional debemos tener presente, es no olvidarnos de aquellos detractores que existen en nuestra propia trinchera. Ellos nunca fueron los más valientes, fueron incapaces de obtener resultados y hoy día nos impugnan porque quisieran ser como nosotros... y no pueden. Buscan siempre la comodidad, les gusta mantenerse alejados de lo que les compromete y siguen siendo carentes de valor, incapaces de crear, de producir, de actuar. ¡Sepan que es de cobardes abandonar a camaradas de armas que están caídos... ensañarse con los heridos después del combate, heridos de su propia trinchera, es una actitud impresentable, poco digna y deleznable!
Vivimos momentos en que la Patria nos está tratando de manera injusta y arbitraria, pero saldremos adelante. Sin soberbia ni decaimiento, con el alma tranquila, y con la fuerza que recibimos a cada instante de Dios y de nuestras queridas familias, en esta fecha tan significativa, con profundo afecto quiero saludarles y hacerles saber que en las circunstancias que la Divina Providencia nos tenga reservada a futuro, en lo que a mí se refiere, pueden contar conmigo.
En este 11 de Septiembre, más triste que feliz, para todos sin excepción un abrazo fraterno.
¡Viva el 11 de Septiembre!
¡Viva el General Augusto Pinochet Ugarte (Q.E.P.D.)!
¡Viva el Almirante José Toribio Merino Castro (Q.E.P.D.)!
¡Viva el General Gustavo Leigh Guzmán (Q.E.P.D.)!
¡Viva el General César Mendoza Durán (Q.E.P.D.)!
¡Viva nuestra Segunda Independencia Nacional!
Cárcel de Punta Peuco, 11 de Septiembre de 2009.
miércoles, 26 de agosto de 2009
CARTA ABIERTA DE UN CAMARADA DE ARMAS SUSPENDIDO DE SUS DERECHOS CIUDADANOS EN LA CARCEL DE PUNTA PEUCO
Etiquetas:
DENUNCIA PUNTA PEUCO
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2 comentarios:
POR CASUALIDAD LLEGUE HASTA ESTA PAGINA,SOLO PUEDO ACOTAR QUE TODO AQUEL QUESE ENCUENTRE PRIVADO DE LIBERTAD YO SOY UNA CIUDADANA AGRADESIDA DE TODOS ELLOS, GRANDES PATRIOTAS ,UN FRATERNO ABRAZO Y MUCHA ESPERANZA PARA ESTE NUEVO AÑO QUE COMIENZA ,Y GRACIAS POR VUESTRO SACRIFICIO.
MARIA MAGDALENA VALENZUELA CEPEDA
POR CASUALIDAD LLEGUE HASTA ESTA PAGINA,SOLO PUEDO ACOTAR QUE TODO AQUEL QUESE ENCUENTRE PRIVADO DE LIBERTAD YO SOY UNA CIUDADANA AGRADESIDA DE TODOS ELLOS, GRANDES PATRIOTAS ,UN FRATERNO ABRAZO Y MUCHA ESPERANZA PARA ESTE NUEVO AÑO QUE COMIENZA ,Y GRACIAS POR VUESTRO SACRIFICIO.
MARIA MAGDALENA VALENZUELA CEPEDA
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